Presencia de la Tercera Orden Franciscana en Mota del Cuervo

En Mota del Cuervo, un pueblo manchego de profundas tradiciones, existe una herencia espiritual que, aunque desdibujada con el tiempo, sigue viva gracias a la tradición oral, los vestigios arquitectónicos y documentos antiguos. Se trata de la presencia de la Tercera Orden Franciscana, cuyo convento, fechado en 1593, se levantó en el centro del pueblo, en el lugar donde hoy se encuentra el Ayuntamiento. A pesar de la ausencia de registros específicos en los anales franciscanos, los relatos transmitidos de generación en generación, la evidencia arquitectónica y algunas referencias documentales certifican la existencia y la influencia de esta comunidad franciscana en la vida local.

1. Mota del Cuervo: Una villa cruce de caminos y en los caminos de Santiago y de Guadalupe

En la época de la Tercera Orden Franciscana, Mota del Cuervo ya tenía una ubicación estratégica como población cruce de caminos. Según un mapa de 1681 (del IGN) de la provincia de Toledo (a donde pertenecía entonces Mota del Cuervo). Figuraba como una parada importante en la ruta que unía Lisboa, Guadalupe, con Toledo y con Valencia, pasando por Quintanar de la Orden y Mota del Cuervo, sirviendo de punto de enlace entre Portugal, la meseta y la costa levantina. Otro camino importante era el de Toledo a Murcia, o de los pimenteros, que se bifurcaba con el anterior en Mota del Cuervo, hasta el puerto de Cartagena.

Vista parcial del Mapa de la provincia de Toledo en 1681 donde aparecen Quintanar y Mota del Cuervo unidos por el camino real a Valencia (Fuente IGN)

También otros señalados por Juan de Villuga que iban desde Córdoba a Tarragona, pasando por Mota del Cuervo. Además la cañada real de la Mesta, que conectaba con Andalucía Esta posición facilitaba el flujo de peregrinos, comerciantes, ganaderos y viajeros que cruzaban la villa, lo que aportaba una vitalidad particular y permitía que el convento franciscano sirviera a una amplia comunidad. Les ofrecían hospitalidad y apoyo espiritual a quienes emprendían la peregrinación o atravesaban la población.

La importancia de Mota del Cuervo como punto de paso también está reflejada en la obra póstuma de Miguel de Cervantes: Los trabajos de Persiles y Sigismunda, donde se hace referencia explícita a Mota del Cuervo cuando Cervantes sitúa a sus protagonistas en Quintanar de la Orden y al día siguiente les hace ir “al siguiente pueblo en dirección a Valencia, de cuyo nombre no se acuerda”, que no es otro que Mota del Cuervo. Unos siguen el camino de Valencia y otros el de los Pimenteros (Cartagena –Murcia). Esta referencia cervantina subraya el papel de la villa como una parada en rutas de peregrinación y comercio, dando un contexto de relevancia cultural y religiosa a la presencia franciscana.

2. Los Orígenes de la Tercera Orden Franciscana en Mota del Cuervo

La Tercera Orden Franciscana, fundada en 1221 para personas laicas que deseaban seguir las enseñanzas de San Francisco de Asís sin abandonar la vida secular, encontró en Mota del Cuervo un lugar fértil para su misión a finales del siglo XVI. En 1593, los primeros frailes de la orden se asentaron en el pueblo, construyendo un convento que rápidamente se convirtió en un centro espiritual y social, donde la fe y la asistencia a los necesitados iban de la mano.

El convento, cuya existencia no se menciona en los anales oficiales de la Orden Franciscana, dejó sin embargo huellas físicas, culturales y documentales que aún hoy son visibles. La cúpula del edificio, visible por fuera, señalada con una flecha, con la inscripción de 1593 en su interior, y la torre del campanario, que actualmente sostiene el reloj de la plaza, son vestigios de la presencia franciscana que han llegado hasta nuestros días. Estos elementos arquitectónicos, junto con los relatos orales transmitidos por los habitantes del pueblo, y la alusión a los Hermanos Terceros en los documentos de la época (según E. Lillo) atestiguan la existencia y la relevancia de esta comunidad franciscana en Mota del Cuervo.

2.1. La constancia escrita sobre la Orden Tercera en Mota del Cuervo

En el manuscrito de 18/05/1616 (transcrito por E. Lillo de los archivos municipales), aparece el entonces alcalde ordinario de La Mota, Alexo Nieto, cuando tomó juramento a Antonio Fernández Maroto, ermitaño en la ermita de Ntra. Sra. del Valle de Mota del Cuervo y entre otras cosas dejó claro la existencia de los Hermanos Terceros en La Mota del Cuervo, y así lo repite en dos ocasiones:“

“el susodicho se subió en una silla ajunto dela hermita de San Sebastián, arrimado a la cruz della, y de que salían los hermanos terzeros …

y, ansí mismo, para pedir el cordón de hermano terzero, porque la dicha Orden hera muy buena, y por estar allí los hermanos terçeros desta villa”


La última frase es muy explícita cuando dice que los Hermanos Terceros son los de esta villa, la villa de La Mota del Cuervo.

Ermita de San Sebastián en Mota del Cuervo

2.2. La Integración de Caballeros de Órdenes Militares

Un aspecto singular de la Tercera Orden Franciscana fue la integración de caballeros de las órdenes militares, especialmente de la Orden de Santiago y de la Orden de Alcántara, quienes se unieron a la orden franciscana como “hermanos” seglares. Documentos de la época señalan casos de caballeros que, al final de sus vidas, sintieron la llamada de los ideales franciscanos y buscaron en la Tercera Orden una mayor proximidad espiritual y un retiro donde cultivar la paz interior.

La presencia de estos caballeros reforzaba el vínculo entre la orden franciscana y las órdenes militares, un reflejo de cómo los valores de humildad y caridad podían atraer a hombres que habían pasado sus vidas al servicio de la defensa de la fe. Al integrarse en la comunidad franciscana, estos caballeros simbolizaban la unión entre el compromiso militar y la devoción religiosa, abrazando los ideales de San Francisco en sus últimos años.

3. La Cúpula Franciscana: Una Obra de Belleza y Simbolismo

La cúpula franciscana que se conserva hoy es uno de los elementos arquitectónicos más notables del convento original. Esta cúpula de media naranja ha llegado a nuestros días gracias a un proceso de rehabilitación que ha permitido preservar su esplendor y simbolismo religioso. En la base de la cúpula se ha conservado una hilera decorada con las cruces de dos de las órdenes religiosas y militares más importantes: la Cruz de Santiago, en su característico color rojo, y la cruz flordelisada de la Orden de Alcántara, verde. Estas cruces representan el vínculo entre ambas órdenes militares y refuerzan la conexión histórica entre estas órdenes y la comunidad franciscana.

Vista de una de las cuatro pechinas con el medallón de un evangelista

La cúpula descansa sobre cuatro pechinas, cada una de ellas decorada con un medallón de bulto que representa a uno de los cuatro evangelistas: Mateo, Marcos, Lucas y Juan. Estos bustos en las pechinas aportan una presencia solemne y espiritual, recordando la importancia de los evangelios y la misión de la fe cristiana que los franciscanos llevaron al pueblo. Hoy en día, esta cúpula franciscana realza notablemente el despacho de la Alcaldía, aportando un aura de historia y reverencia que conecta el pasado con el presente.

Vista de la fecha de su construcción (de 1593) entre dos pechinas

3.1. Contexto de las Órdenes en Mota del Cuervo:

Mota del Cuervo, situada en la región de Castilla-La Mancha, estuvo bajo la influencia de las Órdenes Militares, especialmente la Orden de Santiago, que tenía una fuerte presencia en la zona. La Orden de Alcántara, aunque más vinculada a Extremadura, también participaba en la defensa de los territorios cristianos, y su presencia en Castilla-La Mancha a través de sus caballeros fue significativa. Las órdenes militares no solo desempeñaban funciones militares, sino que también tenían un importante papel social y religioso, colaborando con órdenes mendicantes como los franciscanos en la administración y repoblación de territorios.

Encontramos vestigios de la Orden de Santiago en en la cúpula del Convento de San Francisco, en la Iglesia de San Miguel Arcángel y en la Ermita de Manjavacas y (como podemos observar en las imágenes siguientes).

Encontramos vestigios de la Orden de Alcántara en la cúpula del Convento de San Francisco, con la cruz flordelisada verde.

4. Vida franciscana y el legado cultural

La vida de los franciscanos en Mota del Cuervo reflejaba la sencillez y el compromiso con el prójimo propio de la Tercera Orden. Los frailes trabajaban codo a codo con los habitantes, proporcionándoles educación, cuidados médicos básicos y consuelo espiritual. Además de sus funciones religiosas, estos franciscanos introdujeron en la comunidad un vocabulario de respeto y afecto que ha sobrevivido a lo largo de los siglos.

4.1. La Acepción Única de la palabra “Hermano” en Mota del Cuervo

Uno de los legados lingüísticos más distintivos de la Tercera Orden Franciscana en el pueblo fue el uso extendido de la palabra “hermano”. Los frailes utilizaban este término para referirse no solo a los miembros de la orden, sino también a los “hermanos seglares” de la comunidad, los laicos que colaboraban en sus actividades. Con el tiempo, la palabra “hermano” pasó a ser una forma de referirse a las personas mayores de la población, como una muestra de respeto y afecto.

La palabra “hermano” y su acepción única es recogida en este Diccionario Moteño Cervantino de  este mismo autor José Manuel González Mujeriego.  

Este uso de “hermano”, que no está reconocido por la Real Academia Española, se ha mantenido entre los habitantes de Mota del Cuervo, y es una prueba de la influencia duradera de los franciscanos en el trato interpersonal de la comunidad. La palabra se convirtió en un símbolo de cortesía y de conexión entre generaciones, mostrando cómo el legado de los frágiles ha perdurado más allá de la presencia física de la orden.

Es importante conocer cómo Cervantes utiliza en El Quijote de la palabra “Hermano” para dirigirse a vecinos seglares y conocidos no consanguíneos. Así la pone en boca de Sancho:
 (El Quijote, 1 prólogo) “Por Dios hermano que agora me acabo de desengañar de un engaño en el que he estado todo el mucho tiempo que ha que os conozco”

5. El convento: Un espacio de fe y refugio comunitario

El convento de la Tercera Orden Franciscana era mucho más que un espacio de oración. Las celdas de los hermanos franciscanos y su torre de campanario, aún en pie, recuerdan el papel crucial que los frailes jugaron en la vida cotidiana del pueblo. Las celdas, ubicadas dentro del edificio conventual, fueron el lugar de descanso y reflexión de los frailes, pero en épocas de conflicto, como la Guerra Civil Española, estas habitaciones sirvieron también como prisiones políticas, agregando otra capa histórica al legado del convento.

La calle dedicada a San Francisco, una de las más amplias del pueblo, alberga una hornacina con una imagen del santo, lo que permite a los habitantes recordar diariamente el espíritu franciscano que un día transformó a la comunidad. Esta calle y la hornacina son testigos del respeto y devoción que Mota del Cuervo guarda hacia los franciscanos, y representan una parte tangible del impacto cultural y espiritual de la orden en el pueblo.

Esquina de la calle de San Francisco de Mota del Cuervo, con la hornacina de San Francisco en el primer plano (Foto de Belén Guerrero).

5.1. La Desamortización de Mendizábal y el fin de la Orden en el pueblo

La desamortización de Mendizábal en 1836 supuso un golpe devastador para el convento franciscano de Mota del Cuervo. La expropiación de propiedades eclesiásticas llevó a la disolución de muchas comunidades religiosas y a la salida de los franciscanos de Mota del Cuervo. El convento fue desocupado, dejando un vacío que la comunidad local sintió profundamente.

Aunque la desamortización marcó el fin de la Tercera Orden Franciscana en Mota del Cuervo, el recuerdo de los frailes y su influencia en la vida de la comunidad perduraron. Las generaciones posteriores mantuvieron viva la memoria de los franciscanos, transmitiendo sus enseñanzas, sus valores y el uso afectuoso de la palabra “hermano”, que pasó a formar parte de la identidad lingüística.

6. Vestigios y esfuerzos de preservación

A pesar del tiempo y los cambios, algunos vestigios del convento de la Tercera Orden Franciscana aún pueden verse en Mota del Cuervo. La cúpula original de 1593, las pechinas y la torre del campanario son recordatorios visibles de la presencia franciscana. Estos elementos arquitectónicos han sido preservados como parte del patrimonio local.

Las restauraciones de la cúpula y del campanario no son solo trabajos de conservación física; son una forma de honrar la historia y los valores que la Tercera Orden Franciscana aportó a la comunidad.

7. Cervantes y su lazo con la Tercera Orden Franciscana

No solamente los caballeros de las Órdenes Militares se adherían a la Orden Tercera Franciscana, también lo hacían personajes como Miguel de Cervantes, lo           que demuestra su profunda conexión con la espiritualidad franciscana, y representa un aspecto significativo y a menudo menos explorado de su vida. Al igual que sus dos hermanas, Magdalena y Andrea, Cervantes se convirtió, al final de sus días, en hermano fraterno de esta orden seglar, lo que simbolizaba su compromiso con los ideales de humildad, pobreza y penitencia promovidos por San Francisco de Asís. Posteriormente también su esposa Catalina de Salazar también se haría de la Tercera Orden Franciscana.

Después de su fallecimiento, el féretro de Cervantes fue llevado a hombros por cuatro hermanos franciscanos desde su casa hasta el convento de las Trinitarias Descalzas en Madrid, donde fue enterrado. Este acto de ser llevado por los franciscanos hasta su última morada es un símbolo poderoso de la cercanía que Cervantes sentía por la orden y su aceptación como uno de ellos, al menos espiritualmente.

8. Reflexiones finales: Un legado que resiste el paso del tiempo

La presencia de la Tercera Orden Franciscana en Mota del Cuervo es un capítulo único en la historia del pueblo. A pesar de la falta de registros oficiales y de la progresiva secularización de la sociedad, los habitantes de Mota del Cuervo han mantenido vivo el recuerdo de los frailes, sus enseñanzas y sus costumbres.

El uso de la palabra “hermano” como un símbolo de respeto hacia las personas mayores es un legado que aún sigue vivo en la comunidad, mostrando cómo la influencia de los franciscanos ha trascendido las barreras del tiempo y la secularización. La calle de San Francisco, la hornacina con su imagen en una casa particular y los vestigios del convento en donde hoy está el Ayuntamiento, son recordatorios constantes del papel que los franciscanos jugaron en la vida de Mota del Cuervo, y de cómo su presencia ayudó a forjar una identidad única en la comunidad.

La historia de la Tercera Orden Franciscana en Mota del Cuervo es una muestra de cómo una comunidad religiosa puede dejar una huella perdurable, incluso cuando los registros escritos no dan cuenta de su existencia. Es un recordatorio de que, a veces, el legado más valioso es aquel que se mantiene vivo en las palabras y las costumbres.

A la izquierda, en primer término, portada del convento franciscano con arco de medio punto por donde estaban las celdas de los hermanos. (foto de Ernesto Riquelme).

Foto actual de la ampliación del Ayuntamiento sobre el antiguo Convento Franciscano. (foto: jmgm)

Autor: José Manuel González Mujeriego

Asociación de Amigos por la Historia de Mota del Cuervo.
VII Jornadas de la Historia de Mota del Cuervo.
Tercia Real de Mota del Cuervo
9 de noviembre de 2024

Hospital de peregrinos de Mota del Cuervo y su vinculación con Cervantes.

ÍNDICE:

CARACTERÍSTICAS DE LOS HOSPITALES DE POBRES

EL HOSPITAL DE POBRES Y ALBERGUE DE PEREGRINOS DE MOTA DEL CUERVO.
Fundación, características, Bula papal, funcionamiento reciente, situación actual y propuestas de futuro.

MOTA DEL CUERVO ENCLAVE DE PEREGRINACIÓN:
En el Camino de Levante de Santiago, Confluencia con otros caminos de peregrinación, como El Camino de peregrinación a Guadalupe.

VINCULACIÓN DE LOS PEREGRINOS CON EL ENCLAVE DE MOTA DEL CUERVO Y CON CERVANTES

Veremos las características de los hospitales de pobres, concretamente el de Mota del Cuervo y la vinculación de los peregrinos con el enclave de Mota del Cuervo y con Cervantes

En el siglo XVI, los hospitales eran muy diferentes a los actuales. Reflejaban las creencias, conocimientos y prácticas de la medicina de la época.

Algunas características de los hospitales:

1.Carácter religioso: Generalmente estaban vinculados a monasterios o iglesias.


2.Falta de conocimientos médicos avanzados: En el siglo XVI, la comprensión de la anatomía y la fisiología humana era limitada.

3.Tratamientos basados en la teoría humoral: La medicina de la época estaba influida por la teoría de los humores, que sostenía que el equilibrio de cuatro fluidos corporales (sangre, flema, bilis negra y bilis amarilla) afectaba la salud.

4.Falta de higiene y condiciones precarias: Los hospitales solían ser lugares sucios y mal ventilados.

5.Cuidado centrado en los cuidadores: La atención médica se centraba en el confort y el cuidado espiritual tanto como en los tratamientos físicos.

6.Escasez de personal médico cualificado: La escasez de médicos y la falta de educación médica formal significaban que el personal a cargo de la atención a menudo carecía de conocimientos médicos avanzados.

Hospital del pobres de Mota del Cuervo – Fundación

El edificio pertenecía a la Orden de Santiago. El hospital lo dirigía la cofradía de Nuestra Señora de la Asunción.

Tenemos noticias, por los libros de visitas de la Orden de Santiago, de que en la Mota, a 8 de julio de 1538, los visitadores informan de lo siguiente:

   Visitose el hospital de nuestra señora. Es una buena casa., tiene a la entrada un patio e junto a el un portal. Abajo a la mano derecha de él una pieza buena con chimenea y saliendo desta pieza está una escalera por la cual suben a una cámara que una pieza larga donde comen los cofrades del cabildo e baxando de la escalera está otra pieza buena e junto a esta está otra donde se recoge el ospitalero. Y hay en el dicho hospital un establo para las bestias de los pobres. Y hallaronse en el dicho hospital cinco camas bien derecadas de madera hechas e colchón e sabanas e mantas”

El nombre original era: Hospital del Cabildo de Nuestra Señora de la Asunción. No tenemos noticias concretas de su fundación. Las primeras noticias se tienen gracias a las visitas de la Orden de Santiago a Mota del Cuervo en 1538. luego aparece en las relaciones de Felipe II y en el Catastro de la Ensenada. El edificio pertenecía a la Orden de Santiago y el hospital lo dirigía la cofradía de nuestra Sra. De la Asunción. Se sabe que tenía cinco camas bien equipadas.

Hospital de pobres de Mota del Cuervo –  Caracteristicas.

Es un edificio de planta rectangular y dos alturas. La puerta de acceso es adintelada. Sobre ella hay un campanil de un ojo. En su interior hay una capilla renacentista, muy austera, con predominio de la línea horizontal y del arco de medio punto. Tiene una cúpula de media naranja con linterna y una cancela de madera original.

Todo muy austero y en pésimo estado de conservación.

Este edificio sufrió en el XIX sufrió los ataques y los saqueos de las tropas francesa durante la Guerra de Independencia. Tras su desamortización, este edificio siguió con su función hospitalaria hasta después de la Guerra Civil. Actualmente se utiliza como almacén municipal.

Hospital del pobres de Mota del Cuervo – Breve historia de la institución

En la Mota, el 22 de febrero de 1556, fueron confirmadas y aprobadas las ordenanzas de la Cofradía de Nuestra Señora de la Asunción, por Don Francisco de Mendoza, Comendador de la Villa del Infante.

Esta institución alcanzó en su tiempo bienes considerables que fueron objeto de las leyes desamortizadoras del siglo XIX . Fruto de esas desamortizaciones, el 18 de agosto de 1856 fue anunciada la venta de una heredad de Beneficiencia perteneciente al Hospital de caridad de Mota del Cuervo, en la que salieron a subasta tres suertes de 43, 47 y 53 fanegas que estaban arrendadas en aquella fecha a Eugenio Francisco López, Anastasio López Toribio y Cristobal Castellanos, respectivamente.

El Hospital de Pobres de Mota del Cuervo estaba muy bien dotado económicamente, gracias a las rentas que se obtenían por el alquiler de diferentes fincas en el concejo. Esta saneada economía del hospital atrajo el interés de prior del Monasterio de Uclés, del cura del lugar y hasta del ayuntamiento. Todos requerían su parte.

Hospital del pobres de Mota del Cuervo – Bula papal en 1580

Resumen de la Bula

Esta Bula se consiguió de S.S. en 16 de Marzo de 1580
Es del Papa Gregorio XIII que la concedió, y hace relación de que la fundación del Hospital y Cofradía de Ntra. Sra. de la Asunción del mismo Hospital, viene de tiempo inmemorial.

En ella se concede a sus Mayordomos y Cofrades de Ntra. Sra. de la Asunción, el libre uso de elegir Mayordomos, cobrar sus rentas, disponer de ellas en beneficio de dicha Hermandad y hospital, sin intervención del Prior de Uclés, más que el uso de su visita pastoral, con prohibición también al Cura y Concejo de Ayuntamiento, y que se cumpla y guarde lo mandado, bajo las Censuras Eclesiásticas de Excomunión mayor y veinte mil maravedís aplicados por iguales partes, contra guerra de infieles y obras pías, si el dicho Prior, Cura y Ayuntamiento no cumplen lo mandado (*).

*(E. Lillo) ttps://historiademota.com/articulo.aspx?Id=18

Hospital de clérigos de Mota del Cuervo – Segundo hospital coetáneo.

También en de 1538, los visitadores de la Orden de Santiago relatan como en el 1538 ya existía en Mota del Cuervo otro hospital de San Sebastián, que al parecer era destinado a los clérigos, y una Ermita de San Sebastián. Así lo escriben:

   Ospital de San Sebastián. Visitose un hospital que hay en la dicha villa, que se llama San Sebastián. Es una buena casa. Y en entrando ay un patio grande, con sus puertas e çerraduras. E adelante tres pieças e su cocina e chimenea e dos mantas cada una, e dos sávanas e su colchóhn e madera.
  Ropa. Avía en el Hospital,
demás de las dichas camas, dos mantas prietas, un colchón, una cabeçera, nueve sábanas, unos manteles e una delantaera . Una caldera e una sartén e tres asadores.”

Este hospital estaba destinado a los clérigos pobres que iban mendigando. Estaba construido junto a la actual Ermita de San Sebastián por donativo al concejo de Juan Martínez el Cojo y por el producto de la venta de la yerba de las dehesas.

Hay autores que sugieren que ese hospital podría ser el convento de los Trinitarios Descalzos que hay en la  junto a la plaza del Verdinal. Ese donde Astrana Marín dice que recaló Cervantes al regreso de su cautiverio.

Citas en  el Quijote sobre las curas y los remedios de la época.

Cervantes es buen conocedor de los asuntos relacionados con las curas y los remedios medicinales de la época. Cervantes conoce un centenar de remedios medicinales, que los refleja en el Quijote. Mayoritariamente plantas como las malvas, el romero…. (para fabricar el famoso bálsamo de Fierabras), pero también remedios obtenidos de determinados animales (como el Castor y/o minerales (como el azufre, o el mercurio).  Según se refleja en mi libro “La Botica del Quijote”.

Citas en  el Quijote sobre las curas y los remedios de la época

Dioscórides fue un médico, farmacéutico y botánico de la Grecia romana del siglo primero (Anazarba, Anatolia, c. 40- c. 90), autor del libro
De Materia Médica”.

El Dr. Laguna (Segovia 1510 – Guadalajara 1559)​ fue el médico personal del emperador Carlos V, de Felipe II y del papa Julio III. Tradujo directamente  a Dioscórides y adaptó su obra a la flora española, por sus conocimientos de botánica y de  farmacología.

«Con todo eso, respondió Don Quijote, tomara yo más aina un cuartel de pan, o una hogaza y dos cabezas de sardinas arenques, que cuantas yerbas describe Dioscórides, aunque fuera el ilustrado doctor Laguna». (Quijote, I parte, capítulo 18).

Cervantes era conocedor de estos dos eminentes médicos, farmacéuticos y botánicos. Ya que los cita en su obra magna.

Citas en  el Quijote sobre los peregrinos y los hospitales de pobres.

Cervantes es buen conocedor de la Materia Médica de Dioscórides y del Dr. Laguna, pero además  Sus conocimientos médicos los había adquirido de su padre, Rodrigo Cervantes, que era cirujano barbero y éste a su vez de su abuelo Juan Díaz de Torreblanca que fue un reputado médico cordobés.

Es por esta relación por la que cita también en su obra magna, a los hospitales de pobres, y  a los albergues de peregrinos, como veremos a continuación.

Cervantes tenía muchos conocimientos de medicina, no solo por el “Dioscórides”, sino por sus antepasados sanitarios. Cervantes cita en su obra muchas alusiones a los hospitales de pobres y los albergues de peregrinos, como veremos más adelante

Alusiones de Cervantes a los hospitales, a los peregrinos y albergues de peregrinos

CITAS DEL HOSPITAL EN EL QUIJOTE (Mota del Cuervo)

En el episodio del moteño Juan Haldudo (el rico, el vecino del Quintanar), que estaba apaleando a su criado Andresillo y la contundente defensa de Don Quijote, el apaleado describe las consecuencias posteriores:

No sólo no me pagó -respondió el muchacho-, pero así como vuestra merced traspuso del bosque y quedamos solos, me volvió a atar a la mesma encina y me dio de nuevo tantos azotes, que quedé hecho un San Bartolomé desollado; y a cada azote que me daba, me decía un donaire y chufeta acerca de hacer burla de vuestra merced, que, a no sentir yo tanto dolor, me riera de lo que decía. En efecto, él me paró tal, que hasta ahora he estado curándome en un hospital del mal que el mal villano entonces me hizo”. (I, CAP 31)

OTRA REFERENCIA A LOS PEREGRINOS (en Mota del Cuervo)

Sancho, vio que por el camino por donde él iba venían seis peregrinos con sus bordones, de estos extranjeros que piden la limosna cantando…Uno de ellos con mucha atención, arremetió a él, echándole los brazos por la cintura; en voz alta y muy castellana, dijo: –¡Válame Dios! ¿Qué es lo que veo? ¿Es posible que tengo en mis brazos al mi caro amigo, al mi buen vecino Sancho Panza? Admiróse Sancho de verse nombrar por su nombre y de verse abrazar del extranjero peregrino, y, después de haberle estado mirando sin hablar palabra, con mucha atención, nunca pudo conocerle; pero, viendo su suspensión el peregrino, le dijo:

–¿Cómo, y es posible, Sancho Panza hermano, que no conoces a tu vecino Ricote el morisco, tendero de tu lugar? … y le contestó: –¿Quién diablos te había de conocer, Ricote, en ese traje de moharracho que traes? (Q II CAP. 54)

Alusiones de Cervantes a los Hospitales, a los peregrinos y Albergues de Peregrinos

CITAS DEL HOSPITAL EN EL QUIJOTE (En Barcelona)

En su conversación con Don Alvaro Tarfe

“–Yo –dijo don Quijote– no sé si soy bueno, pero sé decir que no soy el malo; para prueba de lo cual quiero que sepa vuesa merced, mi señor don Álvaro Tarfe, que en todos los días de mi vida no he estado en Zaragoza; antes, por haberme dicho que ese don Quijote fantástico se había hallado en las justas desa ciudad, no quise yo entrar en ella, por sacar a las barbas del mundo su mentira; y así, me pasé de claro a Barcelona, archivo de la cortesía, albergue de los extranjeros, hospital de los pobres, patria de los valientes, venganza de los ofendidos y correspondencia grata de firmes amistades, y, en sitio y en belleza, única. (Q, II cap. 72).

OTRA REFERENCIA A LOS PEREGRINOS (En Barcelona)

En el episodio cuando Don Quijote y Sancho son capturados en Barcelona por el bandolero Roque Guinart los peregrinos a dar toda su miseria, pero Roque les dijo que se estuviesen quedos, y volviéndose a los suyos, les dijo: –Destos escudos dos tocan a cada uno, y sobran veinte: los diez se den a estos peregrinos, y los otros diez a este buen escudero, porque pueda decir bien de esta aventura. (QII, cap. 60). (*)

Preguntó Roque a los peregrinos lo mesmo que a los capitanes; fuele respondido que iban a embarcarse para pasar a Roma, y que entre entrambos podían llevar hasta sesenta reales”.

“ya los capitanes habían desembolsado los sesenta. Iban los peregrinos a dar toda su miseria, pero Roque les dijo que se estuviesen quedos, y volviéndose a los suyos, les dijo: –Destos escudos dos tocan a cada uno, y sobran veinte: los diez se den a estos peregrinos, y los otros diez a este buen escudero, porque pueda decir bien de esta aventura”.

(*) Don Quijote y Sancho son capturados en Barcelona por el bandolero Roque Guinart . Junto a ellos vienen unos peregrinos que iban a embarcarse en Barcelona. Cuando a toda la comitiva les hacen entregar sus dineros, a los peregrinos les bonifican con diez escudos y al escudero otros diez. Es curioso cómo este personaje de Roque Guinart si es considerado como real por el académico Martín de Riquer y en cambio muchos cervantistas no aceptan los personajes reales en el resto de la obra… Como Juan Haldudo, los alcaides de Mota del Cuervo, el morisco Ricote…  

Cervantes, un gran viajero para su época (2) – Atraviesa la Mancha y Mota del Cuervo.

Interviene como soldado en la Batalla de Lepanto en 1571. A su regreso a España, en 1575 es capturado por los corsarios en Rosas (junto a su hermano). Estuvo cinco años cautivo en Argel hasta que lo rescataron los P.P. Trinitarios.

En total estaría ausente de España 11 años. hasta que, en 1580, lo rescataron los Trinitarios, que lo condujeron hasta Denia. De allí va hacia Valencia y, ligera el alma y más ligera aún la bolsa, pasó a Madrid, por el camino real de Valencia, atravesando Mota del Cuervo y es posible que recalara en el Convento  de los Trinitarios de la plaza del Verdinal. (según Astrana Marín) 

Cervantes, un gran viajero para su época  – peregrinos en Quintanar y en la Mota.

En 1581 Tras la anexión de Portugal a España, Cervantes se desplazó a Lisboa, siguiendo la corte de Felipe II. A su vuelta a Madrid en 1582 transita por el camino de peregrinación a Guadalupe, por el que hace “recorrer” a sus protagonistas en el Persiles, pasando por Quintanar y la Mota, hasta Valencia. Una ruta que coincide con los caminos descritos por Juan de Villuga.

Desde Quintanar hace ir a sus protagonistas al siguiente pueblo, del que no se acuerda (*). Y desde allí, Cervantes relata cómo los protagonistas del Persiles toman la dirección a Valencia y los estudiantes el camino de Cartagena.
(*) La geografía se obstina en llamar al siguiente pueblo después de Quintanar, en dirección a Valencia, Mota del Cuervo.

Cervantes cita también a los peregrinos en su obra póstuma del Persiles. En esta ocasión en el camino de peregrinación desde Lisboa hasta Guadalupe (pasando por Quintanar y Mota del Cuervo y luego desde ahí hasta Valencia y Barcelona.

Caminos de peregrinación por Mota . Cervantes los representa en sus dos principales obras.

Vemos en esta imagen cómo Cervantes se refiere en el Quijote y en El Persiles la misma bifurcación en Mota del Cuervo.

Resumen:

Cervantes utiliza personajes y escenas reales en su obra magna, lo cual contribuye al éxito de la misma, al permitir la presencia de todo tipo de personas, al contar las anécdotas más ocurrentes, las mejores bromas, los chascarrillos y los refranes más acertados.

También las mejores sentencias en multitud de temas, fruto todo ello de la gran formación de Cervantes en las más variadas disciplinas, desde la medicina a la geografía, desde el derecho hasta en la cocina y por supuesto en la literatura, que le llevó a ser uno de los escritores más reconocidos mundialmente.



Autor: José Manuel González Mujeriego

Asociación de Amigos por la Historia de Mota del Cuervo.
Ciclo de conferencias: Hospitales de Peregrinos en el Camino de Santiago.
Ateneo de Madrid
16/03/2024


Recorrido Turístico Molinero de Mota del Cuervo

  1. Punto de partida: Sierra de los molinos de viento de Mota del Cuervo. Molino El Cervantes. 
  1. Haremos un recorrido por esta Sierra de los Molinos de Mota del Cuervo para descubrir estos siete gigantes que nos rodean, contra los que luchó don Quijote en la ficción. Identificaremos las maravillosas vistas que tenemos desde este Balcón de la Mancha, tanto de la Villa Cervantina de Mota del Cuervo como de los pueblos y parajes naturales privilegiados que nos rodean. 

Vista panorámica de Mota del Cuervo 

En primer lugar, sorprende la espectacular vista panorámica de la Villa Cervantina de Mota del Cuervo. Algo que ya destaca Cervantes en el Quijote, cuando el hidalgo y su escudero, en su tercera salida, regresan a su lugar. 

«Con estos pensamientos y deseos subieron una cuesta arriba, desde la cual descubrieron su aldea, la cual, vista de Sancho, se hincó de rodillas y dijo: 

Abre los ojos, deseada patria, y mira que vuelve a ti Sancho Panza, tu hijo, si no muy rico, muy bien azotado…». (El Quijote, II cap. 72). 

Vista panorámica de la Villa de Mota del Cuervo desde la sierra de sus molinos de viento.

Cabe destacar que esta circunstancia de subir una cuesta y encontrarse allí abajo su lugar sólo puede darse en determinados lugares de la inmensa llanura manchega, como es el caso de Mota del Cuervo. 

Orígenes de Mota del Cuervo 

Desde este enclave tan elevado donde se sitúan siete de los numerosos molinos de viento que hubo en esta sierra, podemos identificar, ahí abajo, una extraordinaria vista panorámica de este lugar de la Mancha llamado Mota del Cuervo. Una villa que se constituyó a raíz de la fusión de dos núcleos poblacionales: Primero fue la aldea de El Cuervo, de la que ya se tienen noticias de su existencia en 1185 (cuando aún esta tierra estaba dominada por los árabes) y que después perteneció al antiguo y conocido Campo de Montiel (formando frontera con el mismo). Desde esta atalaya podemos ver la Iglesia de El Cuervo (la cual se recomienda visitar en el recorrido urbano junto con otros monumentos en programa aparte). Más tarde, El Cuervo se fusionaría con el núcleo poblacional denominado La Mota, que estaba situado en la cercanía del castillo del mismo nombre, el cual existió en esta misma Sierra de los Molinos (concretamente en la zona donde ahora está el molino El Zurdo). Posteriormente a estos dos núcleos poblacionales se añadió la población procedente de Manjavacas (que llegó a desaparecer ―siglo xv― y que también perteneció al antiguo Campo de Montiel). Sus habitantes se establecieron también en lo que finalmente sería la villa de Mota del Cuervo. 

Desde aquí podrán disfrutar, en una vista panorámica, de la arquitectura típica manchega y de los dos núcleos urbanos históricos diferenciados: El Cuervo (al sur) y La Mota (al norte), y podrán iniciarse en la cultura de la región con la ruta circular de la Sierra de los Molinos de Viento, sin apenas desplazarse, gracias a las magníficas vistas desde este maravilloso enclave de la Sierra de los Molinos.  

La Sierra de los Molinos 

Es una pequeña cadena montañosa formada por estribaciones de la Sierra de Altomira, a las faldas de la cual se encuentra la población de Mota del Cuervo. En esta sierra es donde se hallan los siete famosos molinos de viento. Estos molinos son emblemáticos de La Mancha y fueron inmortalizados por Miguel de Cervantes en su obra El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha. Son ejemplos fascinantes de la tradición molinera de la zona y cada uno de ellos tiene su propia historia y características distintivas. 

Los molinos de Mota del Cuervo 

Molino de Viento El Zurdo 

Este molino está declarado como Bien de Interés Cultural. Es el único que se conserva intacto desde tiempo inmemorial; es de propiedad privada, con la cual ha colaborado con la Asociación de Amigos de los Molinos de Mota del Cuervo en su mantenimiento. El Zurdo es uno de los molinos de viento más emblemáticos de Mota del Cuervo, debido a su singularidad al girar sus aspas en sentido contrario a las agujas del reloj, es decir, a izquierdas, de ahí su nombre. El Zurdo ha servido de modelo para reproducir, a su imagen y semejanza, el resto de los molinos en la zona. 

Molino de Viento El Cervantes 

Este molino rinde homenaje al famoso escritor Miguel de Cervantes, autor de El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha, obra que inmortalizó la imagen de los molinos de viento. El Cervantes un molino reconstruido en 1963 sobre las ruinas de otro similar que hubo en esta sierra de los molinos. 

Molino de Viento El Piqueras 

Este molino lleva el nombre de Joaquín Piqueras Mujeriego, fundador de la Asociación de Amigos de los Molinos de Mota del Cuervo en el año 1956. El Piqueras también es un molino reconstruido y forma parte del conjunto de la Sierra de los Molinos. En su interior se podrá ver la historia de nuestra Asociación. 

Vista parcial de los molinos de viento de Mota del Cuervo (foto jmgm)

Molino de Viento El Gigante 

Este molino rememora con su nombre la creencia de don Quijote de que luchaba contra gigantes, no contra molinos de viento, como le hace ver Sancho. 

«Y diciendo esto, dio de espuelas a su caballo Rocinante, sin atender a las voces que su escudero Sancho le daba, advirtiéndole que sin duda alguna eran molinos de viento, y no gigantes aquellos que iba a acometer». (El Quijote, I, cap. 8). 

Maquinaria del molino de viento. En primer plano arriba la rueda Catalina. Abajo a la derecha la linterna molinera que hace girar a la piedra volandera del molino. (foto jmgm).

La maquinaria de este molino está dotada de madera de encina, concretamente de una gran rama que se desgajó de una encina milenaria que hubo en Mota del Cuervo. Esta maquinaria le permite moler a la antigua usanza. Cada sábado, si el viento lo permite, el molino El Gigante realiza una molienda tradicional. El molinero escala las aspas del molino para asir en ellas sus grandes lienzos y así poder captar el viento más favorable, que será el que mueva las aspas del molino. Esta fuerza del viento es captada por las aspas y transmitida por el eje principal, que a su vez transmite la fuerza a la linterna molinera y ésta a la piedra volandera del molino, que en su fricción con la piedra solera tritura el cereal para convertirlo en harina. La transmisión de la  fuerza del viento a través del eje principal hasta llegar a la piedra volandera y solera es un proceso increíblemente ingenioso y lleno de historia. Ver y escuchar el ruido estruendoso de los artilugios de madera que componen esta maquinaria en acción es una experiencia impactante y única. 

Impresiona ver esta molienda por su grandeza y por el ruido estruendoso que hacen los artilugios de madera que conforman la maquinaria del molino. Es un espectáculo que no deben perderse. 

Presenciar la molienda tradicional en el molino El Gigante es, sin duda, un espectáculo que permite sumergirse en el pasado y apreciar la importancia de los molinos de viento en la vida cotidiana de antaño. Además, es una oportunidad para comprender el proceso de producción de harina a través de la trituración del cereal y cómo esta actividad era fundamental en la agricultura y la alimentación de la época. 

Recomendaría a todos los visitantes de Mota del Cuervo no perderse la oportunidad de presenciar esta molienda tradicional en el molino El Gigante, siempre que el viento lo permita. Es una experiencia única que nos conecta con la historia y la tradición molinera de la región y nos permite apreciar la maestría y la belleza de esta antigua tecnología. 

En el Molino de Viento El Gigante está instalada la Oficina de Turismo de Mota del Cuervo, donde facilitan información sobre qué visitar tanto en los molinos como en Mota del Cuervo, donde algunos autores sostienen que pudo Cervantes referirse como ese lugar de la Mancha del que no quiso acordarse. Desde esa oficina informan al visitante sobre lugares que no te puedes perder, como la Iglesia parroquial de San Miguel Arcángel y otros edificios eclesiásticos. También se puede visitar la Tercia Real, que es el edificio civil más antiguo de Mota del Cuervo, mandado construir por Fernando el Católico, que era el Gran Maestre de la Orden de Santiago. También se recomienda visitar el Museo de la Alfarería, típica de Mota del Cuervo, realizada por mujeres. Un museo enclavado junto al único horno comunal alfarero, donde cuecen la famosa cerámica de Mota del Cuervo. 

Molino de Viento El Goethe 

Este molino rinde homenaje al escritor alemán Johann Wolfgang von Goethe, debido al apoyo prestado por la embajada alemana para su reconstrucción sobre las ruinas de otro molino similar. 

Actualmente, en el molino El Goethe está el Museo Austión Tirado, un reconocido y premiado escultor, donde el artista crea sus piezas en chapa batida, una técnica casi olvidada, que ahora resurge con fuerza para dar luz a esas singulares y premiadas esculturas. Este Museo Austión Tirado alberga de forma rotativa la obra de otros escultores y artistas. 

La técnica de chapa batida es una forma de trabajar el metal en la cual se moldea y da forma a las láminas mediante golpes y presión, creando así esculturas únicas y distintivas. Es interesante que el museo promueva esta técnica casi olvidada y brinde un espacio para exhibir las piezas de Austión Tirado, así como las de otros escultores y artistas. 

La combinación de la visita al molino de viento El Goethe, con la oportunidad de apreciar las esculturas y obras de arte en el Museo Austión Tirado, sin duda brinda una experiencia cultural y artística completa. Es un testimonio del carácter dinámico y en constante evolución del arte y una muestra de cómo los lugares históricos pueden transformarse en espacios contemporáneos para la creatividad y la expresión artística. 

Molino de Viento El Irak 

Se reconstruyó en 1975 sobre las ruinas de otro molino de viento con la colaboración del gobierno de Irak y albergó objetos de la artesanía iraquí. Sus medidas son algo mayores que las del resto de los molinos de esta sierra. Actualmente en este molino está el museo Etnográfico Teresa Cano Lillo en donde se pueden admirar objetos de labranza, muebles y enseres propios de mediados del siglo XX.

Molino de Viento El Grillparzer 

Se reconstruyó en 1967 con el apoyo de la embajada austriaca. Está dedicado a Franz Grillparzer un reconocido dramaturgo y poeta austriaco. 

  1. Otros monumentos en la Sierra de los Molinos 

Chozo o Pozo de la Nieve 

Desde los aledaños del molino El Goethe podemos observar un edificio blanco, circular y abovedado, se trata de un nevero o Pozo de la Nieve (más conocido en La Mota como Chozo de la Nieve). Está situado cerca de La Pozanca, próximo a donde estuvo el castillo de la Mota y al molino El Zurdo. El nevero es de piedra, encalado para conservar más baja la temperatura interior, tiene una estructura circular, con una profundidad de 4 metros. La cubierta es abovedada y tiene un óculo en la cúspide. En la foto (de C. Romeral) podemos observar cómo entra el sol por ese óculo y se refleja en el suelo junto a la puerta de entrada. 

En este nevero se depositaba la nieve, mediante la técnica del «empozado», que consistía en recoger la nieve caída en los alrededores del pozo, compactarla a continuación y extender sobre ella una capa de paja que cubría una nueva capa de nieve. Una vez lleno se cubría su boca con paja larga y con tablas que lo aislaban e impedían la acción del calor para su mejor conservación. Tenía un pequeño desagüe. La nieve era vendida en bloques de hielo para hacer bebidas de nieve o conservación de alimentos. El obligado de la nieve o nevero era la persona que se ocupaba de acumular la nieve y luego de venderla, limpia de polvo y paja (de ahí viene el famoso dicho). 

Cervantes era conocedor de esta práctica, puesto que hace alusión a las bebidas de nieve, refrescadas con nieve o hielo. Incluso se publicaron diversos tratados por médicos españoles de la época, explicando las cualidades para la salud e incluso terapéuticas del frío. 

«Digo esto, Sancho, porque bien has visto el regalo, la abundancia que en este castillo que dejamos hemos tenido; pues en metad de aquellos banquetes sazonados y de aquellas bebidas de nieve, me parecía a mí que estaba metido entre las estrechezas de la hambre». (El Quijote, II, cap. 58). 

Se desconoce exactamente desde cuándo está este nevero en Mota del Cuervo, pero ya aparece citado en Catastro de la Ensenada (1752). Su emplazamiento es ideal, ya que está situado en el Camino Real a Valencia y muy cerca del camino de Córdoba a Tarragona. 

Chozo de la Nieve (foto C. Romeral) 

  1. Pueblos y parajes que se divisan desde la Sierra de los Molinos 

Los pueblos que se describen a continuación son algunos de los que rodean el término municipal de Mota del Cuervo. Unos pueden verse desde este maravilloso enclave y otros sólo nos indican sus alumbrados urbanos al anochecer, y en determinadas fechas podemos admirar los fuegos artificiales con los que anuncian sus respectivas fiestas patronales. 

El Toboso 

 Desde el paraje de los molinos, los visitantes pueden disfrutar de una vista panorámica que se extiende hacia El Toboso. El recorrido visual permite observar la Iglesia de El Toboso y las casas que la rodean, lo que brinda una imagen vívida del encanto y la arquitectura de este pintoresco pueblo, al que Cervantes convirtió en la patria de Dulcinea. 

Vista de El Toboso desde los molinos de viento de Mota del Cuervo. «Un lugar tan cerca de El Toboso» (foto jmgm)

La cercanía de El Toboso a Mota del Cuervo, a solo dos leguas en la época de Cervantes, agrega un elemento adicional de interés histórico y geográfico a la experiencia del recorrido. Las alusiones de Cervantes a esta cercanía en su obra literaria hacen que el paisaje y la historia cobren vida para los lectores y visitantes que deseen seguir los pasos del ilustre escritor. 

Esta cercanía de El Toboso a Mota del Cuervo es uno de los principales argumentos que esgrimo en mi libro titulado Lo que Cervantes calló. Esto dice Cervantes en el Quijote: 

«Sancho Panza pensaba que cuanto su amo decía era verdad, sabiendo él quién era, habiéndole conocido desde su nacimiento; y en lo que dudaba algo era en creer aquello de la linda Dulcinea del Toboso, porque nunca tal nombre ni tal princesa había llegado jamás a su noticia, aunque vivía tan cerca del Toboso». (El Quijote I, cap. 13). 

«―¡Ta, ta! ―dijo Sancho―. ¿Que la hija de Lorenzo Corchuelo es la señora Dulcinea del Toboso, llamada por otro nombre Aldonza Lorenzo? ―Esa es ―dijo don Quijote―y es la que merece ser señora de todo el universo. 

―Bien la conozco ―dijo Sancho―, y sé decir que tira tan bien una barra como el más forzudo zagal de todo el pueblo. ¡Vive el Dador, que es moza de chapa, hecha y derecha y de pelo en pecho, y que puede sacar la barba del lodo a cualquier caballero andante, o por andar, que la tuviere por señora!  

―¡Oh hi de puta, qué rejo que tiene, y qué voz! Sé decir que se puso un día encima del campanario del aldea a llamar unos zagales suyos que andaban en un barbecho de su padre, y aunque estaban de allí más de media legua, así la oyeron como si estuvieran al pie de la torre». 

Es tan notoria la cercanía que describe Cervantes entre El Toboso y el «lugar de la Mancha», que invalida otros lugares candidatos situados a 120 kilómetros como Villanueva de los Infantes

Quintanar de la Orden 

Siguiendo nuestro recorrido visual desde este balcón de la Mancha (donde están situados los siete molinos de Mota del Cuervo y siguiendo el sentido de las agujas del reloj) se encuentra Quintanar de la Orden. Un pueblo que fue, en la época de Cervantes, capital del Común de la Mancha. Miguel de Cervantes lo nombra directamente en su obra póstuma de Los trabajos de Persiles y Sigismunda, donde sitúa unos peregrinos a los que envían en dirección a Valencia y cuando llegan al siguiente pueblo, o sea, a Mota del Cuervo (donde nos encontramos ahora), vuelve a decir aquello de que «llegan a un lugar no muy pequeño ni muy grande de cuyo nombre no me acuerdo». El hecho de que Cervantes mencione directamente a Quintanar de la Orden en su obra póstuma Los Trabajos de Persiles y Sigismunda muestra la conexión literaria con esta región y su presencia en la obra del ilustre escritor. 

El recorrido visual desde el balcón de la Mancha hacia Quintanar de la Orden y los otros lugares mencionados en las obras de Cervantes es una experiencia que combina la realidad del paisaje con la riqueza literaria y cultural de La Mancha. Permite a los visitantes sumergirse en la historia, la literatura y la identidad de la región, y seguir los pasos de uno de los escritores más destacados de la literatura universal. 

Es un viaje en el tiempo y la imaginación que conecta la realidad con la ficción, y permite apreciar la belleza y la diversidad de esta encantadora región de España. 

Picota o Rollo de Justicia en Quintanar de la Orden, que indicaba la categoría administrativa del lugar, levantándose sólo en las villas que tenían plena jurisdicción. (foto jmgm)

Miguel Esteban

Siguiendo ese recorrido visual desde la Sierra de los Molinos de Viento de Mota del Cuervo y más al oeste que el ya mencionado El Toboso (el pueblo de Dulcinea), y casi en línea recta, se encuentra el pueblo de Miguel Esteban. Es curioso observar, desde este magnífico mirador de los molinos de viento, donde nos encontramos, coincidiendo con las fiestas de ese pueblo, la llamativa pirotecnia que lucen por sus fiestas patronales. 

Villanueva de Alcardete 

Siguiendo ese recorrido visual, en el sentido de las agujas de reloj, ya en el norte respecto a Mota del Cuervo, desde su sierra de los molinos, podemos observar ―por la noche― las luces de Villanueva de Alcardete, una importante villa, que en su día formó una encomienda a la que pertenecían Mota del Cuervo, Quintanar de la Orden y Villanueva de Alcardete. Actualmente, Mota del Cuervo pertenece a la provincia de Cuenca, mientras que Quintanar de la Orden y Villanueva de Alcardete pertenecen a la provincia de Toledo. 

Los Hinojosos 

Siguiendo la dirección de las agujas del reloj en dirección al noroeste, respecto a nuestra posición en la Sierra de los Molinos de Mota del Cuervo, encontramos la población de Los Hinojosos, antaño dos pueblos llamados «La Orden» (que indica la pertenencia de la Orden de Santiago de todas estas villas) y «El Marquesado», perteneciente al Marqués de Villena. En la actualidad, estos dos pueblos se han unido bajo el nombre de Los Hinojosos. Conservan el pozo con un formidable brocal, con dos agujeros, de donde extraían el agua los vecinos de ambos pueblos. También conservan cada uno su flamante iglesia, algo que llama la atención en un pueblo tan pequeño. 

Brocal del pozo de que dividía los dos pueblos: La Orden y El Marquesado,


Monreal del Llano 

Siguiendo el recorrido circular, desde los molinos de Mota del Cuervo, en dirección al noreste, nos encontramos el pequeño pueblo de Monreal del Llano. Así lo indica la demarcación que hay cerca de los molinos que señala la Ruta del Quijote, no en vano este fue el último pueblo que pisó don Quijote en su regreso (en la tercera salida) hacia su «lugar de la Mancha»: ¿Mota del Cuervo? 

La Ruta del Quijote proporciona una oportunidad única para que los visitantes sigan los pasos del icónico caballero andante y se sumerjan en la historia y la cultura de La Mancha. La presencia de don Quijote y su legado literario añade una dimensión adicional de encanto y magia a la experiencia del recorrido. 

Belmonte 

Más al este se encuentra Belmonte, un enclave maravilloso. Este pueblo cuenta con un impresionante castillo medieval (visitable) que es uno de sus principales atractivos turísticos de la zona. El Castillo de Belmonte es una fortaleza bien conservada que ofrece a los visitantes la oportunidad de sumergirse en la historia y la arquitectura medieval. Desde lo alto del castillo, se puede disfrutar de unas vistas panorámicas impresionantes del pueblo y los alrededores. 

Además del castillo, Belmonte también cuenta con una magnífica colegiata, la Colegiata de San Bartolomé, que es un ejemplo destacado de arquitectura gótica. Su impresionante fachada y su interior bien decorado hacen que la visita sea aún más especial. 

El pueblo en sí tiene un encanto pintoresco, con calles adoquinadas, casas de piedra y plazas acogedoras. Es un lugar perfecto para pasear y disfrutar de un ambiente tranquilo y relajado. 

Belmonte es un destino ideal para aquellos que buscan sumergirse en la historia, la cultura y la belleza arquitectónica de España. Además, ofrece la oportunidad de disfrutar de la autenticidad de un pueblo encantador y acogedor. Sin duda, es un lugar que vale la pena explorar y que dejará una impresión duradera en quienes lo visiten. 

Socuéllamos 

Una importante villa cuyo término limita al norte con el de Mota del Cuervo. En Socuéllamos podemos visitar la Casa de la Encomienda, reconstruida en 1478 por el Comendador de Vejezate, Lorenzo Mexía, con fondos destinados a la reparación de la casa de la Encomienda de la Torre de Vejezate. Esta encomienda era propietaria de los enclaves de Socuéllamos y de Manjavacas, donde en esta última, a pesar de su despoblamiento, el Comendador poseía otra casa donde se cobraba el portazguillo.  

Campo de Criptana 

Una villa molinera formada por la fusión de tres núcleos poblacionales: Criptana, Villajos y El Campo, tomando finalmente el nombre de Campo de Criptana. Existe en Mota del Cuervo un camino llamado El Campo que nos lleva directamente a los molinos de Campo de Criptana, por donde discurre la Ruta del Quijote, que nos llevará hasta Puerto Lápice y luego a Sierra Morena. 

Esto es lo que escribe Cervantes, sobre el camino hacia Puerto Lápice, que toman don Quijote y Sancho tras la aventura de los Molinos: 

«Y ayudándole a levantar, tornó a subir sobre Rocinante, que medio despaldado estaba; y hablando en la pasada aventura, siguieron el camino del puerto Lápice…». (El Quijote, I, cap. 8). 

«Tornaron a su comenzado camino del puerto Lápice, y a hora de las tres del día le descubrieron». (El Quijote, I, cap. 8). 

Pedro Muñoz 

Es el pueblo de la provincia de Ciudad Real más próximo a Mota del Cuervo. Desde esta Sierra de los Molinos de Mota del Cuervo, se pueden observar al anochecer las luces de Pedro Muñoz. Es un pueblo con numerosas casas blasonadas. También posee un complejo lagunar con abundantes aves migratorias y un centro de interpretación que atrae a numerosos ornitólogos. 

  1. Parajes naturales 

Despeñaperros 

El Paso de Despeñaperros es una garganta natural que atraviesa la Sierra Morena, ubicada en la provincia de Jaén (Andalucía). Desde la Sierra de los Molinos de Mota del Cuervo hay quien asegura que es posible observar, con unos buenos prismáticos, el Paso de Despeñaperros en los días despejados. Aunque se trata de un terreno llano, debido a la distancia entre estos dos enclaves es prácticamente imposible asegurar esta vista. 

Lo que sí es cierto es la posibilidad de contemplar la gran lejanía del horizonte desde esta atalaya tan privilegiada. En un primer lugar, lo que fuera el antiguo y conocido Campo de Montiel. 

Complejo Lagunar de Manjavacas 

La referencia al Complejo Lagunar de Manjavacas y su fauna es fascinante. Es el paraíso para los ornitólogos. La existencia de flamencos, avocetas, patos, grullas y otras especies hacen de esta reserva natural un lugar de gran valor para la observación de la fauna local y de las aves migratorias que, en ocasiones, llegan a anidar en los aledaños. Visitar la Ermita de Manjavacas (donde se venera a la Virgen de Manjavacas, patrona de Mota del Cuervo) y sus famosas lagunas endorreicas, declaradas Reserva Natural, es una excelente recomendación para aquellos que deseen conectarse con la naturaleza y la rica biodiversidad de la Mancha Húmeda. 

Ver programas turísticos específicos para Manjavacas. 

Vista del Complejo Lagunar de Mota del Cuervo (foto: jmgm)

La Pozanca o Pozo del Castillo 

Es un pozo situado en la carretera de Belmonte, muy cerca del núcleo urbano de Mota del Cuervo. Las aguas de La Pozanca proceden de las estribaciones de la Sierra de Altomira; son de buena calidad, pero algo calcáreas. Es un gran pozo de planta rectangular, de unos 12 metros de profundidad y un brocal ovalado con dos accesos. Uno de ellos está dotado con una bomba manual para extraer el agua. También cuenta con una pila para abrevar a los animales. Una de las veces que lo limpiaron sacaron varios metros de cascotes de cántaros, ya que hace bastante tiempo las personas que venían a buscar aquí el agua sumergían directamente los cántaros atados con una cuerda al asa de los mismos, con el consiguiente riesgo de romperlos al subirlos o bajarlos al chocar con el brocal. Las personas que lo limpiaron en una ocasión aseguraban que el agua manaba en un lagrimal del risco. 

Pozancanca o Pozo del Castillo (foto jmgm).

Más información y otros pozos en el siguiente enlace: https://motadelcuervoellugardelamancha.com/category/mota-del-cuervo-y-su-naturaleza/ 

  1. Otros puntos urbanos de interés de Mota del Cuervo que no pueden perderse 

Iglesia Parroquial de San Miguel Arcángel 

Consta de una planta de salón con tres naves y varias capillas laterales. Destaca su puerta norte, de estilo plateresco, con una gran venera que indica la pertenencia a la Orden de Santiago. Está declara bien de interés cultural, y junto con otros edificios eclesiásticos son paradas imprescindibles para los amantes de la arquitectura y de la historia. (Ver programas aparte). 

Iglesia de San Miguel Arcángel de Mota del Cuervo. Portada norte, de estilo plateresco. (foto jmgm).

Esta Iglesia de San Miguel Arcángel está ubicada al sur de la población, donde anteriormente existió la Aldea del Cuervo. Con el tiempo, esta aldea se fusionó con la población situada más al norte, conocida como La Mota, para formar el núcleo urbano de Mota del Cuervo. También, tras la despoblación de Manjavacas, sus habitantes se integraron en la población de Mota del Cuervo. 

La Tercia Real 

El edificio civil más antiguo de Mota del Cuervo es La Tercia Real, otro lugar destacado para visitar. Su construcción, bajo la orden de Fernando el Católico, Gran Maestre de la Orden de Santiago, lo convierte en un testimonio histórico importante. Observar el escudo nobiliario del rey y comprender el papel que desempeñaba en la recaudación de alcabalas (como las que recaudaba Cervantes en su etapa de alcabalero) y de impuestos en especie (cereales, aceite, vino…) brinda una visión fascinante de la economía y la administración en ese momento histórico.  

Tercia Real de Mota del Cuervo. Edificio fiscal donde se recaudaban en especie la parte de los impuestos que correspondían al rey,


Museo de la Alfarería 

Otra visita interesante es el Museo de la Alfarería, ya que permite sumergirse en la tradición alfarera de Mota del Cuervo, particularmente realizada por mujeres. Explorar las técnicas del urdido y los estilos únicos de la alfarería local es una forma de apreciar la artesanía y la cultura de la zona. 

Cervantes cita en diez ocasiones a los cántaros en el Quijote. 

Cántaros de Mota del Cuervo. Principios del siglo XX

********** 

En resumen, el paraje de la Sierra de los Molinos de Mota del Cuervo ofrece una experiencia completa, donde los visitantes pueden apreciar los molinos de viento históricos y también disfrutar de impresionantes vistas de la Villa de Mota del Cuervo y los atractivos monumentos y reservas naturales rodeados. Es un lugar verdaderamente especial para aquellos que deseen sumergirse en la historia, la cultura y la naturaleza de esta encantadora región de La Mancha. 

Con todas estas opciones, los visitantes tendrán una experiencia enriquecedora al explorar los molinos de viento, así como los diversos lugares históricos y culturales de Mota del Cuervo. La Oficina de Turismo sin duda será de gran ayuda para obtener más información sobre estas atracciones y garantizar una visita bien planificada y aprovechada al máximo. 

  1. Gastronomía manchega 

Después de recorrer los molinos, regrese a Mota del Cuervo y disfrute de la deliciosa gastronomía manchega. Pruebe platos típicos como el ajoarriero, las migas, el gazpacho manchego, gachas, caldereta de cordero, o el queso manchego. No se olvide de acompañar su comida con un buen vino de la región. 

Típicas gachas manchegas en Mota del Cuervo (foto jmgm).

Recuerde siempre respetar el entorno natural y seguir las indicaciones locales mientras explora esta ruta turística en el entorno de los Molinos de Viento de Mota del Cuervo. ¡Disfrute de su recorrido y de la belleza de La Mancha! 

Esperamos que este recorrido visual le anime a conocer más de cerca la Villa Cervantina de Mota del Cuervo, sus monumentos y el rico patrimonio natural del Complejo Lagunar de Manjavacas. 

Escrito por: José Manuel González Mujeriego ©.

01-09-2023 Asociación de Amigos de los Molinos de Mota del Cuervo.

EL REALISMO EN LA OBRA DE CERVANTES

EL REALISMO EN LA OBRA DE CERVANTES

Una ponencia de José Manuel González Mujeriego expuesta en el I Congreso Internacional AC-CSA CERVANTES GLOBAL/GLOBAL CERVANTES, celebrado en la Universidad de Princeton (EEUU) del 7 al 10 de Junio 2023.

Universidad de Princeton (EEUU). Foto JMGM


RESUMEN: Un trabajo que trata de desarrollar los paralelismos entre la ficción cervantina y los personajes y enclaves reales que pudieron servir de inspiración a Miguel de Cervantes para su magna obra. Un realismo que no siempre representa estrictamente la realidad, sino que se vale de una ficción, generalmente muy documentada, para representar determinadas escenas y dotarlas de mayor realismo.
Nos centraremos principalmente en el Quijote y en determinados personajes o localizaciones que cita Cervantes en la Mancha y que existieron realmente.
Cervantes como viajero del mundo. ¿Es su obra un libro de viajes? ¿Cuál es la impronta que deja en su obra sobre lo que acontece en esos numerosos viajes?
Cervantes: el realismo y los modelos vivos. Referencias en su obra a personas reales.
Personajes históricos reflejados en el Quijote que tienen que ver con ese lugar de la Mancha del que no quiso acordarse, ni en el Quijote ni en el Persiles.
Cervantes y sus circunstancias personales que tienen que ver con sus grandes conocimientos en otras materias y su superstición.

PALABRAS CLAVE: Cervantes; el realismo; modelos vivos; el Quijote, supersticiones, mal de agüero.

I. CERVANTES VIAJERO
No cabe duda de que Cervantes fue un gran viajero para su época. Esta
circunstancia le dota de unos conocimientos muy diversos, que le permiten trasladar a su obra numerosas personas de lo más variopinto, con independencia de su profesión y de su estatus social o económico. Este conocimiento se traslada también al territorio. Conoció numerosos caminos, algunos los recorrió varias veces, para ir desde la Corte, unas veces en Madrid y otras en Valladolid, recorriendo la Mancha, camino del puerto de Cartagena, desde donde se embarcó en varias ocasiones.
Algunos de los lugares donde se sabe que Cervantes vivió son:

  • Desde su nacimiento en 1547 en Alcalá de Henares.
  • Valladolid, Córdoba, Sevilla y Madrid (1568).
  • Roma (1569), Italia, donde viajó para ser camarero del Cardenal Acquaviva,
    atravesando la Mancha cuando se dirigía hacia el puerto de Cartagena.
  • En Italia vistió Palermo, Milán, Florencia y Parma.
  • Después, como soldado, estuvo en el golfo de Lepanto (1571), participó en la batalla
    de Lepanto y estuvo convaleciente de sus heridas en Mesina.
  • Estuvo en Túnez, en Nápoles (1574) y en Argel, donde sufrió cautiverio durante
    cinco años (desde 1575).
  • A su vuelta a España, desde Denia, pasó a Valencia (1580) y de ahí a la Corte,
    atravesando nuevamente la Mancha.
  • En Orán como espía de Felipe II.
  • Estuvo más tarde en Lisboa.
  • Luego lo destinaron de nuevo a Orán.
  • Regresó a Madrid y anduvo por Esquivias, donde se casó (1584).
  • Más tarde en Sevilla como comisario de abastos.
  • Otra vez en Valladolid con la Corte.
  • Ejerció como recaudador de impuestos atrasados (alcabalas y tercias). Informó a Felipe II de los impuestos cobrados en Baeza y otros pueblos de la zona (año 1594).
  • Finalmente vivió en Madrid, donde escribió las dos partes del Quijote (1605 y 1615), y donde falleció en 1616.

    II. PERSONAJES Y SITIOS REALES
    Es evidente que Cervantes habla de lo que conoce. Cita ciudades, pueblos, caminos y cañadas reales, veredas y enclaves cuyos topónimos aún existen, como Quintanar de la Orden (en el Quijote y en el Persiles), El Toboso, o el Camino Real de Madrid a Valencia, o a Cartagena en el Quijote. Conoce los caminos de la época, los que señalan los cartógrafos Juan de Villuga con su Repertorio de todos los caminos de España, del año 1546, y el de Pedro de Meneses, en el año 1548. Además de estos caminos, existían también las cañadas reales, por donde transitaba la cabaña ganadera, que se usaban como las verdaderas autopistas de la época. No es de extrañar que en esas cañadas encontraran, además de ganado trashumante, muchos viajeros que cita Cervantes en el Quijote, como los yangüeses, los vizcaínos…

    Cervantes, con el realismo, refleja en su obra las costumbres y la vida cotidiana en sus protagonistas. Para desarrollar su ficción, nuestro príncipe de las letras, en varias ocasiones, se basó en personajes reales, bien por su conocimiento directo de los mismos en los sitios donde vivió, o por referencias obtenidas de sus muchas lecturas. Cervantes utiliza modelos vivos, con sus nombres reales, para dotar a su novela de un mayor realismo, como es el caso de dos eminentes médicos: Dioscórides y el doctor Laguna, a los que cita en el Quijote:
    «Con todo eso ―respondió don Quijote―, tomara yo más aína un cuartal de pan, o una hogaza y dos cabezas de sardinas arenques, que cuantas yerbas describe Dioscórides, aunque fuera el ilustrado doctor Laguna.» (I, 18)

III. DIOSCÓRIDES Y EL DOCTOR LAGUNA
En este campo de la medicina, Cervantes plasma sus grandes conocimientos sobre la materia, sin duda adquiridos de su padre, Rodrigo de Cervantes, un cirujano barbero que, a su vez, tomó esos conocimientos de su abuelo materno, Juan Díaz de Torreblanca, reputado médico cordobés. Cervantes cita en el Quijote, y conoce, más de cien plantas, minerales y animales considerados por Dioscórides como remedios medicinales. Además del famoso Bálsamo de Fierabrás, un compuesto de dudosa aplicación terapéutica, Cervantes habla en el Quijote de los remedios y curas reales de la época. Una prueba más del realismo que imprime a su novela, a la que, no solamente incorpora los medicamentos de la época (muchos de ellos reales), sino que facilita los nombres de los dos citados eminentes doctores, que son: Dioscórides, que fue un médico, farmacéutico y botánico de la Grecia romana del siglo I (Anazarba, Anatolia, c. 40 – c. 90), autor del libro De Materia Médica; y al doctor Laguna, también médico, botánico y farmacéutico (Segovia 1510 – Guadalajara 1559), que fue el médico personal del emperador Carlos V, de Felipe II y del papa Julio III. El doctor Laguna tradujo
directamente a Dioscórides y adaptó su obra a la flora española, por sus conocimientos de botánica y de farmacología.(1)



IV. JUAN HALDUDO
Cervantes, además del realismo que recoge de esos caminos y cañadas reales, en las curas y remedios de la época que menciona, vemos cómo cita en el Quijote a numerosos personajes con sus nombres propios y circunstancias concretas que existieron realmente, como por ejemplo a Juan Haldudo, el rico vecino del Quintanar, ese que apaleaba a su criado Andrés atado a una encina. Está documentado que Juan Haldudo era natural de Mota del Cuervo, como se refleja en los libros de visita que realizaba la Orden de Santiago de la época.(2)

Juan Haldudo, el rico, el vecino del Quintanar. 
pintura de Tomás Verdugo (manchainforamción.com)


V. EL MORISCO RICOTE Y EL TESORO HALLADO EN MOTA DEL CUERVO
Vemos también cómo Cervantes cita varias veces en el Quijote al morisco Ricote, «El tendero de su lugar», del mismo lugar que Sancho y don Quijote. Un personaje real, que, tras la guerra de las Alpujarras, se alistó primero en las filas de los moriscos de Miguel Esteban y más tarde en las listas de Mota del Cuervo (3).
Una de las mayores coincidencias entre la realidad y lo que relata Cervantes es la referente al hallazgo, por Pedro de la Fuente en 1588, de un gran tesoro de oro, plata y gemas en esas fechas y la documentación histórica que demuestra la veracidad del mismo. Vemos cómo el morisco Ricote ofrece a Sancho una parte de dicho tesoro a cambio de su ayuda.
«[…] ¿Cómo, y es posible, Sancho Panza hermano, que no conoces a tu vecino Ricote el morisco, tendero de tu lugar?
[…]
Calla, Sancho, y vuelve en ti, y mira si quieres venir conmigo, como te he dicho, a ayudarme a sacar el tesoro que dejé escondido; que en verdad que es tanto, que se puede llamar tesoro, y te daré con que vivas, como te he dicho.
―Ya te he dicho, Ricote ―replicó Sancho―, que no quiero […]».
(II, 54).

El Morisco Ricote reconoce y abraza a Sancho.
Imagen gentileza de Cervantes Virtual

La documentación sobre el hallazgo de ese gran tesoro en Mota del Cuervo, según el historiador Francisco Javier Escudero Muñoz, se conserva en el Archivo General de Simancas. Se obtiene de un juicio ordenado por Felipe II, a través del Real Consejo de Hacienda, debido al impago de la parte que corresponde al rey en estos hallazgos.

En ese archivo están las declaraciones de numerosos testigos, incluso el mandato con la firma del rey, firmado el 10 de junio de 1588. Son numerosas las personas que declararon en este juicio, de todas las clases sociales, incluido el alcalde de Mota del Cuervo y testigos de otros pueblos cercanos. Unos aseguraron que el tesoro se halló en la sierra de Mota del Cuervo (aún existe el topónimo de El Tesoro en un paraje concreto de esa pequeña sierra). Otros que fue en una motilla que hay entre Mota del Cuervo y el vecino pueblo de El Toboso. Concretamente a legua y media de Mota del Cuervo y a media legua del Toboso.(4).

VI. EL BANDOLERO ROQUE GUINART

Encuentro con el bandolero Roque Guinart. Imagen gentileza de Cervantes Virtual


También vemos cómo Cervantes alude en el Quijote al bandolero catalán Roque Guinart, en la tercera salida de don Quijote hacia Barcelona (II, 60). Según el gran Martín de Riquert, Cervantes se refiere en este personaje al conocido bandolero de aquella época llamado Perot Rocaguinarda. Este modelo vivo es generalmente aceptado por los estudiosos de la obra de Cervantes, debido posiblemente al prestigio del citado catedrático catalán Martín de Riquert, autor del estudio. Existen otros estudios sobre personajes reales en el Quijote, en los que pudo basar Cervantes su ficción, que están siendo considerados recientemente por prestigiosos cervantistas, debido al rigor de sus investigaciones y a la documentación histórica aportada. Uno de los autores más reconocidos en esta materia es el cervantista Francisco Javier Escudero Buendía. (5).

VII. LOS VILLASEÑOR
Igualmente observamos cómo Cervantes también habla, en su obra póstuma del Persiles, de los Villaseñor, una familia vecina de Quintanar de la Orden, con antecedentes históricos en esa villa y en el vecino pueblo de Miguel Esteban, de la que tenemos constancia histórica de su existencia (6).
Aún existen, no obstante, ciertas reticencias a la aceptación de los «modelos vivos», que posiblemente puedan deberse a la creencia de que esta aceptación generalizada podría devaluar la obra de Cervantes. ¿Se depaupera la obra cervantina por el reconocimiento de estos personajes y escenas reales?

VIII. ALCAIDES DE MOTA DEL CUERVO
Es importante conocer cómo Cervantes, a través de sus circunstancias personales, por su conocimiento de personas que no le fueron afines, nos deja también su impronta realista en el Quijote. Como es el caso de dos alcaides de Mota del Cuervo, a los que Cervantes conoce personalmente, y que, como veremos, no le favorecieron. ¿Serían esas las razones por las que no «quiso acordarse» de ese lugar?


VIII.1 PEDRO MUÑOZ DE OTÁLORA
Uno de ellos fue Pedro Muñoz de Otálora, Caballero de la Orden de Santiago, alcaide de Mota del Cuervo y caballerizo de la reina. Este alcaide aparece citado en una obra atribuida a Cervantes por algunos autores, titulada «La Relación de lo sucedido en la ciudad de Valladolid desde el punto del felicísimo nacimiento del príncipe nuestro señor…»7. En esta obra se relatan los fastos que se hicieron en la corte de Felipe III con motivo del bautismo del hijo del rey y de su esposa, Margarita de Austria-Estiria. El autor de este libro detalla la relación de caballeros que acompañaban al séquito real, entre los que se encuentra a don Pedro Muñoz de Otálora, como miembro destacado de la
procesión de notables del Reino que acompañaron el cortejo presidido por el duque de Lerma, el cardenal primado de Toledo y el inquisidor general y obispo de Valladolid, don Juan Bautista de Acevedo.
Este alcaide era hijo de doña Catalina de Otálora y del licenciado Alonso Muñoz, oidor de la Audiencia Real de Valladolid y después del Consejo de Indias, natural de Caravaca del Reino de Murcia. Es posible que este alcaide de Mota del Cuervo no quisiera influir en su padre, el oidor de Indias, para facilitar la petición de Miguel de Cervantes de pasar destinado a las Indias como corregidor de la ciudad de la Paz. Al cual se le respondió: «Busque por acá donde se le haga merced».(8)

VIII.2 HERNANDO DE OVANDO
Según el investigador Enrique Lillo Alarcón, hubo otro alcaide de Mota del Cuervo llamado Hernando de Ovando. Su cargo está reflejado en el Libro de Visita de la Orden de Santiago, realizada a la Mota del Cuervo en el año 1603. Este Hernando de Ovando, que además de alcaide de Mota del Cuervo, era el jefe de la familia de los Ovando, de noble procedencia extremeña, impidió el matrimonio de su sobrino Nicolás de Ovando con Andrea de Cervantes, la hermana mayor de Miguel de Cervantes, a la que prometió matrimonio que nunca llegaría a consumarse, y con la que tuvo una hija en común, Constanza de Ovando, a la que le dio su apellido y una gran dote para la madre.(9)


IX. OTRAS CIRCUNSTANCIAS PERSONALES DE CERVANTES QUE SE REFLEJAN EN SU OBRA Y QUE INFLUYEN EN EL REALISMO DE LA MISMA

IX.1 SOBRE LA SUPERSTICIÓN DE CERVANTES
En la obra cervantina son muchas las alusiones a la superstición, al mal agüero, a la influencia de los astros en la vida cotidiana…, que escribe Cervantes en el Quijote, cuando habla:
«De los agüeros que tuvo don Quijote al entrar de su aldea, con otros sucesos que adornan y acreditan esta grande historia
A la entrada del cual, según dice Cide Hamete, vio don Quijote que en las eras del lugar estaban riñendo dos mochachos, y el uno dijo al otro:
―No te canses Periquillo, que no la has de ver en todos los días de tu vida.
Oyólo don Quijote, y dijo a Sancho:
―¿No adviertes, amigo, lo que aquel mochacho ha dicho: ‘‘no la has de ver en todos los días de tu vida’’?
―Pues bien, ¿qué importa ―respondió Sancho― que haya dicho eso el mochacho?
―¿Qué? ―replicó don Quijote―. ¿No ves tú que, aplicando aquella palabra a mi intención, quiere significar que no tengo de ver más a Dulcinea?»
(II,73).

Don Quijote y Sancho entran en su lugar y se encuentran con unos muchachos.
La superstición de Cervantes. Imagen gentileza de Cervantes Virtual.

En otra parte de la novela escribe sobre el mal de ojo. Al referirse a Lope Tocho como pretendiente de Sanchica «y sé que no mira de mal ojo a la mochacha». (II, 5). Y se sugiere la creencia popular de que una persona puede transmitir su mala suerte a otra a través de una mirada.

Estas supersticiones se observan también en otras obras de Cervantes, como en «El coloquio de los perros», a Cipión no le gusta salir los viernes ni los martes 13. En «La Gitanilla», Cervantes describe la creencia popular de que si una persona se encuentra con un gallo negro en el camino, es un mal augurio y debería regresar a su casa…

Vemos cómo las supersticiones y creencias en los malos agüeros de Miguel de Cervantes se reflejan en sus obras literarias y muestran la influencia de las creencias populares de su época.

IX.2 SOBRE EL CUERVO COMO TOPÓNIMO DE MOTA DEL CUERVO
Nueve veces alude Cervantes al cuervo en el Quijote. Casi siempre ligado a ave de rapiña, o pájaro de mal agüero (que significa pronóstico ―generalmente adverso― sobre algo que ocurrirá en el futuro, basándose en señales sin fundamento). Otras veces para decir que «el rey Artús de Ingalaterra, que anda hasta ahora convertido en cuervo» (I, 13). O para referirse a la infinidad de grandísimos cuervos que salieron de aquella cueva «que dieron con don Quijote en el suelo; y si él fuera tan agorero como católico cristiano, lo tuviera a mala señal y escusara de encerra[r]se en lugar semejante» (II, 22).
O cuando don Quijote se dirige a Sancho «y malaventurado de mí, que si veen que tú eres un grosero villano, o un mentecato gracioso, pensarán que yo soy algún echacuervos, o algún caballero de mohatra?» (II, 32).
Para aquellos autores que sugieren a la Villa Cervantina de Mota del Cuervo, como ese «lugar de la Mancha» en la ficción, esta circunstancia de la superstición de Miguel de Cervantes es un signo que les lleva a la conclusión realista. El Cuervo, como un lugar del que se tiene constancia escrita desde 1185 y que más tarde se fusionaría con La Mota para formar la actual villa de Mota del Cuervo, ¿es posible que fuera la superstición de Cervantes por la que éste no quisiera acordarse de ese lugar de la Mancha?

X. CONCLUSIONES
Cervantes utiliza personajes y escenas reales en su obra magna, lo que contribuye al éxito de la misma al permitir la presencia de todo tipo de personas, al contar las anécdotas más ocurrentes, las mejores bromas, los chascarrillos y los refranes más acertados. También las mejores sentencias en multitud de temas, fruto todo ello de la gran formación de Cervantes en las más variadas disciplinas, desde la botánica a la geografía, desde el derecho hasta en la cocina y por supuesto en la literatura, que le llevó a ser uno de los escritores más reconocidos mundialmente.

Algunos investigadores sostienen que los escritores de los siglos XVI y XVII ya reflejaban en sus obras escenas y personajes reales, con el fin de que pudieran ser descubiertos por sus lectores. En las novelas pastoriles incluían personajes famosos, a los que se aludía con alguna variante, a modo de juego, para que pudieran ser descubiertos por los lectores. El propio Cervantes incluyó al final de la Galatea (en el libro sexto) a cien personajes reales de su época, como Luis de Góngora, Juan de Silva, o al maestro Garay, para ensalzarlos.

DATOS ADJUNTOS

(1) Ver el libro del autor de este trabajo La Botica del Quijote. Curas y remedios en la época de Cervantes Madrid, Asociación de Amigos por la Historia de Mota del Cuervo, 2022.
(2) [AHN,OM,UCLÉS,L.1068], pág. del libro 140, paginación original 65r. (Gentileza de Enrique Lillo
Alarcón, de la Asociación Amigos por la Historia de Mota del Cuervo).
(3) Enrique Lillo [AHT,7356]. Ginés Ricote, alistado en las listas de los moriscos en Mota del Cuervo:
«que con juramento declaró ser deste nombre, y ser natural de Las Cuebas, y alistado de primera lista en Miguel Esteban, y que vino allí con sus padres, y luego, a quatro meses, se pasaron aquí con liçençia de Volaños, governador, que a la saçón dixo que la tiene el conçejo desta villa. Es hombre de treynta años, enano…».
(4) Según el historiador Francisco Javier Escudero Muñoz. Archivo General de Simancas. Expedientes
de Hacienda (legajo 332, de 1588).
(5) Francisco Javier Escudero Buendía, cervantista, archivero y uno de los mejores exponentes de
estos «Modelos vivos», autor de numerosos libros sobre este tema, como la trilogía Personas y personajes
del Quijote, Toledo, Almud Ediciones de Castilla la Mancha, 2018.
(6) Son el linaje más antiguo del maestrazgo: Los Villaseñor del Persiles desde el punto de vista de
sus coetáneos y la documentación de archivo. Francisco Javier Escudero Buendía, Archivo de Castilla-La Mancha.
(7) Hartzenbusch y Rosell incluyen esta obra, «La Relación de lo sucedido en la ciudad de Valladolid
desde el punto del felicísimo nacimiento del príncipe nuestro señor…», en las Obras completas de
Cervantes (1863- 1864). Pellicer también se mostró muy inclinado a adjudicar a Cervantes la paternidad de la Relación.
(8) Gracias a la intercesión de Pedro Muñoz de Otálora, Caballero de la Orden de Santiago y alcaide
de Mota del Cuervo, en 1565 Luis de Sahajosa consiguió que se le despachara una real cédula para pasar a Costa Rica, comprometiéndose a residir en ella. Según la tesis doctoral de don José Antonio Martínez Martínez, «El poder del dinero y el poder de las relaciones en el Antiguo Régimen: La trayectoria familiar de los Muñoz de Otálora», página 163.
(9) Libro de Visita de la Orden de Santiago, 1603, La Mota «Ay, en la dicha villa, una alcaidía que al
presente la tiene Hernando de Ovando, caballerizo de la Reyna nuestra Señora…»
[AHN,OM,UCLÉS,L.1088]. Este dato histórico puede verse muy documentado en el siguiente enlace
https://lillodelamancha.wordpress.com/2016/01/18/cervantes-o-la-maldicion-de-los-ovando-otra-vezmota-del-cuervo-el-lugar-de-la-mancha/


BIBLIOGRAFÍA

CERVANTES SAAVEDRA, Miguel de (1605-1615). Relación de lo sucedido en la ciudad de
Valladolid, desde el felicísimo nacimiento del Príncipe nuestro señor, hasta que se
acabaron las fiestas y las demostraciones de alegría que por él se hicieron. Disponible
en:

  • El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha, José Manuel Lucía Megías (ed.),
    BNE, 1605- 1615. Disponible en: http://quijote.bne.es/libro.html
  • Los trabajos de Persiles y Sigismunda, Carlos Romero (ed.), Biblioteca Virtual
    Cervantes, 1617.
  • El coloquio de los perros, Florencio Sevilla Arroyo (ed.), Biblioteca Virtual Cervantes,
    1613.

    ESCUDERO BUENDÍA, Francisco Javier. Personas y personajes del Quijote (trilogía),
    Almud Ediciones de Castilla la Mancha, 2021.

    ESCUDERO MUÑOZ, Francisco Javier. «El Tesoro de Ricote», en: Revista de Historia de
    Mota del Cuervo, Mota del Cuervo, Asociación de Amigos por la Historia de Mota del
    Cuervo, 2016, núm. 13, págs. 35-40.

    GONZÁLEZ MUJERIEGO, José Manuel. Lo que Cervantes calló, Madrid, Cultivalibros,
    2015.
    ― La Botica del Quijote. Curas y remedios en la época de Cervantes, Mota del Cuervo,
    Asociación de Amigos por la Historia de Mota del Cuervo, 2023.

    LILLO ALARCÓN, Enrique. «Cervantes o la maldición de los Ovando», en: Revista de
    Historia de Mota del Cuervo, Mota del Cuervo, Asociación de Amigos por la Historia
    de Mota del Cuervo, 2015, núm. 5, págs. 29-33.

    LÓPEZ DE HARO, Rafael. El lugar de la Mancha, Madrid, Librería Pueyo, 1906.

    PEDRAZA JIMÉNEZ, Felipe B. El Quijote, el realismo y la realidad, Universidad de Castilla-
    La Mancha, 2015. Disponible en:
    https://josefranciscoescribanomaenza.files.wordpress.com/2015/01/aquc3ad8.pdf

    RIQUER Y MORERA, Martín de. Cervantes y el Quijote, 1914-2013. Tomado de
    https://www.rae.es/sites/default/files/martin_de_riquer_cervantes_y_el_quijote.pdf

    UCEDA PIQUERAS, Pascual. El Testamento Heterodoxo de Cervantes en el Persiles,
    Barcelona, Editorial Carena, 2017.

    VILLUGA, Juan de. Repertorio de todos los caminos de España, Pedro de Castro (ed.),
  1. Disponible en http://www.traianys.net/villuga (16/06/2020



    «El realismo en la obra de Cervantes»
    AUTOR: José Manuel González Mujeriego.
    CEERVANTES GLOBAL- GLOBAL CERVANTES
    Universidad de Princeton (EEUU), 9 de junio de 2023

1185, Las primeras noticias de «EL CUERVO»

ANTECEDENTES:

Mucho antes de que existiera la villa de Mota del Cuervo, tal y como la conocemos actualmente, se constituyó la aldea de “El Cuervo”. Estuvo situada en el sur de la actual población, en una encrucijada de caminos, concretamente en el entorno del Pozo de la Aldea, con su pequeña iglesia, con su cercado de tapial, (por su condición de zona fronteriza en la época de la Reconquista), y muy cerca de una zona lagunar hoy desaparecida, pero que aún en épocas lluviosas, el agua ejerce sus dominios inundando una zona aledaña en el camino que sale hacia Pedro Muñoz.

Después esta aldea de “El Cuervo” se acabaría uniendo a otro núcleo poblacional, creado posteriormente, llamado “La Mota”, fundado en los aledaños de una fortaleza que hubo en el monte de La Mota (en la donde actualmente está el Molino el Zurdo). Su núcleo principal se encontraba en el entorno de la Plaza de la Cruz Verde (otra encrucijada de caminos). Aún es posible ver vestigios de los dos núcleos poblacionales diferenciados, con sus estrechas calles (como la calle del Castillo en “La Mota” y la calle de San Miguel en “El Cuervo”). Posteriormente a estas dos poblaciones se uniría la mayor parte de los habitantes que había en el poblado de Manjavacas, para conformar la actual población de Mota del Cuervo.

Hasta ahora el origen, o las primeras noticias de “El Cuervo” se situaban en el siglo XIII, concretamente en el año 1243, pero recientemente, hemos encontrado noticias de “El Cuervo” a finales de Siglo XII, concretamente en año 1185, como veremos más adelante.

Tras la ocupación árabe de la mayor parte de la península ibérica, llevada a cabo  por los Omeya entre los años 711 al 720, tuvo lugar la batalla de Covadonga en Asturias en el año 722; con la que dio comienzo la lenta reconquista de todo el territorio ocupado, que duró 770 años y que fue finalizada por los Reyes Católicos con la toma de Granada en 1492.

En lo que ahora corresponde al territorio de la actual Castilla – La Mancha, tuvieron lugar diferentes batallas y acciones militares de la reconquista, que configuraron una línea fronteriza cambiante entre los territorios cristianos y los musulmanes, entre las que destacan:

  • En 1085 El Rey Alfonso VI de León, de Galicia y de Castilla, conquistó la Taifa de Toledo, tras un asedio de cuatro años a la ciudad. Esta conquista tuvo gran trascendencia debido a que Toledo había sido la antigua capital del Reino Visigodo. Esta taifa abarcaba parte del territorio que ahora se corresponde con Madrid y Castilla- la Mancha. El territorio donde se formaría “El Cuervo” estaba integrado en esa taifa de Toledo. Al año siguiente los almorávides llegados desde el norte de África vencieron al Rey Alfonso VI que tuvo que huir. Tras esta derrota cristiana, los almorávides consiguen recuperar los pueblos del Reino de Toledo, que estaban situados entre los ríos  Tajo y Guadiana, territorio donde pudo situarse “El Cuervo”.
  • En 1099 Los almorávides conquistan la población de Consuegra
  • En 1106 los almorávides atacaron el reino de León, en su flanco oriental, conquistando Uclés. Dos años más tarde, en 1108 tiene lugar la batalla para reconquistar Uclés, dirigida por Sancho Alfónsez, el hijo del Rey Alfonso VI de León, en donde fueron derrotados los cristianos y los árabes dieron muerte a Sancho, el heredero de la Corona de Aragón, en el Castillo de Belinchón.
  • En 1174, El Rey Alfonso VIII de Castilla conquista la fortaleza de Uclés, donde los árabes habían construido, sobre las ruinas de un castro celtíbero. Una fortificación con grandes muros defensivos, algunos de los cuales se ha conservado hasta nuestros días. Esta fortaleza de Uclés fue cedida a la Orden de Santiago ese mismo año y  posteriormente sería la sede definitiva del Priorato de dicha orden.
  • En 1177 tiene lugar el asedio cristiano a la población musulmana que habitaba la ciudad de Cuenca llevado a cabo por el Rey Alfonso VIII de Castilla, con el apoyo del Rey Alfonso II de Aragón y 300 caballeros de la Orden de Santiago, entre otros, que simultaneaban su apoyo al asedio de Cuenca con la defensa del Monasterio de Uclés. Este asedio dio lugar a la reconquista de Cuenca sin necesidad de entrar en batalla.
  • En 1185 vemos que ya aparece citada la aldea de “El Cuervo” como posible límite territorial de un nuevo priorato de la Orden de Santiago, como se detallará a continuación. Un año antes, en 1184, las tropas de Alfonso VIII, comandadas por Fernan Martínez de Ceballos conquistaron el Castillo de Alarcón, al que le concedieron fuero de frontera en 1186 y en cuyo alfoz, como asegura el Padre Andrés Marcos Burriel (Jesuita e Historiador 1719-1762), llegaría a tener numerosas aldeas, como: Albacete,  Villarrobledo, La Roda, Belmonte, Castillo de Garcimuñoz, Las Mesas y otras muchas, hasta un total de 63 poblaciones. (Es posible que a ese alfoz también perteneciera “El Cuervo”). Poblaciones que eran administradas por la Orden de Santiago.
  • En 1195 tuvo lugar la batalla de Alarcos (cerca de la actual Ciudad Real), comandada por el Rey Alfonso VIII, que se saldó con la derrota cristina y una paralización del proceso de la reconquista.
  • En 1212 tiene lugar, en el municipio jienense de Santa Elena, la batalla de las Navas de Tolosa, en la que participaron: El Rey Alfonso VIII de Castilla, junto con Pedro II de Aragón, Sancho VII de Navarra y voluntarios de los reinos de Portugal y León. Esta batalla contra los almohades se saldó con la victoria de las tropas cristianas y fue definitiva para la dominación de la mayor parte de la península ibérica y varios pasos de Sierra Morena.

En el contexto de la reconquista, surgieron en la península ibérica las órdenes religioso-militares, a semejanza de las cruzadas que se organizaron para la reconquista de la Tierra Santa a los árabes. De estas órdenes religiosas, las que han permanecido en el tiempo, destacan entre otras, las que se detallan a continuación por orden de su fundación:

  • La Orden de Alcántara, creada en el Reino de León en 1154, siendo su primer maestre Suero Fernández Barrientos.
  • La Orden de Calatrava fundada en el Reino de Castilla en 1158, por el abad Raimundo de Fitero, con el objetivo de proteger la ciudad de Calatrava, cercana a la actual Ciudad Real.
     
  • La Orden de Santiago. El origen militar de esta Orden tiene lugar en 1170 en el Reino de León, bajo el reinado de Fernando II de León; que junto con Pedro Suarez de Deza, obispo de Salamanca, encargaron la defensa de la ciudad de Cáceres a los trece Caballeros de Cáceres, también llamados los Fratres. Esta Orden fue reconocida como religiosa en la bula papal de Alejandro III, el 5 de julio de 1175.

Las funciones de estas órdenes eran religiosas y militares, con la participación activa de sus miembros en las batallas para la reconquista a los árabes en la península ibérica, y en la protección y asistencia hospitalaria a los peregrinos en los caminos a Santiago de Compostela. En el caso de la Orden de Santiago, que nos interesa particularmente por la ascendencia que tuvo sobre “El Cuervo”, ejercía funciones de gobierno a través de sus encomiendas y procuraban la repoblación de las tierras conquistadas, con el objetivo de fijar la población cristiana en los nuevos territorios. También se ocupaban de velar por los bienes de la orden en los distintos asentamientos, para lo que realizaban visitas periódicas para ordenar la reconstrucción y el mantenimiento de iglesias, conventos, ermitas, hospitales, pósitos, tercias, hornos de pan y otros edificios y heredades pertenecientes a la Orden de Santiago.

Estas visitas están recogidas en libros de visitas en donde relatan pormenorizadamente detalles que permiten hacernos una idea histórica de cada una de las poblaciones pertenecientes a la Orden de Santiago. Esas visitas abarcan desde el año 1478 hasta 1606.

 En la primera visita que realiza la Orden de Santiago a Mota del Cuervo, el 15 de octubre de 1478, ya citan a esta villa solamente como “La Mota”. La definen formando una alcaidía junto a Villanueva de Alcardete, la Puebla de Don Fadrique y el Quintanar; al frente de la cual, el maestre don Juan Pacheco  había puesto como alcaide a Juan de Bitoria, que la tenía alquilada por diecisiete mil maravedíes, tras la renuncia expresa de Sancho de Luduenna.       

En esta visita, los emisarios de la Orden de Santiago, ya no hablan de “El Cuervo”, que en esa fecha ya se había anexionado al enclave vecino de La Mota, población que había ido creciendo en el entorno de la fortaleza situada en la Sierra (a 775 m s/ nivel del mar). Posiblemente la decadencia que habría experimentado El Cuervo se debió a la insalubridad de su zona lacustre, situada en la actual carretera hacia Pedro Muñoz, junto al polígono industrial. Zona que aún hoy, se sigue inundando en determinadas ocasiones. Seguramente en unas circunstancias similares a las que sufrieron los pueblos vecinos de Pedro Muñoz (con sus lagunas) y de Manjavacas (con su complejo lagunar).

Los visitadores de la Orden de Santiago también visitaron Manjavacas (hoy integrado en Mota del Cuervo) ese mismo año de 1478 (en noviembre), a pesar de su despoblamiento, un lugar perteneciente a la encomienda de la Torre de Vejezate, en donde no encontraron vecino alguno; solo había una casa de la encomienda, en donde hallaron a la criada de Alfonso López cobrando el portazgo en su nombre. La mayor parte de la población de Manjavacas, se había desplazado a La Mota, posiblemente por las mencionadas razones de insalubridad.

Plaza de la Aldea de El Cuervo, con su pozo central en la actualidad. Alrededor de esta plaza se formó el primer núcleo poblacional de Mota del Cuervo. (foto de jmgm)

PRIMERAS NOTICIAS DE “EL CUERVO” en 1185

Gracias a la documentación custodiada por la Orden de Santiago, a la que perteneció ese asentamiento de la aldea de “El Cuervo” (hoy llamado Mota del Cuervo), sabemos que en el año 1185, al poco tiempo de que el Rey Alfonso VIII conquistara a los musulmanes (en 1184) el Castillo de Alarcón y las numerosas aldeas de su alfoz; diez años antes de la derrota cristiana de Alarcos, y veintisiete años antes a la batalla de Las Navas de Tolosa, ya existía en el entorno al Pozo de la Aldea, una pequeña población llamada “El Cuervo”(قرية إل كويرفو), colindante con otra llamada “El Campo” (aún se conserva ese topónimo para denominar una calle y un camino que une “El Cuervo” –hoy Mota del Cuervo- con la villa de “El Campo”, hoy llamada Campo de Criptana).

Ambas poblaciones citadas, junto a otros asentamientos (ver mapa adjunto), estarían llamados a conformar la parte oriental de los límites perimetrales de un nuevo priorato de la Orden de Santiago, distinto del de Uclés. Priorato que estaría llamado a acoger el nuevo convento y la sede principal del priorato de la Orden de Santiago. Todo ello en el antiguo Reino de León (donde fue fundada la Orden), y que tendría su asiento en la ciudad de Cáceres.

En el año 1181, Pedro Fernández de Castro, el primer maestre de la Orden de Santiago, suscribió un acuerdo por el que se comprometió a situar la sede principal de la Orden en el Reino de León. El Rey Fernando II de León y él promovieron esta idea. No obstante, el citado maestre, siempre se mostró neutral entre el Rey de Castilla y los intentos del Rey de León por controlar la Orden. Finalmente, tras el fallecimiento del maestre fundador en 1184, y el del Rey de León en 1188, este proyecto de poner la sede de la Orden en Cáceres, en detrimento de Uclés, nunca llegaría a ver la luz.

Pero gracias a la mención de “El Cuervo” en esa propuesta fallida del traslado del Priorato de la Orden de Santiago desde Uclés a Cáceres en 1185, tenemos lo que hasta ahora sería la primera constancia escrita de la existencia de la población de “El Cuervo”,  a finales de siglo XII. Un territorio conquistado por Alfonso VI en el año 1109, pero sujeto a los avances y repliegues fronterizos entre cristianos y árabes. Adscrito al Reino de Toledo, y dependiente eclesiásticamente, desde el año 1180, del obispo de Toledo, Don Pedro de Cardona.

A continuación veremos la reproducción que hace, en el siglo XVII, José López Arguleta, natural de “El Casar” (Guadalajara), ilustre profesor de teología en el real convento de Uclés, canónigo reglar de San Agustín y de la Orden, sacerdote y caballero Santiaguista, e historiador, que dedicó gran parte de su vida a indagar en los numerosos legajos de la Orden. Fruto de la completa información a la que tuvo acceso directo, y que refleja en su obra: “Vida del Venerable Fundador de la Orden de Santiago (D. Pedro Fernández) y de las primeras Casas de Redempcion de Cautivos”, en Madrid, 1731. Concretamente en ese libro, en su página 226, recoge el contenido de un documento del año 1185, donde refleja la intención de trasladar la casa principal de la Orden de Santiago desde Uclés a Cáceres, como querían el Maestre fundador de la Orden y el Rey de León. Es aquí cuando cita que, el 22 de abril de 1185, estuvieron reunidos en Uclés el nuevo Maestre de la Orden Don Fernando Díaz (tras el fallecimiento del Maestre fundador) y el Rey de León, y  comentan que: Junto al territorio que tenía Cáceres por si, también entre Tajo y Guadiana, se podría formar un Priorato muy decente, más fácil de poblar que el de Uclés, asímismo entre el Tajo y el Guadiana, fijando la frontera perimetral oriental desde Buenamesón (pequeña población, situada junto al río Tajo, actualmente perteneciente a la provincia de Madrid, de la que solo se conserva una residencia palacio que tuvo la Orden de Santiago); y Santa Cruz (hoy Santa Cruz de la Zarza), hasta El Campo (hoy Campo de Criptana) y El Cuervo (hoy Mota del Cuervo), y  Lugar Nuevo de Guadiana (hoy Argamasilla de Alba)”.

Mapa del límite oriental del proyectado nuevo Priorato de la Orden de Santiago, en donde ya aparece “El Cuervo”, en el año 1185. Nuevo Priorato que nunca llegaría a realizarse; en donde pretendían unir parte del  territorio colindante con el de Uclés con posesiones del antiguo reino de León, como Cáceres, Trujillo (a la izquierda del mapa) y otros pendientes de reconquistar entre el Tajo y el Guadiana.
Imagen reproducida, en un mapa actual de Google, con esa proyectada línea vertical de demarcación oriental del citado Piorato, que va desde el Tajo al Guadiana. Hacen mención expresa de los enclaves de “Buenamesón” (en el Tajo), “Santa Cruz” (hoy Santa Cruz de la Zarza, “El Cuervo” (hoy Mota del Cuervo), “El Campo” (hoy Campo de Criptana) y “Lugar nuevo de Guadiana” (hoy Argamasilla de Alba). (Mapa de elaboración propia).

Buenamesón, caserío y finca de recreo de los frailes de la Orden de Santiago, hasta su desamortización en el siglo XIX, situada junto al río Tajo. En su entorno llegó a haber hasta 11 molinos de agua. Hoy, este enclave es dependiente del municipio de Villamanrique de Tajo (Madrid). En la foto Convento Palacio de Buenamesón (foto de Fernando Cana).

A continuación se refleja el texto tal como aparece en el documento citado y una copia del mismo:

“Junto este territorio con el que tenía Cáceres por si, también entre Tajo y Guadiana, se formaba un Priorato muy decente, y más fácil de poblar, que el de Uclés, asimismo entre Tajo y Guana, desde Buenameson y Santa Cruz (hoy Santa Cruz de la Zarza), hasta el Campo (hoy Campo de Criptana), y el Cuervo (hoy Mota del Cuervo), y Lugar nuevo en Guadiana (hoy Argamasilla de Alba), que se tardó mucho en poblarse todo. A este territorio de Cáceres y Trujillo se agregaron poco después, en agosto de 1187, los lugares o esperanza de ellos, que ofrecieron don Pedro Fernández el Castellano; es a saber: Montanches, Santa Cruz, Zuferola, Cabañas, Monfrague, Solana y Peña Falcón. Y al año siguiente el Rey de Castilla estando en Azeca día dos de noviembre de 1188, concedió por entero todo el diezmo de sus reales rentas de Medellín y lugares de su término al Maestre don Sancho Fernández y su Orden. Con que en menos de tres años, desde abril de 1185, que salieron de Uclés Rey y Mestre contra Truxillo, hasta noviembre de 1188 se fundó en los contornos de Cáceres un Territorio de Diezmos Tercias de Iglesias, y Derechos Episcopales, tan pingue extendido, y autorizado, que no se discurre a qué otro fin pudo esto hacerse, si no es para poner allí el Convento Mayor, compuesto de los tres conventos, el primero de Maestre, Comendador, Sor Comendador y Caballeros Conventuales; el segundo de Prior y Canónigos; y el tercero de Cavalleros Celibes, estrechos y perpetuos; y que tuviesen allí el convento segundo de Prior y Canónigos la autoridad y el exercicio de govierno de Iglesias, que dice la bula de confirmación de Alejandro Tercero.

Como se frustrasen estos pensamientos, y en qué año, no sabemos; lo cierto es, que en ello el V. Fundador miraba con equidad, y justicia por todos tres Reinos, y Cavalleros Naturales, que no era razón caminasen desigualmente a la Casa Mayor, quando se ofrecía elección de Mestre, o celebarar Capítulos Generales. También es cierto, que puso su palabra de poner su Casa en Terminos del Reyno de León, donde su Orden tuvo principio, y que como prudente, justo y piadoso no prometieron sus labios cosa distinta de lo que tenía en su corazón. Asímismo es cierto, o muy creible, que si el Convento Mayor estuviera en Cáceres, cuando los Africanos vencieron el año de 1195, en Alarcos, y bolvieron el año siguiente a ganar lo de Truxillo, y Cáceres y demás Lugares hasta Taco, y de Tajo para Avila lo de Plasencia, se hubiera defendido Caceres, como se defenció Uclés. Y así bien le dictaba el V. Fundador su corazón a lo último de su vida. No le defraudó Dios de la voluntad de sus labios al morir, ni en algunos años después de su muerte ; pero contingentes posteriores, y de acaso culpables disensiones retardaron la execución de su voluntad: y retardada se hizo imposible, perdiéndose Cáceres, y todo el Territorio, que ya tenía en buena disposición entre Tajo y Guadiana, muy pingue, y dilatado, con la esperanza de unir lo de Merida con lo de Medellín, pues desde el año de 1171 tenía la mitad de los Términos, y la quarta parte de la Ciudad, ofrecidas por la Iglesia del Apostol…”

Reproducción de parte del documento comentado, en el que aparece citado “El Cuervo” y “El Campo”, en el año 1185, entre otros enclaves perimetrales del proyectado nuevo Priorato de la Orden de Santiago en detrimento del Priorato de Uclés.

OTRAS NOTICIAS DE “EL CUERVO”

Tras esa –hasta ahora- probablemente la primera noticia fehaciente de “El Cuervo” a finales del siglo XII, en 1185, vemos que son pocas, pero muy significativas, las noticias que hablan de este enclave manchego, como tal aldea antes de su integración con “La Mota” y la incorporación de la población de Manjavacas a este núcleo, hoy conocido como Mota del Cuervo. Vemos como El Cuervo, a lo largo de los años, va perdiendo importancia, dejando paso a la denominación de “La Mota”, más adelante citada como “La Mota El Cuervo”, hasta la actual denominación de “Mota del Cuervo”. A continuación veremos los hitos más significativos de estas menciones a lo largo del tiempo.

EL  CUERVO en el año 1243

Tal y como recogía en mi libro “Lo que Cervantes calló” (Cultivalibros 2014), aparece nuevamente la mención a “El Cuervo” en el pleito seguido entre la Orden de Santiago y Alcaráz, por el que el Rey Fernando III «el Santo», concedido en Valladolid el 18 de febrero de ese año, se adscriben al Campo de Montiel, entre otros, los siguientes pueblos: Criptana, Posadas Viejas, Villajos, Miguel Esteban, Almuradiel, La Figuera, Villarejo Rubio, El Cuervo y Manjavacas.

Aquí podemos ver cómo en 1243 ya asignan a (lo que posteriormente Cervantes denominaría como “el antiguo y conocido Campo de Montiel”), las poblaciones de El Cuervo (del que Cervantes probablemente hizo salir a D. Quijote en la ficción) y también a Manjavacas, a Criptana y otros pueblos colindantes descritos. Vemos cómo aún no mencionan a La Mota como tal población. “Montiel sus términos y pueblos año 1243 por Bernebé Chaves en su “Apuntamiento Legal sobre el dominio real que por expresas reales donaciones pertenece a la Orden de Santiago”(Pág. 41V).

Listado de los términos y pueblos que componían el ‘antiguo’ Campo de Montiel, en 1243, en el que aparecen mencionados El Cuervo y Manjavacas. Está recogido por Bernabé Chaves en su “Apuntamiento legal sobre el dominio solar, que por expresas reales donaciones pertenece a la Orden de Santiago en todos sus pueblos […]”.

EL CUERVO en el año 1353

En las  ”Crónicas y Memorias  de los Reyes de Castilla”, recogidas por D. Pedro López de Ayala, Canciller Mayor de Castilla, en su tomo I, Capítulo XX, impresas en Madrid en 1779,  que comprende la crónica del Rey Don Pedro, ya nombra a El Cuervo en 1353 como un lugar importante donde se juntaban a Cabildo General el Maestre, los trece y muchos frailes y caballeros de la Orden de Santiago.

En ese Cabildo General, por orden del Rey Don Pedro I de Castilla, el Maestre Don Fadrique dio el Castillo de Castrotorafe (situado en Zamora) a Don Juan Alfonso, como podemos ver en el texto original del documento (que se reproduce al final del mismo).

 “Dio el Maestre Don Facrique esta villa y castiilo a Don Juan Alfonso en Mayo de 1351, por los motivos que expresa la cédula siguiente del Rey Don Pedro. Don Pedro &c. Por quanto yo envié rogar por mi carta a vos Don Fadrique, Maestre de la Caballería de la Orden de Santiago, é á los otros Freyles de la vuestra Orden que se ayuntaron con vusco en el Cuervo á Cabildo general en el mes de Mayo que agora pasó de la Era desta carta, que disedes á Don Johan Alfonso de Alburqueque, mio Vasallo é mio Chanciller mayor, el vuestro castiello de Castrotorafe, con su villa é con su término, que lo toviese de vos para en sus días: é vos por cumplir mio ruego, otrosi por ayudas quel diocho Don Johan Alfonso fizo é fará á vos é á vuestra Orden, toviestes por bien del dar el dicho castiello. E sobresto Don Bernaldo Comendador de Oreja, vuestro Freyre é vuestro procurador, pidiome merced que vos mandase asegurar é asegurase que despues de sus dúias fincara a la Orden libre…. Dada e Valldolid á 4 dias  de Julio Era de 1389 años…”

Según documento:

“Crónicas de los reyes de Castilla don Pedro, don Enrique II, don Juan I y Don Enrique III”, por Pero López de Ayala. Volumen 1, Capítulo XX, impreso en Madrid 1779.

También en el año 1353, aún aparece nombrado El Cuervo, con motivo de la carta de privilegios despachada por el Maestre Don Fadrique, con motivo de la creación de El Común de la Mancha, (una unión de poblaciones de una misma jurisdicción con fines fiscales y ganaderos), dada el cuatro de marzo del año 1353, en Fuente de Cantos, Villa de Extremadura. Dicen así:

“Sepan quantos esta Carta vieren, como Nos D. Fadrique por la gracias de Dios, Maestre de la Orden de la Caballeria de Santiago, por razon que los Concejos de los Omes buenos de los nuestros lugares del Campo, et de Villajos, y de Pero Muñoz, y del Toboso, y de Miguel Esteban, y de la Puebla de Almuradiel, y Quintanas, y de Villanueva, y de Villamayor, y de Guzques, y del Hinojoso, y del Cuervo, y de la Puebla, y del Algive, nos enbiaron mostrar, que los pasaban mal y les venía gran daño en muchas maneras, por no haver entre ellos Ayuntamiento de Común, para hacer, y ordenar todos sus fechos, segun que lo hay en los Logares del Común de Uclés, e los otros Comunes …”

Según el siguiente documento:

Apuntamiento legal sobre el dominio solar, que por expresas reales donaciones pertenece a la Orden de Santiago en todos sus pueblos … Bernabé Chaves. Pág. 107

 Es curioso ver cómo no aparecen en la lista de pueblos de este Común, entre los ríos Guadiana y el Záncara, ni Vejezate, ni Socuéllamos. Tampoco aparecen en el Común de Montiel.

En 1394 aparece La Mota en un documento donde le otorgan un privilegio de confirmación de propiedad sobre ciertos montes.

En 1416 La Mota recibe el fuero de Uclés y la jurisdicción en primera instancia de manos de Felipe III. Esta ampliación de competencias implicaba que el alcalde podría juzgar delitos de diferentes consideraciones, llegando incluso a poder condenar a muerte. Esa potestad se hacía visible con la instalación en un lugar destacado de la población de una Piqueta o Rollo de Justicia, con el objeto de apercibir a los maleantes.

En esta imagen vemos las fechas en las que determinadas poblaciones manchegas recibieron el fuero de Uclés. Vemos que La Mota lo recibió en el año 1416. Apuntamiento legal sobre el dominio solar, que por expresas reales donaciones pertenece a la Orden de Santiago en todos sus pueblos … / escrito por Don Bernave de Chaves

La Mota en 1440, Manjavacas y Vezejate. Hablan de los Privilegios despachados en ese Capítulo General de la Orden de Santiago celebrado en Uclés en  1440, presidido por el Infante Don Enrique, donde se conceden a La Mota, a Manjavacas y a Vejezate, los siguientes privilegios:

Concediendo a el Concejo de la Mota una dehesa; confirmando cierta Sentencia de concordia, dada entre dicho lugar, y el de Manjavacas, por el Comendador de Segura, Administrador de la Orden, nombrado por el señor Infante, aumentando la pena a los que cortaban en el Monte de dicho Lugar de la Mota, confirmando las penas puestas entre los Lugares de la Mota, y Vejezate, y expresando un apeo de el de Manjavacas”. Según podemos ver en el documento siguiente:

Apuntamiento legal sobre el dominio solar, que por expresas reales donaciones pertenece a la Orden de Santiago en todos sus pueblos…de Bernabé Chaves. Pág. 63v.

Aparece citada La Mota en 1468 en una relación de poblaciones y sus habitantes

En la Relación de poblaciones del Partido de Ocaña y la evolución de sus respectivos vecinos al año de 1468 (que contaba con 80 vecinos) y al año 1598 (que contaba con 800 vecinos. Es decir 130 años después su población había aumentado en 720 vecinos (aproximadamente unos 3.000 habitantes). Como podemos ver en el siguiente documento.

Relación de los diferentes pueblos del partido de Ocaña, con el detalle de los vecinos que tenían estas poblaciones en el año de 1468 y su evolución al año 1.598. Vemos que La Mota tuvo un gran incremento de su población. Pasó de tener 90 vecinos en 1468 a 800 vecinos en 1598. “Apuntamiento Legal.. por Bernabé Chaves.”, tomada de las Anotaciones a la Regla de Santiago, escritas por el licenciado Diego de la Mota (natural de Belmonte. Libro 2. Cap. 33 pág. 109.)

En 1478 aparece citada La Mota.

Con motivo dela primera visita de la Orden de Santiago, como hemos visto al principio de este artículo. Los visitadores ya nos hablan de la fortaleza derrocada en la sierra, así lo relatan: “Vieron los dichos visitadores una fortaleza que está en el çerro de la dicha villa, derrocada, la qual se derrocó por mandado del marqués de Villena. Puede aver tres annos poco más, la qual derrocó el conçejo de la Mota por su mandado”.

En 1523 aparece citada la Mota.

En un Capítulo General de la Orden, celebrado en Valladolid en el año 1523, se despacha un privilegio al concejo de Villamayor, sobre los derechos sobre una dehesa perteneciente a su vecino pueblo (casi despoblado) de Villaverde, en donde hasta ahora pastaban los ganados de La Mota, , El Toboso, Quintanar y el Hinojoso. (Apuntamiento legal… Pag. 84v)

En 1531 aparece citada la Mota.

En 1531, aparece citada La Mota en un Privilegio Real despachado por El Rey Carlos I, sobre el segundo poblamiento de la villa de Pedro Muñoz, ya se citan a los pueblos comarcanos como: El Toboso, La Mota, Campo de Criptana y Socuéllamos.

En 1542 aparecen citados La Mota y El Cuervo.

En una provisión que otorga Carlos I en el año 1542, aparecen conjuntamente los dos nombres: “La Mota El Cuervo” (Archivo municipal de Mota del Cuervo).

En 1781 aparece citado El Cuervo

En el libro que escribe en el año 1781 el Presbítero Domingo José Martínes Falero, natural del vecino pueblo de Pedro Muñoz, titulado: Historia de la Villa de Pedro Muñoz, en su página 19, describe los pueblos que, como Pedro Muñoz, desaparecieron del común de la Mancha. En él cita a Manjavacas y a El Cuervo, entre otros. Este autor fija la despoblación de Pedro Muñoz aproximadamente en el año 1400, debido seguramente a una epidemia de peste, según el Padre Mariana (1534/1624) en su libro “Historia de España” (Lib. 10, cap.10). Es posible que también fuera esa la causa de la despoblación de Manjavacas y la pérdida de población de El Cuervo en favor de La Mota, ya que los tres pueblos estaban junto a zonas lacustres. Posteriormente la villa de Pedro Muñoz se pobló nuevamente a partir del año 1531.

Dice así (pág. 19, ver imagen):

“Y así se formaron pueblos pequeños, de los quales unos crecieron mas y otros menos, y otros finalmente experimentaron (como Pedro Muñóz) la desgracia de su ruina” y señala los siguientes: “Villajos, Villarejo Rubio, Posadas viejas, La Higuera, y Critana, en su termino. Manjabacas, el Cuervo, y otros.”

Relación de pueblos que desaparecieron en esa época en la Mancha.

Tras estas menciones de El Cuervo, La Mota, Manjavacas y Mota del Cuervo, son muchas las citas, a lo largo de la historia, en las que aparece el topónimo de Mota del Cuervo, destacando especialmente las visitas de la Orden de Santiago (desde el año 1478 hasta 1606) a este municipio. Pero eso sería objeto de otro estudio.

AUTOR: José Manuel González Mujeriego

4 de abril de 2022

BILIOGRAFÍA:

Cana, Fernando. Buenamesón.  blog de historia. 12-11-14. http://fernandocana.es/buenameson-en-las-realciones-topograficas-de-felipe-ii/

Chaves, Bernabé.  Apuntamiento legal sobre el dominio solar, que por expresas reales donaciones pertenece a la Orden de Santiago en todos sus pueblos.   https://bibliotecadigital.jcyl.es/es/consulta/registro.do?id=4123

González Mujeriego, José Manuel. Lo que Cervantes calló. Cultivalibros. Madrid. 2014

Gonzalo Arias. Repertorio de caminos de la Hispania romana. Madrid 2004

Jiménez Rayado, Eduardo y otros. Libros de Visitas de la Orden Militar de Santiago. Provincia de Cuenca, tomos I y II. Ed- AL-MUDAINA. 2009

López de Ayala, Pero. Crónicas de los reyes de Castilla don Pedro, don enrique II, don Juan I y Don Enrique III,. volumen 1, en Madrid 1779
https://books.google.es/books?id=thfHvTTgWzEC&pg=PA104&dq=%22el+cuervo%22+orden+de+santiago&hl=es&sa=X&ved=2ahUKEwjprcvKk4fqAhVJqxoKHTmUAyAQ6AEwBHoECAMQAg#v=onepage&q&f=false

Lillo Alarcón, Enrique, Asociación de Amigos por la Historia de Mota del Cuervo. www.historiademota.com

Martínez Falero, Domingo José. Historia de la Villa de Pedro Muñoz, Madrid 1781.https://books.google.es/books?id=azRYAAAAcAAJ&pg=PP9&hl=es&source=gbs_selected_pages&cad=3#v=onepage&q&f=false

Porras Arboledas, Pedro Andrés. La Orden de Santiago en el siglo XV. 1997

Rivero Recio, Juan Francisco. Reconquista y Pobladores del Antiguo Reino de Toledo.  Real Academia de Bellas Artes y Ciencias Históricas de Toledo. 2014
https://realacademiatoledo.es/wp-content/uploads/2014/02/files_anales_0001_02.pdf

1185 Las primeras noticias de EL CUERVO.

ANTECEDENTES:

Mucho antes de que existiera la actual villa de Mota del Cuervo, tal y como la conocemos actualmente, se constituyó la aldea de El Cuervo. Estuvo situada en el sur de la actual población, en una encrucijada de caminos, concretamente en el entorno del Pozo de la Aldea, con su pequeña iglesia, con su cercado de tapial, (por su condición de zona fronteriza en la época de la Reconquista), y muy cerca de una zona lagunar hoy desaparecida, pero que aún en épocas lluviosas, el agua ejerce sus dominios inundando una zona aledaña en el camino que sale hacia Pedro Muñoz.

Después esta aldea de El Cuervo se acabaría uniendo a otro núcleo poblacional, creado posteriormente, llamado La Mota, fundado en los aledaños de una fortaleza que hubo en el monte de La Mota (en la donde actualmente está el Molino el Zurdo). Su núcleo principal se encontraba en el entorno de la Plaza de la Cruz Verde (otra encrucijada de caminos). Aún es posible ver vestigios de los dos núcleos poblacionales diferenciados, con sus estrechas calles (como la calle del Castillo en La Mota y la calle de San Miguel en El Cuervo). Posteriormente a estas dos poblaciones se uniría la mayor parte de los habitantes que había en el poblado de Manjavacas, para conformar la actual población de Mota del Cuervo.

Hasta ahora el origen, o las primeras noticias de El Cuervo se situaban en el siglo XIII, concretamente en el año 1243, pero recientemente, hemos encontrado noticias de El Cuervo a finales de Siglo XII, concretamente en año 1185, como veremos más adelante.

Tras la ocupación árabe de la mayor parte de la península ibérica, llevada a cabo  por los Omeya entre los años 711 al 720, tuvo lugar la batalla de Covadonga en Asturias en el año 722; con la que dio comienzo la lenta reconquista de todo el territorio ocupado, que duró 770 años y que fue finalizada por los Reyes Católicos con la toma de Granada en 1492.

En lo que ahora corresponde al territorio de la actual Castilla – La Mancha, tuvieron lugar diferentes batallas y acciones militares de la reconquista, que configuraron una línea fronteriza cambiante entre los territorios cristianos y los musulmanes, entre las que destacan:

  • En 1085 El Rey Alfonso VI de León, de Galicia y de Castilla, conquistó la Taifa de Toledo, tras un asedio de cuatro años a la ciudad. Esta conquista tuvo gran trascendencia debido a que Toledo había sido la antigua capital del Reino Visigodo. Esta taifa abarcaba parte del territorio que ahora se corresponde con Madrid y Castilla- la Mancha. El territorio donde se formaría El Cuervo estaba integrado en esa taifa de Toledo. Al año siguiente los almorávides llegados desde el norte de África vencieron al Rey Alfonso VI que tuvo que huir. Tras esta derrota cristiana, los almorávides consiguen recuperar los pueblos del Reino de Toledo, que estaban situados entre los ríos  Tajo y Guadiana, territorio donde pudo situarse El Cuervo.

  • En 1099 Los almorávides conquistan la población de Consuegra

  • En 1106 los almorávides atacaron el reino de León, en su flanco oriental, conquistando Uclés. Dos años más tarde, en 1108 tiene lugar la batalla para reconquistar Uclés, dirigida por Sancho Alfónsez, el hijo del Rey Alfonso VI de León, en donde fueron derrotados los cristianos y los árabes dieron muerte a Sancho, el heredero de la Corona de Aragón, en el Castillo de Belinchón.

  • En 1174, El Rey Alfonso VIII de Castilla conquista la fortaleza de Uclés, donde los árabes habían construido, sobre las ruinas de un castro celtíbero. Una fortificación con grandes muros defensivos, algunos de los cuales se ha conservado hasta nuestros días. Esta fortaleza de Uclés fue cedida a la Orden de Santiago ese mismo año y  posteriormente sería la sede definitiva del Priorato de dicha orden.

  • En 1177 tiene lugar el asedio cristiano a la población musulmana que habitaba la ciudad de Cuenca llevado a cabo por el Rey Alfonso VIII de Castilla, con el apoyo del Rey Alfonso II de Aragón y 300 caballeros de la Orden de Santiago, entre otros, que simultaneaban su apoyo al asedio de Cuenca con la defensa del Monasterio de Uclés. Este asedio dio lugar a la reconquista de Cuenca sin necesidad de entrar en batalla.

  • En 1185 vemos que ya aparece citada la aldea de El Cuervo como posible límite territorial de un nuevo priorato de la Orden de Santiago, como se detallará a continuación. Un año antes, en 1184, las tropas de Alfonso VIII, comandadas por Fernan Martínez de Ceballos conquistaron el Castillo de Alarcón, al que le concedieron fuero de frontera en 1186 y en cuyo alfoz, como asegura el Padre Andrés Marcos Burriel (Jesuita e Historiador 1719-1762), llegaría a tener numerosas aldeas, como: Albacete,  Villarrobledo, La Roda, Belmonte, Castillo de Garcimuñoz, Las Mesas y otras muchas, hasta un total de 63 poblaciones. (Es posible que a ese alfoz también perteneciera El Cuervo). Poblaciones que eran administradas por la Orden de Santiago.
  • En 1195 tuvo lugar la batalla de Alarcos (cerca de la actual Ciudad Real), comandada por el Rey Alfonso VIII, que se saldó con la derrota cristina y una paralización del proceso de la reconquista.

  • En 1212 tiene lugar, en el municipio jienense de Santa Elena, la batalla de las Navas de Tolosa, en la que participaron: El Rey Alfonso VIII de Castilla, junto con Pedro II de Aragón, Sancho VII de Navarra y voluntarios de los reinos de Portugal y León. Esta batalla contra los almohades se saldó con la victoria de las tropas cristianas y fue definitiva para la dominación de la mayor parte de la península ibérica y varios pasos de Sierra Morena.

En el contexto de la reconquista, surgieron en la península ibérica las órdenes religioso-militares, a semejanza de las cruzadas que se organizaron para la reconquista de la Tierra Santa a los árabes. De estas órdenes religiosas, las que han permanecido en el tiempo, destacan entre otras, las que se detallan a continuación por orden de su fundación:

  • La Orden de Alcántara, creada en el Reino de León en 1154, siendo su primer maestre Suero Fernández Barrientos.
  • La Orden de Calatrava fundada en el Reino de Castilla en 1158, por el abad Raimundo de Fitero, con el objetivo de proteger la ciudad de Calatrava, cercana a la actual Ciudad Real.
     
  • La Orden de Santiago. El origen militar de esta Orden tiene lugar en 1170 en el Reino de León, bajo el reinado de Fernando II de León; que junto con Pedro Suarez de Deza, obispo de Salamanca, encargaron la defensa de la ciudad de Cáceres a los trece Caballeros de Cáceres, también llamados los Fratres. Esta Orden fue reconocida como religiosa en la bula papal de Alejandro III, el 5 de julio de 1175.

Las funciones de estas órdenes eran religiosas y militares, con la participación activa de sus miembros en las batallas para la reconquista a los árabes en la península ibérica, y en la protección y asistencia hospitalaria a los peregrinos en los caminos a Santiago de Compostela. En el caso de la Orden de Santiago, que nos interesa particularmente por la ascendencia que tuvo sobre El Cuervo, ejercía funciones de gobierno a través de sus encomiendas y procuraban la repoblación de las tierras conquistadas, con el objetivo de fijar la población cristiana en los nuevos territorios. También se ocupaban de velar por los bienes de la orden en los distintos asentamientos, para lo que realizaban visitas periódicas para ordenar la reconstrucción y el mantenimiento de iglesias, conventos, ermitas, hospitales, pósitos, tercias, hornos de pan y otros edificios y heredades pertenecientes a la Orden de Santiago.

Estas visitas están recogidas en libros de visitas en donde relatan pormenorizadamente detalles que permiten hacernos una idea histórica de cada una de las poblaciones pertenecientes a la Orden de Santiago. Esas visitas abarcan desde el año 1478 hasta 1606.

 En la primera visita que realiza la Orden de Santiago a Mota del Cuervo, el 15 de octubre de 1478, ya citan a esta villa solamente como La Mota. La definen formando una alcaidía junto a Villanueva de Alcardete, la Puebla de Don Fadrique y el Quintanar; al frente de la cual, el maestre don Juan Pacheco  había puesto como alcaide a Juan de Bitoria, que la tenía alquilada por diecisiete mil maravedíes, tras la renuncia expresa de Sancho de Luduenna.       

En esta visita, los emisarios de la Orden de Santiago, ya no hablan de El Cuervo, que en esa fecha ya se había anexionado al enclave vecino de La Mota, población que había ido creciendo en el entorno de la fortaleza situada en la Sierra (a 775 m s/ nivel del mar). Posiblemente la decadencia que habría experimentado El Cuervo se debió a la insalubridad de su zona lacustre, situada en la actual carretera hacia Pedro Muñoz, junto al polígono industrial. Zona que aún hoy, se sigue inundando en determinadas ocasiones. Seguramente en unas circunstancias similares a las que sufrieron los pueblos vecinos de Pedro Muñoz (con sus lagunas) y de Manjavacas (con su complejo lagunar).

Los visitadores de la Orden de Santiago también visitaron Manjavacas (hoy integrado en Mota del Cuervo) ese mismo año de 1478 (en noviembre), a pesar de su despoblamiento, un lugar perteneciente a la encomienda de la Torre de Vejezate, en donde no encontraron vecino alguno; solo había una casa de la encomienda, en donde hallaron a la criada de Alfonso López cobrando el portazgo en su nombre. La mayor parte de la población de Manjavacas, se había desplazado a La Mota, posiblemente por las mencionadas razones de insalubridad.

Plaza de la Aldea de El Cuervo, con su pozo central en la actualidad. Alrededor de esta plaza se formó el primer núcleo poblacional de Mota del Cuervo. (foto de jmgm)

PRIMERAS NOTICIAS DE “EL CUERVO” en 1185

Gracias a la documentación custodiada por la Orden de Santiago, a la que perteneció ese asentamiento de la aldea de El Cuervo (hoy llamado Mota del Cuervo), sabemos que en el año 1185, al poco tiempo de que el Rey Alfonso VIII conquistara a los musulmanes (en 1184) el Castillo de Alarcón y las numerosas aldeas de su alfoz; diez años antes de la derrota cristiana de Alarcos, y veintisiete años antes a la batalla de Las Navas de Tolosa, ya existía en el entorno al Pozo de la Aldea, una pequeña población llamada “El Cuervo”, colindante con otra llamada El Campo (aún se conserva ese topónimo para denominar una calle y un camino que une El Cuervo –hoy Mota del Cuervo- con la villa de El Campo, hoy llamada Campo de Criptana).

Ambas poblaciones citadas, junto a otros asentamientos (ver mapa adjunto), estarían llamados a conformar la parte oriental de los límites perimetrales de un nuevo priorato de la Orden de Santiago, distinto del de Uclés. Priorato que estaría llamado a acoger el nuevo convento y la sede principal del priorato de la Orden de Santiago. Todo ello en el antiguo Reino de León (donde fue fundada la Orden), y que tendría su asiento en la ciudad de Cáceres.

En el año 1181, Pedro Fernández de Castro, el primer maestre de la Orden de Santiago, suscribió un acuerdo por el que se comprometió a situar la sede principal de la Orden en el Reino de León. El Rey Fernando II de León y él promovieron esta idea. No obstante, el citado maestre, siempre se mostró neutral entre el Rey de Castilla y los intentos del Rey de León por controlar la Orden. Finalmente, tras el fallecimiento del maestre fundador en 1184, y el del Rey de León en 1188, este proyecto de poner la sede de la Orden en Cáceres, en detrimento de Uclés, nunca llegaría a ver la luz.

Pero gracias a la mención de El Cuervo en esa propuesta fallida del traslado del Priorato de la Orden de Santiago desde Uclés a Cáceres en 1185, tenemos lo que hasta ahora sería la primera constancia escrita de la existencia de la población de El Cuervo,  a finales de siglo XII. Un territorio conquistado por Alfonso VI en el año 1109, pero sujeto a los avances y repliegues fronterizos entre cristianos y árabes. Adscrito al Reino de Toledo, y dependiente eclesiásticamente, desde el año 1180, del obispo de Toledo, Don Pedro de Cardona.

A continuación veremos la reproducción que hace, en el siglo XVII, José López Arguleta, natural de “El Casar” (Guadalajara), ilustre profesor de teología en el real convento de Uclés, canónigo reglar de San Agustín y de la Orden, sacerdote y caballero Santiaguista, e historiador, que dedicó gran parte de su vida a indagar en los numerosos legajos de la Orden. Fruto de la completa información a la que tuvo acceso directo, y que refleja en su obra: Vida del Venerable Fundador de la Orden de Santiago (D. Pedro Fernández) y de las primeras Casas de Redempcion de Cautivos”, en Madrid, 1731. Concretamente en ese libro, en su página 226, recoge el contenido de un documento del año 1185, donde refleja la intención de trasladar la casa principal de la Orden de Santiago desde Uclés a Cáceres, como querían el Maestre fundador de la Orden y el Rey de León. Es aquí cuando cita que, el 22 de abril de 1185, estuvieron reunidos en Uclés el nuevo Maestre de la Orden Don Fernando Díaz (tras el fallecimiento del Maestre fundador) y el Rey de León, y  comentan que: Junto al territorio que tenía Cáceres por si, también entre Tajo y Guadiana, se podría formar un Priorato muy decente, más fácil de poblar que el de Uclés, asímismo entre el Tajo y el Guadiana, fijando la frontera perimetral oriental desde Buenamesón (pequeña población, situada junto al río Tajo, actualmente perteneciente a la provincia de Madrid, de la que solo se conserva una residencia palacio que tuvo la Orden de Santiago); y Santa Cruz (hoy Santa Cruz de la Zarza), hasta El Campo (hoy Campo de Criptana) y El Cuervo (hoy Mota del Cuervo), y  Lugar Nuevo de Guadiana(hoy Argamasilla de Alba)”.

Mapa del límite oriental del proyectado nuevo Priorato de la Orden de Santiago, en donde ya aparece El Cuervo, en el año 1185. Nuevo Priorato que nunca llegaría a realizarse; en donde pretendían unir parte del  territorio colindante con el de Uclés con posesiones del antiguo reino de León, como Cáceres, Trujillo (a la izquierda del mapa) y otros pendientes de reconquistar entre el Tajo y el Guadiana.
Imagen reproducida, en un mapa actual de Google, con esa proyectada línea vertical de demarcación oriental del citado Priorato, que va desde el Tajo al Guadiana. Hacen mención expresa de los enclaves de Buenamesón (en el Tajo), Santa Cruz (hoy Santa Cruz de la Zarza, El Cuervo (hoy Mota del Cuervo), El Campo (hoy Campo de Criptana) y Lugar nuevo de Guadiana (hoy Argamasilla de Alba). (Mapa de elaboración propia).

Buenamesón, caserío y finca de recreo de los frailes de la Orden de Santiago, hasta su desamortización en el siglo XIX, situada junto al río Tajo. En su entorno llegó a haber hasta 11 molinos de agua. Hoy, este enclave es dependiente del municipio de Villamanrique de Tajo (Madrid). En la foto Convento Palacio de Buenamesón (foto de Fernando Cana).

A continuación se refleja el texto tal como aparece en el documento citado y una copia del mismo:

“Junto este territorio con el que tenía Cáceres por si, también entre Tajo y Guadiana, se formaba un Priorato muy decente, y más fácil de poblar, que el de Uclés, asimismo entre Tajo y Guana, desde Buenameson y Santa Cruz (hoy Santa Cruz de la Zarza), hasta el Campo (hoy Campo de Criptana), y el Cuervo (hoy Mota del Cuervo), y Lugar nuevo en Guadiana (hoy Argamasilla de Alba), que se tardó mucho en poblarse todo. A este territorio de Cáceres y Trujillo se agregaron poco después, en agosto de 1187, los lugares o esperanza de ellos, que ofrecieron don Pedro Fernández el Castellano; es a saber: Montanches, Santa Cruz, Zuferola, Cabañas, Monfrague, Solana y Peña Falcón. Y al año siguiente el Rey de Castilla estando en Azeca día dos de noviembre de 1188, concedió por entero todo el diezmo de sus reales rentas de Medellín y lugares de su término al Maestre don Sancho Fernández y su Orden. Con que en menos de tres años, desde abril de 1185, que salieron de Uclés Rey y Mestre contra Truxillo, hasta noviembre de 1188 se fundó en los contornos de Cáceres un Territorio de Diezmos Tercias de Iglesias, y Derechos Episcopales, tan pingue extendido, y autorizado, que no se discurre a qué otro fin pudo esto hacerse, si no es para poner allí el Convento Mayor, compuesto de los tres conventos, el primero de Maestre, Comendador, Sor Comendador y Caballeros Conventuales; el segundo de Prior y Canónigos; y el tercero de Cavalleros Celibes, estrechos y perpetuos; y que tuviesen allí el convento segundo de Prior y Canónigos la autoridad y el exercicio de govierno de Iglesias, que dice la bula de confirmación de Alejandro Tercero.

Como se frustrasen estos pensamientos, y en qué año, no sabemos; lo cierto es, que en ello el V. Fundador miraba con equidad, y justicia por todos tres Reinos, y Cavalleros Naturales, que no era razón caminasen desigualmente a la Casa Mayor, quando se ofrecía elección de Mestre, o celebarar Capítulos Generales. También es cierto, que puso su palabra de poner su Casa en Terminos del Reyno de León, donde su Orden tuvo principio, y que como prudente, justo y piadoso no prometieron sus labios cosa distinta de lo que tenía en su corazón. Asímismo es cierto, o muy creible, que si el Convento Mayor estuviera en Cáceres, cuando los Africanos vencieron el año de 1195, en Alarcos, y bolvieron el año siguiente a ganar lo de Truxillo, y Cáceres y demás Lugares hasta Taco, y de Tajo para Avila lo de Plasencia, se hubiera defendido Caceres, como se defenció Uclés. Y así bien le dictaba el V. Fundador su corazón a lo último de su vida. No le defraudó Dios de la voluntad de sus labios al morir, ni en algunos años después de su muerte ; pero contingentes posteriores, y de acaso culpables disensiones retardaron la execución de su voluntad: y retardada se hizo imposible, perdiéndose Cáceres, y todo el Territorio, que ya tenía en buena disposición entre Tajo y Guadiana, muy pingue, y dilatado, con la esperanza de unir lo de Merida con lo de Medellín, pues desde el año de 1171 tenía la mitad de los Términos, y la quarta parte de la Ciudad, ofrecidas por la Iglesia del Apostol…”

Reproducción de parte del documento comentado, en el que aparece citado El Cuervo y El Campo, en el año 1185, entre otros enclaves perimetrales del proyectado nuevo Priorato de la Orden de Santiago en detrimento del Priorato de Uclés.

OTRAS NOTICIAS DE EL CUERVO

Tras esa –hasta ahora- probablemente la primera noticia fehaciente de El Cuervo a finales del siglo XII, en 1185, vemos que son pocas, pero muy significativas, las noticias que hablan de este enclave manchego, como tal aldea antes de su integración con La Mota y la incorporación de la población de Manjavacas a este núcleo, hoy conocido como Mota del Cuervo. Vemos como El Cuervo, a lo largo de los años, va perdiendo importancia, dejando paso a la denominación de La Mota, más adelante citada como La Mota El Cuervo, hasta la actual denominación de Mota del Cuervo. A continuación veremos los hitos más significativos de estas menciones a lo largo del tiempo.

EL  CUERVO en el año 1243

Tal y como recogía en mi libro “Lo que Cervantes calló” (Cultivalibros 2014), aparece nuevamente la mención a El Cuervo en el pleito seguido entre la Orden de Santiago y Alcaráz, por el que el Rey Fernando III «el Santo», concedido en Valladolid el 18 de febrero de ese año, se adscriben al Campo de Montiel, entre otros, los siguientes pueblos: Criptana, Posadas Viejas, Villajos, Miguel Esteban, Almuradiel, La Figuera, Villarejo Rubio, El Cuervo y Manjavacas.

Aquí podemos ver cómo en 1243 ya asignan a (lo que posteriormente Cervantes denominaría como “el antiguo y conocido Campo de Montiel”), las poblaciones de El Cuervo (del que Cervantes probablemente hizo salir a D. Quijote en la ficción) y también a Manjavacas, a Criptana y otros pueblos colindantes descritos. Vemos cómo aún no mencionan a La Mota como tal población. “Montiel sus términos y pueblos año 1243 por Bernebé Chaves en su “Apuntamiento Legal sobre el dominio real que por expresas reales donaciones pertenece a la Orden de Santiago”(Pág. 41V).

Listado de los términos y pueblos que componían el ‘antiguo’ Campo de Montiel, en 1243, en el que aparecen mencionados El Cuervo y Manjavacas. Está recogido por Bernabé Chaves en su “Apuntamiento legal sobre el dominio solar, que por expresas reales donaciones pertenece a la Orden de Santiago en todos sus pueblos […]”.


EL CUERVO en el año 1353

En las  ”Crónicas y Memorias  de los Reyes de Castilla”, recogidas por D. Pedro López de Ayala, Canciller Mayor de Castilla, en su tomo I, Capítulo XX, impresas en Madrid en 1779,  que comprende la crónica del Rey Don Pedro, ya nombra a El Cuervo en 1353 como un lugar importante donde se juntaban a Cabildo General el Maestre, los trece y muchos frailes y caballeros de la Orden de Santiago.

En ese Cabildo General, por orden del Rey Don Pedro I de Castilla, el Maestre Don Fadrique dio el Castillo de Castrotorafe (situado en Zamora) a Don Juan Alfonso, como podemos ver en el texto original del documento (que se reproduce al final del mismo).

 “Dio el Maestre Don Facrique esta villa y castiilo a Don Juan Alfonso en Mayo de 1351, por los motivos que expresa la cédula siguiente del Rey Don Pedro. Don Pedro &c. Por quanto yo envié rogar por mi carta a vos Don Fadrique, Maestre de la Caballería de la Orden de Santiago, é á los otros Freyles de la vuestra Orden que se ayuntaron con vusco en el Cuervo á Cabildo general en el mes de Mayo que agora pasó de la Era desta carta, que disedes á Don Johan Alfonso de Alburqueque, mio Vasallo é mio Chanciller mayor, el vuestro castiello de Castrotorafe, con su villa é con su término, que lo toviese de vos para en sus días: é vos por cumplir mio ruego, otrosi por ayudas quel diocho Don Johan Alfonso fizo é fará á vos é á vuestra Orden, toviestes por bien del dar el dicho castiello. E sobresto Don Bernaldo Comendador de Oreja, vuestro Freyre é vuestro procurador, pidiome merced que vos mandase asegurar é asegurase que despues de sus dúias fincara a la Orden libre…. Dada e Valldolid á 4 dias  de Julio Era de 1389 años…”

Según documento:

“Crónicas de los reyes de Castilla don Pedro, don Enrique II, don Juan I y Don Enrique III”, por Pero López de Ayala. Volumen 1, Capítulo XX, impreso en Madrid 1779

También en el año 1353, aún aparece nombrado El Cuervo, con motivo de la carta de privilegios despachada por el Maestre Don Fadrique, con motivo de la creación de El Común de la Mancha, (una unión de poblaciones de una misma jurisdicción con fines fiscales y ganaderos), dada el cuatro de marzo del año 1353, en Fuente de Cantos, Villa de Extremadura. Dicen así:

“Sepan quantos esta Carta vieren, como Nos D. Fadrique por la gracias de Dios, Maestre de la Orden de la Caballeria de Santiago, por razon que los Concejos de los Omes buenos de los nuestros lugares del Campo, et de Villajos, y de Pero Muñoz, y del Toboso, y de Miguel Esteban, y de la Puebla de Almuradiel, y Quintanas, y de Villanueva, y de Villamayor, y de Guzques, y del Hinojoso, y del Cuervo, y de la Puebla, y del Algive, nos enbiaron mostrar, que los pasaban mal y les venía gran daño en muchas maneras, por no haver entre ellos Ayuntamiento de Común, para hacer, y ordenar todos sus fechos, segun que lo hay en los Logares del Común de Uclés, e los otros Comunes …”

Según el siguiente documento:

Apuntamiento legal sobre el dominio solar, que por expresas reales donaciones pertenece a la Orden de Santiago en todos sus pueblos … Bernabé Chaves. Pág. 107

 Es curioso ver cómo no aparecen en la lista de pueblos de este Común, entre los ríos Guadiana y el Záncara, ni Vejezate, ni Socuéllamos. Tampoco aparecen en el Común de Montiel.

En 1394 aparece La Mota en un documento donde le otorgan un privilegio de confirmación de propiedad sobre ciertos montes.

En 1416 La Mota recibe el fuero de Uclés y la jurisdicción en primera instancia de manos de Felipe III. Esta ampliación de competencias implicaba que el alcalde podría juzgar delitos de diferentes consideraciones, llegando incluso a poder condenar a muerte. Esa potestad se hacía visible con la instalación en un lugar destacado de la población de una Piqueta o Rollo de Justicia, con el objeto de apercibir a los maleantes.

En esta imagen vemos las fechas en las que determinadas poblaciones manchegas recibieron el fuero de Uclés. Vemos que La Mota lo recibió en el año 1416. Apuntamiento legal sobre el dominio solar, que por expresas reales donaciones pertenece a la Orden de Santiago en todos sus pueblos … / escrito por Don Bernave de Chaves

La Mota en 1440, Manjavacas y Vezejate. Hablan de los Privilegios despachados en ese Capítulo General de la Orden de Santiago celebrado en Uclés en  1440, presidido por el Infante Don Enrique, donde se conceden a La Mota, a Manjavacas y a Vejezate, los siguientes privilegios:

Concediendo a el Concejo de la Mota una dehesa; confirmando cierta Sentencia de concordia, dada entre dicho lugar, y el de Manjavacas, por el Comendador de Segura, Administrador de la Orden, nombrado por el señor Infante, aumentando la pena a los que cortaban en el Monte de dicho Lugar de la Mota, confirmando las penas puestas entre los Lugares de la Mota, y Vejezate, y expresando un apeo de el de Manjavacas”. Según podemos ver en el documento siguiente:

Apuntamiento legal sobre el dominio solar, que por expresas reales donaciones pertenece a la Orden de Santiago en todos sus pueblos…de Bernabé Chaves. Pág. 63v.

Aparece citada La Mota en 1468 en una relación de poblaciones y sus habitantes

En la Relación de poblaciones del Partido de Ocaña y la evolución de sus respectivos vecinos al año de 1468 (que contaba con 80 vecinos) y al año 1598 (que contaba con 800 vecinos. Es decir 130 años después su población había aumentado en 720 vecinos (aproximadamente unos 3.000 habitantes). Como podemos ver en el siguiente documento.

Relación de los diferentes pueblos del partido de Ocaña, con el detalle de los vecinos que tenían estas poblaciones en el año de 1468 y su evolución al año 1.598. Vemos que La Mota tuvo un gran incremento de su población. Pasó de tener 90 vecinos en 1468 a 800 vecinos en 1598. “Apuntamiento Legal.. por Bernabé Chaves.”, tomada de las Anotaciones a la Regla de Santiago, escritas por el licenciado Diego de la Mota (natural de Belmonte. Libro 2. Cap. 33 pág. 109)

En 1478 aparece citada La Mota.

Con motivo dela primera visita de la Orden de Santiago, como hemos visto al principio de este artículo. Los visitadores ya nos hablan de la fortaleza derrocada en la sierra, así lo relatan: “Vieron los dichos visitadores una fortaleza que está en el çerro de la dicha villa, derrocada, la qual se derrocó por mandado del marqués de Villena. Puede aver tres annos poco más, la qual derrocó el conçejo de la Mota por su mandado”.

En 1523 aparece citada la Mota.

En un Capítulo General de la Orden, celebrado en Valladolid en el año 1523, se despacha un privilegio al concejo de Villamayor, sobre los derechos sobre una dehesa perteneciente a su vecino pueblo (casi despoblado) de Villaverde, en donde hasta ahora pastaban los ganados de La Mota, El Toboso, Quintanar y el Hinojoso. (Apuntamiento legal… Pag. 84v)

En 1531 aparece citada la Mota.

En 1531, aparece citada La Mota en un Privilegio Real despachado por El Rey Carlos I, sobre el segundo poblamiento de la villa de Pedro Muñoz, ya se citan a los pueblos comarcanos como: El Toboso, La Mota, Campo de Criptana y Socuéllamos.

En 1542 aparecen citadas La Mota y El Cuervo.

En una provisión que otorga Carlos I en el año 1542, aparecen conjuntamente los dos nombres: “La Mota El Cuervo” (Archivo municipal de Mota del Cuervo).

En 1781 aparece citado El Cuervo

En el libro que escribe en el año 1781 el Presbítero Domingo José Martínes Falero, natural del vecino pueblo de Pedro Muñoz, titulado: Historia de la Villa de Pedro Muñoz, en su página 19, describe los pueblos que, como Pedro Muñoz, desaparecieron del común de la Mancha. En él cita a Manjavacas y a El Cuervo, entre otros. Este autor fija la despoblación de Pedro Muñoz aproximadamente en el año 1400, debido seguramente a una epidemia de peste, según el Padre Mariana (1534/1624) en su libro “Historia de España” (Lib. 10, cap.10). Es posible que también fuera esa la causa de la despoblación de Manjavacas y la pérdida de población de El Cuervo en favor de La Mota, ya que los tres pueblos estaban junto a zonas lacustres. Posteriormente la villa de Pedro Muñoz se pobló nuevamente a partir del año 1531.

Dice así (pág. 19, ver imagen):

“Y así se formaron pueblos pequeños, de los quales unos crecieron mas y otros menos, y otros finalmente experimentaron (como Pedro Muñóz) la desgracia de su ruina” y señala los siguientes: “Villajos, Villarejo Rubio, Posadas viejas, La Higuera, y Critana, en su termino. Manjabacas, el Cuervo, y otros.”

Relación de pueblos que desaparecieron en esa época en la Mancha.

Tras estas menciones de El Cuervo, La Mota, Manjavacas y Mota del Cuervo, son muchas las citas, a lo largo de la historia, en las que aparece el topónimo de Mota del Cuervo, destacando especialmente las visitas de la Orden de Santiago (desde el año 1478 hasta 1606) a este municipio. Pero eso sería objeto de otro estudio.

AUTOR: José Manuel González Mujeriego

4 de abril de 2022

BILIOGRAFÍA:

Cana, Fernando. Buenamesón.  blog de historia. 12-11-14. http://fernandocana.es/buenameson-en-las-realciones-topograficas-de-felipe-ii/

Chaves, Bernabé.  Apuntamiento legal sobre el dominio solar, que por expresas reales donaciones pertenece a la Orden de Santiago en todos sus pueblos.   https://bibliotecadigital.jcyl.es/es/consulta/registro.do?id=4123

González Mujeriego, José Manuel. Lo que Cervantes calló. Cultivalibros. Madrid. 2014

Gonzalo Arias. Repertorio de caminos de la Hispania romana. Madrid 2004

Jiménez Rayado, Eduardo y otros. Libros de Visitas de la Orden Militar de Santiago. Provincia de Cuenca, tomos I y II. Ed- AL-MUDAINA. 2009

López de Ayala, Pero. Crónicas de los reyes de Castilla don Pedro, don enrique II, don Juan I y Don Enrique III,. volumen 1, en Madrid 1779
https://books.google.es/books?id=thfHvTTgWzEC&pg=PA104&dq=%22el+cuervo%22+orden+de+santiago&hl=es&sa=X&ved=2ahUKEwjprcvKk4fqAhVJqxoKHTmUAyAQ6AEwBHoECAMQAg#v=onepage&q&f=false

Lillo Alarcón, Enrique, Asociación de Amigos por la Historia de Mota del Cuervo. www.historiademota.com

Martínez Falero, Domingo José. Historia de la Villa de Pedro Muñoz, Madrid 1781.https://books.google.es/books?id=azRYAAAAcAAJ&pg=PP9&hl=es&source=gbs_selected_pages&cad=3#v=onepage&q&f=false

Porras Arboledas, Pedro Andrés. La Orden de Santiago en el siglo XV. 1997

Rivero Recio, Juan Francisco. Reconquista y Pobladores del Antiguo Reino de Toledo.  Real Academia de Bellas Artes y Ciencias Históricas de Toledo. 2014
https://realacademiatoledo.es/wp-content/uploads/2014/02/files_anales_0001_02.pdf

La comicidad como fundamento del Quijote

Organizadores y participantes en la Mesa Redonda sobre
“La comicidad como fundamento del Quijote: la risa del lector y la risa de Sancho y don Quijote”.

Describo a continuación mi participación como tercer ponente en la Mesa Redonda, celebrada el 24/04/2021 a las 11:00 h. en la sala de conferencias de la Casa de la Torre de El Toboso, dirigida por Dª Isabel Fernández Morales.

 Este evento se engloba en los actos desarrollados entorno a QUEROTE21, en la V Semana Universitaria y Cervantina «Alfonso Ruiz Castellanos» celebrada en Quero (Toledo), promovida por el Dr. Victor Raúl López Ruiz. El título de la Mesa Redonda fue: “La comicidad como fundamento del Quijote: la risa del lector y la risa de Sancho y don Quijote”. Al final de esta publicación hay un vídeo con las participaciones de todos los ponentes.

Moderador: Dr. D. Jesús Sánchez Sánchez.
Ponentes:
Dr. D. Carlos Mata Induráin, Filólogo,
Dra. Dª. Alicia Villar Lecumberri, Filóloga
D. José Manuel González Mujeriego, Investigador.

Aristóteles (384/322 a. C),ya señaló que “El hombre es el único ser viviente que ríe”.

La risa es el resultado de una experiencia cómica. Así Cervantes provoca la risa de los lectores del Quijote, a través de las locuras de Alonso Quijano “El bueno” con sus conductas anómalas, cometidas por el Quijote. Esas conductas son las que le llevan a realizar actuaciones idealistas contenidas en los códigos de conducta y las normas escritas en los libros de caballerías, como la defensa de las doncellas, de los personajes más vulnerables, la de Andresillo que estaba siendo apaleado por Juan Haldudo, o en el episodio de los galeotes, o su lucha con los molinos de viento, etc.  Estas actuaciones y los razonamientos de Sancho, están provocando la risa de los lectores.

Hay quien asegura (Jesús G. Maestro) que lo que en realidad hace Cervantes a través de la comicidad de su obra es criticar a todos los idealistas, a los que defienden el ideal de la belleza, de la perfección, de la justicia… Así vemos cómo se define el propio D. Quijote ante el cabrero:

Como me obliga mi profesión, que no es otra si no es favorecer a los desvalidos y menesterosos” (I,52).

Y así lo define el barbero:

”-¿Quién ha de ser -respondió el barbero- sino el famoso don Quijote de la Mancha. desfacedor de agravios, enderezador de entuertos, el amparo de las doncellas, el asombro de los gigantes y el vencedor de las batallas? (I,52).

 El idealismo conduce al fracaso. Al final siempre se acaba imponiendo el realismo.

La Ironía, el sarcasmo, lo grotesco, lo ridículo, el humor, la sátira son situaciones que nos llevan a la risa. Pero en ocasiones límites, estas figuras nos alejan de la risa y nos llevan a la compasión, como ocurre en el caso de Maritornes, cuando Cervantes la describe minuciosamente, resaltando cruelmente todos sus defectos físicos. Cuando la llama:

una moza asturiana, ancha de cara, llana de cogote, de nariz roma, del un ojo tuerta, y del otro no muy sana: verdad es que la gallardía del cuerpo suplía las demás faltas; no tenía siete palmos de los pies a la cabeza, y las espaldas, que algún tanto le cargaban, la hacían mirar al suelo más de lo que ella quisiera”,  

pero que luego, vemos que es la única que se compadece de Sancho tras su manteo en la venta.

En otros casos la risa sobreviene al lector derivada de la forma de describir determinados hechos del Quijote, como cuando la aventura de los batanes, en plena noche y bajo un ruido ensordecedor, Sancho, muerto de miedo, defeca junto a su amo, percibiendo éste con su fino olfato los olores que aquello desprendía. (risa escatológica del lector por la forma en que Cervantes define la situación)

“ y así lo que hizo (Sancho) por bien de paz fue soltar la mano derecha, que tenía asida al arzón trasero (del albardón), con lo cual bonitamente y sin rumor alguno se soltó la lazada corrediza con que los calzones se sostenían sin ayuda de otra alguna, y en quitándosela dieron luego abajo, y se le quedaron como grillos. Tras esto alzó la camisa lo mejor que pudo, y echó al aire entrambas posaderas, que no eran muy pequeñas. Hecho esto (que él pensó que era lo más que tenía que hacer para salir de aquel terible aprieto y angustia) le sobrevino otra mayor, que fue que le pareció, que no podía mudarse sin hacer estrépito y ruido, y comenzó a apretar los dientes y a encoger los hombros, recogiendo en sí el aliento todo cuanto podía; pero con todas estas diligencias fué tan desdichado, que al cabo vino a hacer un poco de ruido, bien diferente de aquel que a él le ponía tanto miedo. Oyólo Don Quijote, y dijo: ¿Qué rumor es ése, Sancho? No sé, señor, respondió él. Alguna cosa nueva debe ser, que las aventuras y desventuras nunca comienzan por poco”.

….

“Dijo: Paréceme, Sancho, que tienes mucho miedo. Sí tengo, respondió Sancho: ¿mas en que lo echa de ver vuestra merced ahora más que nunca? En que ahora más que nunca hueles, y no a ámbar, respondió Don Quijote”

Es posible que el lector actual que se acerque al Quijote, por primera vez, tenga una percepción de adentrarse a una obra clásica, con aseveraciones y razonamientos profundos, muy alejados de la comicidad, por lo que al encontrarse con determinadas situaciones, de escenas cómicas, se sorprenda gratamente.

Así Cervantes, en el Quijote, hace alusión –directamente- a la risa de sus protagonistas en veinticinco ocasiones. Unas veces habla de la risa de Don Quijote o de Sancho por ocurrencias o anécdotas mutuas, y en otras habla de las risas de otros protagonistas, generalmente derivadas de las ocurrencias de nuestro hidalgo.

Podemos ver como la risa que suscita Sancho Panza, va cambiando a lo largo de la novela. Empieza siendo el escudero bobo, para pasar al escudero gracioso. Algo que se incrementa tras la conversación con don Alvaro Tarfe sobre el Quijote apócrifo de Avellaneda, en donde aparece un Sancho bellaco.

Cabe destacar la crueldad de los duques al poner en aprieto a Sancho y al consentir las burlas de sus doncellas en el lavado de barbas a Don Quijote.

Estas son algunas de las escenas de risa más destacadas en el Quijote:

El Quijote, I, cap. 3: Donde se cuenta la graciosa manera que tuvo D. Quijote en armarse caballero.

Cuando le pidió al ventero velar las armas en su “castillo” durante toda la noche:

“El ventero, que como está dicho, era un poco socarrón, y ya tenía algunos barruntos de la falta de juicio de su huésped, acabó de creerlo cuando acabó de oír semejantes razones, y por tener que reír aquella noche, determinó seguirle el humor; así le dijo que andaba muy acertado en lo que deseaba y pedía”.

El Quijote, I, cap. 9 Donde se concluye y da fin a la estupenda batalla que el gallardo vizcaíno y el valiente manchego tuvieron

Cuando Cervantes alude al segundo autor de esta historia (Cide Amete) y de esos cartapacios, donde:

“leyendo un poco en él se comenzó a reír: preguntéle que de qué se reía, y respondióme que de una cosa que tenía aquel libro escrita en la margen por anotación. Díjele que me la dijese, y él sin dejar la risa dijo: está, como he dicho, aquí en el margen escrito esto: esta Dulcinea del Toboso, tantas veces, en esta historia referida, dicen que tuvo la mejor mano para salar puercos que otra mujer de toda la Mancha.

(I, Cap. 20): De la aventura de los batanes. De la jamás vista ni oída aventura que con más poco peligro fue acabada de famoso caballero en el mundo, como la acabó el valeroso D. Quijote de la Mancha (Aventura de los batanes)

Aquí vemos que, una vez conocido el origen de esos ruidos, como Sancho se ríe de D. Quijote y éste no lo consiente

 “Cuando Don Quijote vió lo que era, enmudeció y pasmóse de arriba abajo. Miróle Sancho, y vió que tenía la cabeza inclinada sobre el pecho con muestras de estar corrido («enfadado»). Miró también Don Quijote a Sancho, y vióle que tenía los carrillos hinchados, y la boca llena de risa, con evidentes señales de querer reventar con ella, y no pudo su melancolía tanto con él, que a la vista de Sancho pudiese dejar de reirse, y como vió Sancho que su amo había comenzado, soltó la presa de manera que tuvo necesidad de apretarse las hijadas con los puños por no reventar riendo. Cuatro veces sosegó, y otras tantas volvió a su risa con el mismo ímpetu que primero, de lo cual ya se daba al diablo Don Quijote, y más cuando le oyó decir como por modo de fisga: Has de saber, ¡oh Sancho amigo! que yo no nací por querer del cielo en esta nuestra edad del hierro para resucitar en ella la dorada o de oro; yo soy aquel para quien están guardados los peligros, las hazañas grandes, los valerosos fechos.

Y por aquí fue repitiendo todas o las más razones que Don Quijote dijo la vez primera que oyeron los temerosos golpes. Viendo, pues, Don Quijote que Sancho hacía burla dél, se corrió y enojó en tanta manera, que alzó el lanzón y le asentó dos palos, tales que si como los recibió en las espaldas los recibiera en la cabeza, quedara libre de pagarle el salario, si no fuera a sus herederos. Viendo Sancho que sacaba tan malas veras de sus burlas, con temor de que su amo no pasase adelante en ellas, con mucha humildad le dijo: Sosiéguese vuestra merced, que por Dios que me burlo. Pues ¿por qué os burlais? No me burlo yo, respondió Don Quijote. Venid acá señor alegre: ¿paréceos a vos que como si estos fueron mazos de batán fueran otra peligrosa aventura, no había yo mostrado el ánimo que convenía para emprendella y acaballa? ¿Estoy yo obligado a dicha, siendo como soy caballero, a conocer y distinguir los sones, y saber cuales son los de los batanes o no? Y más que podría ser, como es verdad, que no los he visto en mi vida, como vos los habréis visto, como villano ruin que sois, criado y nacido entre ellos; si no, haced vos que estos seis mazos se vuelvan en seis jayanes, y echádmelos a las barbas uno a uno, o todos juntos, y cuando yo no diere con todos patas arriba, haced de mí la burla que quisiéredes».

“¿no ha sido cosa de reír, y lo es de contar, el gran miedo que hemos tenido? A lo menos el que yo tuve, que de vuestra merced ya yo sé que no lo conoce, ni sabe que es temor ni espanto”.

(I, Cap.30)

El propio Cervantes se pregunta: ¿Quién no había de reir, viendo la locura de Don Quijote y la simplicidad de su escudero?.

 “¿Qué te parece, Sancho amigo? -dijo a este punto don Quijote-. ¿No oyes lo que pasa? ¿No te lo dije yo? Mira si tenemos ya reino que mandar y reina (Dorotea) con quien casar.

-¡Eso juro yo -dijo Sancho- para el puto que no se casare en abriendo el gaznatico al señor Pandahilado! Pues ¡monta que es mala la reina! ¡Así se me vuelvan las pulgas de la cama! Y diciendo esto, dio dos zapatetas en el aire, con muestras de grandísimo contento, y luego fue a tomar las riendas de la mula de Dorotea, y haciéndola detener, se hincó de rodillas ante ella, suplicándole le diese las manos para besárselas, en señal que la recibía por su reina y señora. ¿Quién no había de reír de los circunstantes, viendo la locura del amo y la simplicidad del criado? En efecto, Dorotea se las dio, y le prometió de hacerle gran señor en su reino, cuando el cielo le hiciese tanto bien, que se lo dejase cobrar y gozar. Agradecióselo Sancho con tales palabras, que renovó la risa en todos”.

(I, cap. 52): De la pendencia que don Quijote tuvo con el cabrero, con la rara aventura de los deceplinantes («penitentes»), a quien dio felice fin a costa de su sudor».

 “En una lo diré -replicó don Quijote-, y es ésta: que luego al punto dejéis libre a esa hermosa señora, cuyas lágrimas y triste semblante dan claras muestras que la lleváis contra su voluntad y que algún notorio desaguisado le habedes fecho; y yo, que nací en el mundo para desfacer semejantes agravios, no consentiré que un solo paso adelante pase sin darle la deseada libertad que merece. En estas razones, cayeron todos los que las oyeron que don Quijote debía de ser algún hombre loco, y tomáronse a reír muy de gana; cuya risa fue poner pólvora a la cólera de don Quijote, porque, sin decir más palabra, sacando la espada, arremetió a las andas”

Aquí vemos la risa de otros personajes de iglesia, que no dudan en  gozar de la burla y se ríen despiadadamente de  las actuaciones de D. Quijote

En la pelea de D. Quijote y el Cabrero, el cura y el canónigo se reían y azuzaban la pelea.

“El cabrero cogió debajo de sí a don Quijote, sobre el cual llovió tanto número de mojicones, que del rostro del pobre caballero llovía tanta sangre como del suyo. Reventaban de risa el canónigo y el cura, saltaban los cuadrilleros de gozo, zuzaban los unos y los otros, como hacen a los perros cuando en pendencia están trabados«.

Aquí en esta primera parte vemos como, al contrario que las comedias, la historia no tiene un final feliz, ya que acaba con Don Quijote regresando a su casa, molido, en un carro de heno.

2ª PARTE

(II, Cap.25). En donde tiene lugar el episodio del rebuzno, uno de los que resaltan mejor el humor y las limitaciones morales de los humanos. Tan pronto somos capaces de reírnos mientras rebuznamos, como de enfrentarnos, pelearnos y burlarnos.

Aquí vemos la risa de Don Quijote por las ocurrencias de Sancho

(II, Cap. 28): “Que habla sobre la ínsula que D. Quijote prometió a Sancho.

 “Pues, ¿qué tanto ha, Sancho, que os la prometí (la ínsula)? –dijo don Quijote. –Si yo mal no me acuerdo –respondió Sancho–, debe de haber más de veinte años, tres días más a menos. Diose don Quijote una gran palmada en la frente, y comenzó a reír muy de gana, y dijo: –Pues no anduve yo en Sierra Morena, ni en todo el discurso de nuestras salidas, sino dos meses apenas, y ¿dices, Sancho, que ha veinte años que te prometí la ínsula? Ahora digo que quieres que se consuman en tus salarios el dinero que tienes mío; y si esto es así, y tú gustas dello, desde aquí te lo doy, y buen provecho te haga; que, a trueco de verme sin tan mal escudero, holgaréme de quedarme pobre y sin blanca”.

(II, cap. 30) Donde se habla del primer encuentro con la Duquesa y con el Duque, estando de caza. D. Quijote envía a Sancho a ponerse de hinojos ante la Duquesa y ofrecerse como servidor de tan alta señora. Aceptó tan noble Sra. A recibir a D. Quijote, con tan mala fortuna que D. Quijote al apearse de Rocinante se cayó estrepitosamente al no estar bien ensillado por Sancho, quedando colgado cabeza abajo de sus arreos (provocando la risa de todos…). Luego Sancho compara la belleza de la Duquesa con la de Dulcinea, hablando demasiado

Vemos como la risa cruel de los Duques hacia sancho, se torna en alabanza de la duquesa hacia Sancho

“A lo que respondió la duquesa: –De que Sancho el bueno sea gracioso lo estimo yo en mucho, porque es señal que es discreto; que las gracias y los donaires, señor don Quijote, como vuesa merced bien sabe, no asientan sobre ingenios torpes; y, pues el buen Sancho es gracioso y donairoso, desde aquí le confirmo por discreto. –Y hablador –añadió don Quijote».

(II, Cap. 31) Cuando llegan al castillo de los duques, le preparan un recibimiento exagerado, con la única intención de burlarse y reírse de D. Quijote.

Y no solo los duques, sino sus acompañantes. Aquí vemos la risa de otros personajes hacia las actuaciones de D. Quijote y los consejos que le da el canónigo

Y, volviendo la plática a don Quijote, (el eclesiástico, en presencia del Duque) le dijo:

“–Y a vos, alma de cántaro, ¿quién os ha encajado en el celebro que sois caballero andante y que vencéis gigantes y prendéis malandrines? Andad en hora buena, y en tal se os diga: volveos a vuestra casa, y criad vuestros hijos, si los tenéis, y curad de vuestra hacienda, y dejad de andar vagando por el mundo, papando viento y dando que reír a cuantos os conocen y no conocen”.

Aquí también vemos la risa de otros personajes hacia las actuaciones de D. Quijote

(II, Cap. 32)

“Y, sin decir más ni comer más, se fue, sin que fuesen parte a detenerle los ruegos de los duques; aunque el duque no le dijo mucho, impedido de la risa que su impertinente cólera le había causado.
 Acabó de reír y dijo a don Quijote: –Vuesa merced, señor Caballero de los Leones, ha respondido por sí tan altamente que no le queda cosa por satisfacer deste que, aunque parece agravio, no lo es en ninguna manera; porque, así como no agravian las mujeres, no agravian los eclesiásticos, como vuesa merced mejor sabe.

En el episodio de lavatorio de barbas, el Duque permite que sus doncellas se rían de Don Quijote, embadurnándolo de espuma….

 “El duque y la duquesa, que de nada desto eran sabidores, estaban esperando en qué había de parar tan extraordinario lavatorio. La doncella barbera, cuando le tuvo con un palmo de jabonadura, fingió que se le había acabado el agua, y mandó a la del aguamanil fuese por ella, que el señor don Quijote esperaría. Hízolo así, y quedó don Quijote con la más estraña figura y más para hacer reír que se pudiera imaginar.

(II, cap. 50)

La risa entre los protagonistas. Cómo el cura y el bachiller se ríen de Sanchica

“Bien echaron de ver el cura y el bachiller que el paje hablaba socarronamente, pero la fineza de los corales y el vestido de caza que Sancho enviaba lo deshacía todo; que ya Teresa les había mostrado el vestido. Y no dejaron de reírse del deseo de Sanchica, y más cuando Teresa dijo: –Señor cura, eche cata por ahí si hay alguien que vaya a Madrid, o a Toledo, para que me compre un verdugado redondo”

(II, Cap, 52)

También aquí, vemos la risa entre los protagonistas. Cómo Teresa Panza se ríe de las intenciones del barbero y del bachiller.

            “El cura, el barbero, el bachiller y aun el sacristán no pueden creer que eres gobernador, y dicen que todo es embeleco, o cosas de encantamento, como son todas las de don Quijote tu amo; y dice Sansón que ha de ir a buscarte y a sacarte el gobierno de la cabeza, y a don Quijote la locura de los cascos; yo no hago sino reírme, (dice Teresa Panza) y mirar mi sarta, y dar traza del vestido que tengo de hacer del tuyo a nuestra hija”.

(II, Cap. 62).

Aquí vemos nuevamente la risa cruel de nuestros protagonistas por Don Antonio en Barcelona, derivada de la burla, cuando las mujeres de la fiesta acosan a Don Quijote imponiéndole bailar.

 “Con estas y otras razones dio que reír Sancho a los del sarao, y dio con su amo en la cama, arropándole para que sudase la frialdad de su baile”.

También vemos nuevamente la risa de Don Quijote de los ropajes que le habían puesto a Sancho…

“Salió, en esto, de través un ministro, y, llegándose a Sancho, le echó una ropa de bocací negro encima, toda pintada con llamas de fuego, y, quitándole la caperuza, le puso en la cabeza una coroza, al modo de las que sacan los penitenciados por el Santo Oficio”

“Mirábale también don Quijote, y, aunque el temor le tenía suspensos los sentidos, no dejó de reírse de ver la figura de Sancho”.

(II, Cap. 72)

A propósito de la conversación con don Álvaro Tarfe en aquel mesón, cerca de la aldea de D. Quijote, sobre el Sancho que aparece en el Quijote apócrifo de Avellaneda.

Cervantes vemos como compara a “su Sancho” con el de Avellaneda y presume de que, “el suyo” hace reír a cuantos le escuchan:

Y ese don Quijote –dijo el nuestro–, ¿traía consigo a un escudero llamado Sancho Panza?

“Sí traía –respondió don Álvaro–; y, aunque tenía fama de muy gracioso, nunca le oí decir gracia que la tuviese. –Eso creo yo muy bien –dijo a esta sazón Sancho–, porque el decir gracias no es para todos, y ese Sancho que vuestra merced dice, señor gentilhombre, debe de ser algún grandísimo bellaco, frión y ladrón juntamente, que el verdadero Sancho Panza soy yo, que tengo más gracias que llovidas; y si no, haga vuestra merced la experiencia, y ándese tras de mí, por los menos un año, y verá que se me caen a cada paso, y tales y tantas que, sin saber yo las más veces lo que me digo, hago reír a cuantos me escuchan”

En este caso, el propio  Cervantes destaca las ocurrencias graciosas de Sancho, muy diferentes a las del Sancho del Quijote apócrifo de Avellaneda.

Aquí vemos como, al final de la obra, muere Don Quijote.

¿Se puede considerar El Quijote como una obra cómica?

Personalmente no lo creo, aunque solo sea por su final triste en las dos partes. Claro que son muchas las carcajadas que salen espontáneamente de su lectura, muchas veces a costa de la burla.

En cambio, si vemos que hay adaptaciones teatrales como la de Limiar, dirigida por Nuria Gullón y Fran Núñez, en donde titulan: “Don Quijote, una comedia gastronómica” es un espectáculo que combina grandes dosis de humor y locura para dar lugar a esta gastronómica versión de la obra de Cervantes.

Hay que recordar que Cervantes, se veía asimismo como “El escritor alegre” así consta en el prólogo del Persiles

Así le llama aquel estudiante, pardal, que les seguía a lomos de su burra en el camino hacia Toledo, que llegando a ellos (Cervantes y sus compañeros, les dice:

 “¿Vuesas mercedes van a alcanzar algún oficio o prebenda a la Corte, pues allá está su Ilustrísima de Toledo y su Majestad ni más ni menos, según la priesa con que caminan?;

Que luego, cuando el estudiante vio que era Cervantes, le dijo:

 ¡Sí, sí! ¡Este es el manco sano, el famoso todo, el escritor alegre y, finalmente, el regocijo de las Musas!

Cervantes, en mi opinión critica el idealismo de los libros de caballerías y se abraza al realimo de las experiencias vividas, tanto por haber recorrido mucho mundo, como por haber leído mucho. Él asimismo, hemos visto, que se considera un escritor alegre, e intenta reflejarlo en su obra. Muchos de los refranes que citan D. Quijote y Sancho son fruto del acervo popular de la época, al igual que muchas de las anécdotas con personajes, que en muchas ocasiones, se ha demostrado que son reales, como Juan Haldudo, el morisco Ricote, en el Quijote y Antonio de Villaseñor en el Persiles. etc. Un asunto éste que  aún cuesta valorar a determinados investigadores, posiblemente por su falta de interés  en la materia o por el desconocimiento de los archivos de la época y de la zona. A este respecto, cabe destacar a algunos investigadores catalanes (como Martín de Riquert) que si aceptan que alguno de los personajes que cita Cervantes en el Quijote,  existieron allí realmente (como el bandolero Roque Guinart, Rocaguinarda que nació el 18 de diciembre de 1582; tenía pues 33 años en 1615 y que, tras acogerse a un indulto, en 1614 era capitán de Infantería en Nápoles)

Yo creo que nadie duda de que Cervantes se nutría en sus obras de su gran experiencia personal, con innumerables viajes dentro y fuera de España, por sus peripecias  personales con todo tipo de gentes, con los que se halló en sus recorridos bien como soldado, o como alcabalero, y por sus muchas lecturas.

FIN

José Manuel González Mujeriego.

Miembro de la Asociación de Amigos por la Historia de Mota del Cuervo y
Director de su Sección Cervantina.

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En este vídeo se pueden ver todas las participaciones de la Mesa Cervantina, desde Casa de la Torre (El Toboso).

“Y era la verdad que por él caminaba”: las dimensiones cambiantes del Campo de Montiel y el lugar de la Mancha.

Se reproduce a continuación la comunicación literal que hizo José Manuel González Mujeriego de su exposición oral, y que emitió en el transcurso del X Congreso de la Asociación Internacional de Cervantistas, celebrado en la Universidad Complutense de Madrid, del 3 al 7 de septiembre de 2018.

Resumen: Existen numerosas controversias sobre la verdadera extensión geográfica del Campo de Montiel en tiempos de Cervantes. La Historia muestra cómo, desde el siglo VII hasta los años anteriores a la publicación del Quijote, esta zona ha sido un territorio de dimensiones geográficas cambiantes según sus pretendientes.

El mismo Cervantes fue testigo en primera persona de ello, cuando tras ausentarse once años de España, conoció a su regreso un Campo de Montiel ‘nuevo’. Un reflejo de estas modificaciones territoriales se encuentra en la geolocalización del Quijote, que discurre indistintamente por el ‘antiguo’ y conocido Campo de Montiel, pero también por la Mancha propiamente dicha lo que debe tenerse en cuenta a la hora de tratar de ubicar el «lugar» de la Mancha en una localidad concreta.

Este trabajo pretende situar algunas escenas del Quijote en este contexto geográfico modificado en la época de Cervantes. Y defender la hipótesis de que el mítico y ficcional lugar de la Mancha se encuentra en Mota del Cuervo.

Palabras clave:

Don Quijote de la Mancha; Miguel de Cervantes; La Mancha; Campo de Montiel; el lugar de la Mancha; Mota del Cuervo; Cervantes viajero; paralelismos cervantinos; teorías que se desvanecen; dimensiones cambiantes.

Introducción:

Desde las primeras alusiones histórico-geográficas al Campo de Montiel, datadas en época visigótica (año 676), hasta la redacción de las famosas Relaciones topográficas de 1575 por Felipe II; muchas han sido las modificaciones territoriales que han marcado esta zona geográfica.

Esta tierra fronteriza pretendida por cristianos y sarracenos en el periodo de Reconquista, cedida a la Orden de Santiago (en 1227) por Fernando III «el Santo», rey de Castilla y de León, y disputada posteriormente por el Concejo de Alcaraz; alcanzará la que es su delimitación final hasta nuestros días —salvo por ligeras variaciones— con las especificaciones consignadas por Felipe II.

La fecha de 1575 resulta trascendental en la biografía de Miguel de Cervantes, pues coincide con su larga ausencia de once años de España. A su regreso, 5 años después, se encuentra con la nueva distribución territorial trazada por Felipe II, lo que establece una circunstancia anómala en la redacción de su monumental Don Quijote de la Mancha. El marco geográfico de la obra de ficción transcurre en una zona que ha experimentado modificaciones y Cervantes hace transitar a sus protagonistas por lugares que en ocasiones ubica en no en el ‘nuevo’ Campo de Montiel, sino en la Mancha (la nueva demarcación) y, en otras, en el anacrónico “antiguo y conocido Campo de Montiel. Y era la verdad que por él caminaba” (I, 2).

Esta ambivalencia ha llevado a estudiosos del entramado quijotesco a emitir diferentes interpretaciones y controversias (algunas de las cuales difícilmente se sostienen) sobre dos aspectos no clarificados por el autor en su obra: a qué territorio real alude en su ficción y cuál es la extensión geográfica del Campo de Montiel en tiempos de Cervantes.

Alusiones al Campo de Montiel y a la Mancha en el Quijote

De las cinco ocasiones en que se cita de manera explícita el Campo de Montiel en el Quijote ya se percibe, como marca distintiva de la confusión generalizada sobre el espacio ficcional, la falta de un criterio unificado sobre la denominación territorial. El resultado es la alternancia de la alusión al ‘antiguo’ Campo de Montiel, con la conjunción del ‘nuevo’ Campo de Montiel y la Mancha como un territorio indistinto.

A continuación se enumeran las citas en orden de aparición:

1) La importancia del lugar —una constante en la obra cervantina— aparece reflejada de manera inmediata en el mismo Prólogo de la obra.

[…] y tan sin revueltas la historia del famoso don Quijote de la Mancha, de quien hay opinión, por todos los habitadores del distrito del Campo de Montiel, que fue el más casto enamorado y el más valiente caballero que de muchos años a esta parte se vio en aquellos contornos. (I, Prólogo).

(I, Prólogo).

2) En la segunda mención, Cervantes opta por la versión del ‘antiguo’ Campo de Montiel (y que unifica a La Mancha), que debió ser conocido por él cuando en diciembre de 1568, viajó hasta Roma para servir al Cardenal Acquaviva, siguiendo el camino de la Seda o de los Pimenteros, y su ruta probable hacia el puerto de Cartagena atravesaba este territorio.

Apenas había el rubicundo Apolo tendido por la faz de la ancha y espaciosa tierra las doradas hebras de sus hermosos cabellos, y apenas los pequeños y pintados pajarillos con sus arpadas lenguas habían saludado con dulce y meliflua armonía la venida de la rosada aurora, que, dejando la blanda cama del celoso marido, por las puertas y balcones del manchego horizonte a los mortales se mostraba, cuando el famoso caballero don Quijote de la Mancha, dejando las ociosas plumas, subió sobre su famoso caballo Rocinante y comenzó a caminar por el antiguo y conocido campo de Montiel. Y era la verdad que por él caminaba.

(I, 2).

3) La segunda salida de don Quijote desde el enigmático «lugar de la Mancha» coincide con el camino que tomó en la primera salida, antes de la aventura de los molinos.

Acertó don Quijote a tomar la misma derrota y camino que el que él había tomado en su primer viaje, que fue por el campo de Montiel, por el cual caminaba con menos pesadumbre que la vez pasada, porque, por ser la hora de la mañana y herirles a soslayo los rayos del sol, no les fatigaban. .

(I, 7)

4) En la mención a los académicos de la Argamasilla se explicita la localidad de El Toboso; y en el Soneto dedicado a Dulcinea se describe a don Quijote pisando el Campo de Montiel, la Mancha toboseña, la Gran Sierra Morena y «hasta el herboso llano de Aranjuez».

Del Paniaguado, académico de la Argamasilla, In laudem Dulcineae del [T]oboso.

SONETO

Esta que veis de rostro amondongado,
alta de pechos y ademán brioso,
es Dulcinea, reina del Toboso,
de quien fue el gran Quijote aficionado.
Pisó por ella el uno y otro lado
de la gran Sierra Negra, y el famoso
campo de Montiel, hasta el [herboso]
llano de Aranjuez, a pie y cansado.
(I, 52).

5) La quinta y última vez que Cervantes cita el Campo de Montiel es para despedirse del lugar y enviar al ingenioso hidalgo a emprender nuevas aventuras por el camino de El Toboso.

[…] persuádeles que se les olviden las pasadas caballerías del ingenioso hidalgo, y pongan los ojos en lasque están por venir, que desde agora en el camino del Toboso comienzan, como las otras comenzaron en los campos de Montiel.

(II, 8).

Dimensiones cambiantes del Campo de Montiel a lo largo de la historia

Uno de los motivos de la mencionada confusión sobre el espacio ficcional presentado por Cervantes en el Quijote tiene que ver con las modificaciones territoriales que el Campo de Montiel ha experimentado a lo largo de la historia.

Esta zona considerada una demarcación política, judicial y eclesiástica, que ha sufrido particiones administrativas debidas a conflictos y repartos de tierras asignadas por los reyes.

La siguiente cronología marca las dimensiones cambiantes del Campo de Montiel a lo largo de la historia:

1) Año 676: en plena época visigótica se asocia el Campo de Montiel con el obispado de Mentesa, según la Hitación de Wamba o demarcación de la diócesis del siglo VII. Este obispado era a su vez dependiente de la diócesis de Toledo y se situaba a la cabecera en la Solana y comprendía el siguiente territorio: «tenga desde el Ciogüela (Eciga) hasta Segura (Secura); desde Lillo (Lila) hasta Paredazos Viejos (Polixena), que se nombra en el itinerario Parietinis”1.

2) Año 1213: el Campo de Montiel se incorpora a la Corona de Castilla con la conquista del castillo de Eznavexor (en Villamanrique) por Alfonso VIII.

3) Año 1227: con la reconquista del Castillo de Montiel (por Fernando III «el Santo») este territorio entra a formar parte de la Orden de Santiago. Se establece la primera capital del Campo de Montiel.

4) Año 1243: por privilegio del rey Fernando III «el Santo», concedido en Valladolid el 18 de febrero de ese año, se adscriben al Campo de Montiel, entre otros, los siguientes pueblos: Criptana, Posadas Viejas, Villajos, Miguel Esteban, Almuradiel, La Figuera, Villarejo Rubio, El Cuervo y Manjavacas.

Y en el mismo documento2 de partición de términos entre el Concejo de Alcaraz y la Orden de Santiago (Fernando III «el Santo»), firmado en Valladolid, el 18 de febrero de 1243, en donde se asigna El Cuervo y Manjavacas (en la actualidad ambas localidades, junto con La Mota, integran Mota del Cuervo) al Campo de Montiel3.


Listado de los términos y pueblos que componían el ‘antiguo’ Campo de Montiel, en 1243, en el que aparecen mencionados El Cuervo y Manjavacas. Está recogido por Bernabé Chaves en su “Apuntamiento legal sobre el dominio solar, que por expresas reales donaciones pertenece a la Orden de Santiago en todos sus pueblos […]”.

5) Año 1573: Felipe II fija las dimensiones del Campo de Montiel y las plasma en las famosas Relaciones topográficas, de 1575. Esta demarcación territorial ha quedado prácticamente invariable hasta la actualidad. Todos los pueblos (salvo Membrilla), que figuran en este documento de Felipe II, se declaran como no pertenecientes a la Mancha.Y ya no aparecen ni El Cuervo ni Manjavacas en la relación del ‘nuevo’ Campo de Montiel, por lo que quedan en La Mancha.

Dibujo del «nuevo» Campo de Montiel que insertan los encargados de redactar las declaraciones de Villanueva de los Infantes en las Relaciones topográficas de Felipe II 4.

Cambios acaecidos en el Campo de Montiel durante la ausencia de Cervantes en España

Para este estudio es importante insistir en que el último cambio territorial relevante del Campo de Montiel se produjo durante una larga ausencia, de once años, de Cervantes de España y que a su vuelta se encontró el espacio reducido y distinto al que pudo conocer.

Imagen comparativa de los cambios territoriales sufridos por el Campo de Montiel. A la izquierda, las poblaciones que lo componían en 1243 hasta que Cervantes salió de España. a la derecha, como se lo encontró Cervantes en 1580 tras su ausencia del país de once años (Elaboración propia).

Se podría distinguir el ‘antiguo’ Campo de Montiel (hasta 1573) y el ‘nuevo’ Campo de Montiel que se encontró Cervantes a su regreso siguiendo su propia cronología:

Cervantes en el ‘antiguo’ Campo de Montiel:

  • 1569: con 22 años viaja a Roma para servir como camarero del Cardenal Acquaviva. Parte desde Toledo al puerto de Cartagena, y probablemente pasó por Manjavacas.
  • 1571: con 24 años participa en la Batalla de Lepanto.
  • 1572: toma parte en las expediciones navales de Navarino, Corfú y Túnez.

Cervantes en el ‘nuevo’ Campo de Montiel:

  • 1575: a la edad de 28 años es condenado a prisión en Argel durante 5 años.
  • 1580: regresa a España después de los once años de ausencia.
  • 1587: viaja a Andalucía como comisario de provisiones de la Armada Invencible. Durante ese periodo recorre de manera recurrente el camino que va de Madrid a Andalucía, pasando por Toledo y por la Mancha.
  • 1594: ejerce como recaudador de impuestos atrasados (tercias y alcabalas). Ese año escribe una carta autógrafa[1] al rey Felipe II, en donde detalla los impuestos cobrados en Baeza y en otros lugares.
  • 1605: se publica la primera parte del Quijote.

Teorías que se afianzan si consideramos el cambio territorial del Campo de Montiel a través de episodios cruciales del Quijote

Cuando Cervantes regresó a España se encontró un Campo de Montiel reducido. No es de extrañar que hablara, al mismo tiempo, de la Mancha y del ‘antiguo’ Campo de Montiel por el que había transitado.

En algunos de los episodios más recordados del Quijote, Cervantes sitúa claramente la acción en la Mancha Santiaguista y, al mismo tiempo, en el ‘antiguo’ Campo de Montiel.

En un fragmento el «lugar de la Mancha» se ubica «tan cerca del Toboso» (I, 8) que los protagonistas pueden llegar sin pisar el Campo de Montiel.                              

Persuádeles que se les olviden las pasadas caballerías del ingenioso hidalgo, y pongan los ojos en las que están por venir, que desde agora en el camino del Toboso comienzan, como las otras comenzaron en los campos de Montiel.

(II, 8). 

Esta indicación permite ubicar “el lugar” en un pueblo limítrofe del ‘antiguo’ Campo de Montiel  que se sitúa en la llanura manchega y, cuando los protagonistas vuelven de Barcelona, lo vislumbran al ascender por una elevación en el terreno. “Con estos pensamientos y deseos subieron una cuesta arriba, desde la cual descubrieron su aldea”. (II, 77).

En cuanto a la escena de los molinos de viento  (I, 8) sólo puede ubicarse en Campo de Criptana, único lugar que en aquella época contaba con entre treinta y cuarenta molinos. Sin embargo, no hay consenso entre los investigadores de la obra cervantina en este punto y hay quien defiende una disposición fuera del Campo de Montiel, a pesar de que hasta el 1566, se estuvieron reuniendo en Campo de Criptana los concejos de la Provincia de Castilla y los del Campo de Montiel, según declaran en las Relaciones topográficas de Felipe II.[6]

Por su parte, el episodio del apaleamiento del joven Andrés, tras la salida de la venta donde fue armado caballero por don Quijote, se sitúa en las inmediaciones de Quintanar de la Orden, otrora capital de la Mancha Santiaguista.

–Mire vuestra merced, señor, lo que dice –dijo el muchacho–, que este mi amo no es caballero ni ha recebido orden de caballería alguna; que es Juan Haldudo el rico, el vecino del Quintanar.

(I, 4).

Teorías que se debilitan al considerar el cambio territorial del Campo de Montiel

El hecho de no considerar el Campo de Montiel, al que se refería Cervantes como «el antiguo y conocido», puede conducir a conclusiones erróneas.

Una de las más controvertidas sitúa el «lugar de la Mancha» en el corazón del Campo de Montiel y en la localidad de Villanueva de los Infantes, situada a 120 km de El Toboso, o —en mediciones quijotescas— a cuatro jornadas a lomos de Rocinante. Teorías que tienen en cuenta las tardanzas de unos protagonistas que solo iban en busca de aventuras.

En la imagen de arriba: sistema de tardanzas cervantinas situado en la plaza de Villanueva de los Infantes (que sostiene el Prof. Parra Luna). En la imagen de abajo: mapa de Google (elaboración propia).

Si comparamos las imágenes anteriores, vemos en el primer plano las equidistancias de las distintas poblaciones desde Villanueva de los Infantes basadas en las tardanzas de sus protagonistas. En el mapa siguiente se ha realizado una traslación de los mismos puntos geográficos a sus situaciones exactas donde se comprueba la inexactitud de las distancias geográficas reales.

Conviene tener en cuenta la orografía del terreno y las dificultades que se derivan de la misma, ya que no es lo mismo caminar por la escabrosa Sierra Morena, que por la llanura manchega.

Teorías que hacen dar vueltas alambicadas en la aventura de los molinos de viento, necesariamente en Campo de Criptana (único lugar que como se ha comentado, contaba con entre treinta y cuarenta molinos en aquella época), con el único objetivo de “cuadrar” sus tesis. Todo ello por no considerar un Campo de Montiel cambiante.

La acción principal se desarrolla en la Mancha

Miguel  de Cervantes titula su libro, El Ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha, y la acción se inicia «En un lugar de la Mancha» y no en un «Lugar del Campo de Montiel». Y se trata, describe Cervantes, de un pequeño lugar «tan cerca de El Toboso» que permite a Sancho conocer a la familia de Aldonza Lorenzo y las anécdotas sobre Dulcinea, tal y como se explicita en las siguientes dos citas:

Solo Sancho Panza pensaba que cuanto su amo decía era verdad […] y en lo que dudaba algo era en creer aquello de la linda Dulcinea del Toboso, porque nunca tal nombre ni tal princesa había llegado jamás a su noticia, aunque vivía tan cerca del Toboso.

(I, 13).

—¡Ta, ta! —dijo Sancho—. ¿Qué la hija de Lorenzo Corchuelo es la señora Dulcinea del Toboso, llamada por otro nombre Aldonza Lorenzo?

—Esa es —dijo don Quijote—, y es la que merece ser señora de todo el universo.

‑—Bien la conozco —dijo Sancho— y sé decir que tira tan bien una barra como el más forzudo zagal de todo el pueblo. ¡Vive el Dador, que es moza de chapa, hecha y derecha y de pelo en pecho, y que puede sacar la barba del lodo a cualquier caballero andante, o por andar, que la tuviera por señora! ¡Oh hideputa, qué rejo que tiene, y qué voz! Sé decir que se puso un día encima del campanario del aldea a llamar a unos zagales suyos que andaban en un barbecho de su padre, y aunque estaban de allí a más de media legua, así la oyeron como si estuvieran al pie de la torre. Y lo mejor que tiene es que no es nada melindrosa, porque tiene mucho de cortesana, con todos se burla y de todo hace mueca y donaire […].

(I, 25).

Otra alusión a la cercanía del «lugar» a El Toboso se  produce cuando Sancho, cansado de mentir a don Quijote con los pormenores de su viaje a Sierra Morena, teme que le cace en alguna mentira:

[…] porque, puesto que él sabía que Dulcinea era una labradora de El Toboso, no la había visto en toda su vida.

(I, 31).

Estas referencias refuerzan la hipótesis más probable de que el «lugar» al que Cervantes se refería, en su ficción, es Mota del Cuervo.

Al fondo, vista de la torre de la iglesia de El Toboso desde donde Dulcinea llamaba a sus zagales. En primer plano uno de los molinos de viento de Mota del Cuervo. Distancia entre el Toboso y Mota del Cuervo: 2 leguas castellanas.

La descripción que el autor hace concuerda mejor con un pequeño lugar, con un cura y un barbero; y no con una urbe dotada de 3 iglesias, 17 regidores, 1.300 vecinos y 40 hidalgos, como tenía en aquel tiempo Villanueva de los Infantes.

Además, la salida del «lugar» se desarrolla en un punto limítrofe del ‘antiguo’ Campo de Montiel. Los protagonistas emprenden su viaje de mañana, con el sol de soslayo, en dirección a los molinos de viento de Campo de Criptana, para luego continuar hacia Puerto Lápice, siguiendo un camino más o menos recto, según se indica en la siguiente imagen de la izquierda; que se contrapone al itinerario que se optaría si los protagonistas partiesen de Villanueva de los Infantes para tomar el camino de Campo de Criptana, pasar por Puerto Lápice y alcanzar Sierra Morena.

Itinerario de salida del Quijote desde Mota del Cuervo hacia los molinos de viento de Campo de Criptana y Puerto Lápice.
El mismo recorrido desde Villanueva de los Infantes (Ambos mapas: fuente Google, elaboración propia).

La hipótesis de Mota del Cuervo como el «lugar» de la Mancha[7]

Las referencias topográficas que discurren en el Quijote sitúan el «lugar» de La Mancha cercano a El Toboso, a Quintanar y a Campo de Criptana.

Desde el año 1243, hasta 1575, El Cuervo perteneció al Campo de Montiel histórico y era el siguiente pueblo después de Quintanar, en dirección a Valencia. Así como un camino lógico para ir a Andalucía por la Cañada Real de Andalucía.

Aunque no está documentada la presencia de Cervantes en Mota del Cuervo, sí existen fuentes sobre sus desplazamientos por la geografía española por los que se deduce que pudo atravesar el pueblo en diversas ocasiones: a su paso por Manjavacas para recorrer el camino de los pimenteros (de Toledo a Cartagena) en su viaje hacia Roma para servir a Acquaviva (camino que cita en pasajes como el de los Yangüeses. (II,3); de regreso de su cautiverio por el camino real de Valencia (desde Denia a Madrid); como alcabalero que recorrió las contadas Tercias Reales; como conocedor del moteño Juan Haldudo (el rico vecino del Quintanar que nombra en su obra); o por su paso por la Cañada Real de Andalucía para llegar hasta la provincia de Jaén.

Pero es en su obra donde Cervantes refleja algunos episodios con moriscos (presentes en la Mancha hasta el 1610) establecidos en esa zona. Un ejemplo es la familia de Luis Ricote, natural de las Cuevas (de Almanzora), que falleció durante el traslado desde el Reino de Granada, y cuya viuda, María Ricote, junto a sus cuatro hijas se alistaron en Mota del Cuervo, mientras que otros familiares lo hicieron en Quintanar y en Miguel Esteban.[8]

—Bien sabes, ¡oh Sancho Panza, vecino y amigo mío!, como el pregón y bando que Su Majestad mandó publicar contra los de mi nación puso terror y espanto en todos nosotros; a lo menos, en mí le puso de suerte que me parece que antes del tiempo que se nos concedía para que hiciésemos ausencia de España.

(II, 54).

Otra coincidencia es el relato que hace Cervantes de un gran tesoro escondido cerca de ese lugar y la constatación de hallarse en Mota del Cuervo por parte del morisco Antonio de la Fuente en 1588. Está documentado por el historiador Francisco Javier Escudero Muñoz, la celebración de un juicio ordenado por el rey Felipe II, a través del Real Consejo de Hacienda[9], que envía al licenciado Rodrigo Soto a investigar un tesoro compuesto por «un carro entero de oro, plata, en moneda y en barras, así como gemas y joyería que se halla en Mota del Cuervo».

—¿Cómo, y es posible, Sancho Panza hermano, que no conoces a tu vecino Ricote el morisco, tendero de tu lugar?…

Ahora es mi intención, Sancho, sacar el tesoro que dejé enterrado, que por estar fuera del pueblo lo podré hacer sin peligro.

(II, 54).

Que Cervantes no mencione ese lugar, puede deberse al trato reprobatorio que mereció por parte de personajes a los que, por diversas circunstancias conoció. Por ejemplo, uno de los alcaides de Mota del Cuervo, Don Pedro Muñoz de Otálora, al que el escritor cita (página 175) en su libro Relación de lo sucedido en la ciudad de Valladolid desde el punto del felicísimo nacimiento del príncipe don Felipe Dominico Víctor nuestro señor, hasta que se acabaron las demostraciones de alegría que por él se hicieron (Valladolid, 1605). Este alcaide de Mota del Cuervo, era caballero de la Orden de Santiago, caballerizo de la Reina, e hijo del Oidor de Indias, Alonso Muñoz, y uno de los caballeros que acompañaban el séquito de personalidades en el bautizo del hijo del Rey Felipe III. Pudo ser este personaje quien le denegó el paso a América, donde anhelaba ocupar algún puesto importante en la colonial española. En concreto, el de Corregidor de la ciudad de la Paz (Bolivia), y donde, desde el Consejo de Indias, se le respondió “Busque por acá en que se le haga merced”.

Otro alcaide de Mota del Cuervo, coetáneo de Cervantes fue Hernando de Ovando y Ulloa, jefe de la familia de los Ovando[1], y tío de don Nicolás, que era a su vez el padre de Constanza de Ovando y Figueroa, la sobrina de Cervantes. Este Alcaide fue un noble distinguido en la Corte de Felipe III, caballero de la Orden de Santiago, Comendador de Aguilarejo y Dos Barrios. Nicolás de Ovando, siguiendo las instrucciones de su tío Hernando, no quiso cumplir su promesa de matrimonio con Andrea, la hermana de Cervantes, a pesar de ser el padre de su hija Constanza.

Otro personaje que Cervantes cita en el Quijote fue Juan Haldudo, el rico, el vecino del Quintanar. Tenemos constancia del lugar de nacimiento de este y otros Haldudos, en las visitas de la Orden de Santiago, en los años 1498, 1538 y en 1544 a Mota del Cuervo.[11]

Más allá de las personas con nombre propio de Mota el Cuervo que conoció Cervantes, y que por las razones expuestas trató de no dignificar en su obra; la defensa de la ubicación de este «lugar» como el de la obra viene avalada por referencias muy diversas que abarcan lo orográfico, demográfico, hidrológico (pozo seco, arroyo a la entrada del lugar…), cinegético, forestal… e incluso lo artesano: hasta en diez ocasiones se refiere Cervantes en su obra a los famosos cántaros, como los que aún se siguen haciendo en Mota del Cuervo.


Paralelismos en la obra de Cervantes que afianzan la hipótesis sobre Mota del Cuervo

Además, hay que tener en cuenta que, dentro de la bibliografía de Cervantes, en dos de sus obras memorables se citan emplazamientos reconocibles de la Mancha Santiaguista probable: el Quijote y el Persiles.

Cervantes escribió simultáneamente ambas obras, y sitúa en el Persiles escenas importantes acontecidas en lugares como Quintanar de la Orden. Además, vuelve a referirse a aquel lugar de la Mancha de cuyo nombre no se acuerda, cuando dice:

“En un lugar de la Mancha de cuyo nombre no quiero acordarme, no ha mucho tiempo que vivía un hidalgo de los de lanza en astillero…

(I, 1).

Dos obras que Cervantes escribió simultáneamente, según él mismo cita en el Quijote. (II,Prólogo al lector)

Y también utiliza una expresión parecida en el Persiles, cuando sus protagonistas salen de Quintanar de la Orden, en dirección a Valencia, y se refiere a ese siguiente lugar, del que tampoco se acuerda, pero que la geografía se obstina en llamar Mota del Cuervo:

 […] El hermoso escuadrón de los peregrinos, prosiguiendo su viaje,  (hacia Valencia), llegó a un lugar, no muy pequeño ni muy grande, de cuyo nombre no me acuerdo.

(El Persiles, III, cap. X).

El otro paralelismo cervantino se encuentra en la referencia, de nuevo, a Quintanar de la Orden como el lugar donde se compraron los perros Barcino y Butrón en el Quijote (2,74). Y uno de esos animales, Barcino, aparece mencionado precisamente en el Coloquio de los Perros (pág.5).

Pintura de Felipe Alarcón Echenique, representando la escena de El Persiles, donde los peregrinos Periandro y Auristela, procedentes de Quintanar de la Orden, llegan al siguiente pueblo, en dirección a Valencia, Mota del Cuervo.

Conclusiones

«En un lugar de la Mancha…» no sólo es la premisa inaugural de una de las grandes obras de ficción de la literatura universal, sino que es una enigmática indefinición geográfica que ha mantenido ocupadas durante siglos las elucubradoras mentes académicas y estudiosos del legado cervantino a ubicar el emplazamiento real, a pesar de que el autor invitaba a las villas de la Mancha en su conjunto a ahijársele y tener al Quijote por suyo.

Este fin tuvo el Ingenioso Hidalgo de la Mancha, cuyo lugar no quiso poner Cide Hamete puntualmente, por dejar que todas las villas y lugares de la Mancha contendiesen entre sí por ahijársele y tenérsele por suyo, como contendieron las siete ciudades de Grecia por Homero. 4).

(II, 7

De todas las villas de la Mancha según los indicios, marcas geográficas e itinerarios nombrados por los que discurren don Quijote y Sancho Panza, hacen de Mota del Cuervo, en otro tiempo perteneciente al ‘antiguo’ Campo de Montiel, una firme candidata tal y como también defienden numerosos investigadores (ver Anexo).  

Se podría, pues, aseverar que Cervantes no se contradice al decir que «Y era la verdad que por él caminaba» refiriéndose a que su caballero andante iba por el Campo de Montiel y por La Mancha al mismo tiempo, pero por el ‘antiguo’ Campo que él conoció en su juventud y que cuando regresó de su larga ausencia se había reducido.


Notas al pie de página:

[1] Según el estudio histórico-geográfico, la Hitación de Wamba, de Antonio Blázquez (1907), bibliotecario perpetuo de la Real Sociedad Geográfica.

[2] El original del documento se encuentra en el archivo municipal de Villanueva de la Fuente (Ciudad Real) Cajón 365, núm.2. Existe también una copia en el Archivo Histórico Nacional (AHN).

[3] Bernabé Chaves, en su Apuntamiento legal sobre el dominio solar que por expresas reales donaciones pertenece a la Orden de Santiago (apartado 44), también recoge la relación de términos y pueblos que conformaban entonces el Campo de Montiel. Incluye Criptana, El Cuervo, Manjavacas, La Figuera, etc., como podemos observar en la imagen del «Listado de los términos y pueblos que componían el antiguo Campo de Montiel»

[4] Según la transcripción de CAMPOS Y FERNÁNDEZ DE SEVILLA, F. J., Villanueva de los Infantes en las Relaciones topográficas de Felipe II, en Cuadernos de Estudios Manchegos (Ciudad Real), nº 3 (1973) 111-131.

[5] Según consta en el Archivo General de Simancas: Consejo y Juntas de Hacienda. Legajo 324,199

[6] Así lo declaran el 2 de diciembre de 1575, en las Relaciones de Felipe II, los vecinos de Campo de Criptana designados al efecto: Alonso Sánchez Rubio y Cristóbal Miguel.

[7] Este apartado es un resumen del libro Lo que Cervantes calló, referenciado en la biografía, obra del autor de esta ponencia.

[8]  E. Lillo (2017). El Capitán Abenzaida en la Guerra de la Alpujarra, (pág.243). Relata cómo, después de la Guerra de las Alpujarras (1561-1568), varias familias de moriscos de apellido Ricote se asentaron en estos pueblos de la Mancha. (AHN,7356)

[9] Archivo General de Simancas. Expedientes de Hacienda (legajo 332, año 1588).

[10] Según E. Lillo, en su artículo Cervantes o la maldición de los Ovando, publicado en la Revista de la A. Historia de Mota del Cuervo (5, pág.5), al fallecer el padre de Nicolás de Ovando, Luis Carrillo, en un naufragio, cerca de San Cristobal de la Habana, este tuvo que liquidar sus bienes y el alcaide Hernando de Ovando ejerció como jefe de la familia. Al parecer ni él, ni la madre de Nicolás, permitieron el enlace entre Nicolás y Andrea de Cervantes.

[11] Eduardo Jiménez Rayado, Santiago Muriel Hernández y otros, “Libros de visita de la Orden de Santiago, I y II” (2009)

[12] El 3 de octubre de 1971, Andrés Bartheloten, se hace eco en el Diario ABC de las teorías de Pedro de Novo: “ Los argumentos son bien conocidos: Proximidad de El Toboso, proximidad del Campo de Montiel, proximidad de Criptana… y también alude al capítulo X del tercer libro de Persiles y Sigismunda, donde vuelve a referirse al siguiente pueblo, saliendo de Quintanar hacia Valencia, en donde tampoco quiere acordarse.


Anexo con la relación de autores y obras que defienden la ubicación de Mota del Cuervo como el «lugar» de la Mancha

Rafael López de Haro (1876-1966). Notario y reconocido novelista, ensayista, autor de teatro e investigador. En su obra El lugar de la Mancha (1906) defendía que la ubicación en Mota del Cuervo.

Pedro de Novo y Fernández Chicarro (1884 -1953). Geólogo, ingeniero de minas, académico de Ciencias Físicas, Naturales y Exactas, escritor e investigador. Defiende en 1944, en el Boletín de la Sociedad Española de Excursiones (Tomo LII), que Mota del Cuervo es ese “lugar de la Mancha” al que se refería Cervantes.[1]

Luis Astrana Marín (1889 – 1959). Posiblemente uno de los más importantes biógrafos de Cervantes. Defiende en 1958, que Mota del Cuervo podría ser el “lugar del Persiles”. Lo hace en el volumen VII de su obra Vida Ejemplar y Heroica de Miguel de Cervantes Saavedra. Indica como en el capítulo X, del libro III, del Persiles, Cervantes no se acuerda de ese lugar «no muy grande ni muy pequeño, ya citado más arriba». Astrana Marín ubica a los protagonistas en Quintanar para llegar a Mota del Cuervo, el siguiente pueblo en dirección a Valencia.

José Guerrero Martín (Valladolid, 1941). Autor de diversos libros sobre Cervantes, recoge en su obra El misterioso lugar de La Mancha (Barcelona 2016) que el emplazamiento podría ser Mota del Cuervo.

Pascual Uceda Piqueras (París, 1965). Filólogo hispánico especialista en la obra de Cervantes. Defiende en su libro El Testamento Heterodoxo de Cervantes en el Persiles (Barcelona 2017), que el lugar de la Mancha, del que Cervantes no quería acordarse, se corresponde con Mota del Cuervo (pág. 354).

Bibliografía

ASTRANA MARÍN, L. (2003) Vida ejemplar y heroica de Miguel de Cervantes, Instituto Editorial Reus, 1948–1958), siete vols.

CERVANTES SAAVEDRA, Miguel

(1605) Relación de lo sucedido en la ciudad de Valladolid, desde el felicísimo nacimiento del Príncipe nuestro señor, hasta que se acabaron las fiestas y las demostraciones de alegría que por él se hicieron. Valladolid.

(1605 y 1615) El Ingenioso Hidalgo don Quijote de la Mancha, Madrid.

(1617) Los trabajos de Persiles y Sigismunda, Madrid.

 (1613) El Coloquio de los perros. Madrid.

CHAVES, Bernabé (1740?). Apuntamiento legal sobre el dominio solar, que por expresas reales donaciones pertenece a la Orden de Santiago en todos sus pueblos. Madrid?

GONZÁLEZ MUJERIEGO, José Manuel (2015). Lo que Cervantes calló, Madrid, Cultiva Libros.

ESCUDERO MUÑOZ, Francisco Javier. 2016. El tesoro de Ricote, Mota del Cuervo, Revista Historia de Mota del Cuervo.

GUERRERO MARTÍN, José. (2016). El misterioso lugar de La Mancha. Barcelona, Témnenos Edicions.

LILLO ALARCÓN, Enrique,

(2016) Cervantes o la maldición de los Ovando, Madrid. Revista de la Asociación de Amigos por la Historia de Mota del Cuervo.

(2017) El Capitán Abenzaida en la Guerra de la Alpujarra. Autoedición ISBN 978-84-697-8809-7.

LÓPEZ DE HARO, Rafael (1906). El lugar de la Mancha, Madrid.

LUCÍA MEGÍAS, José Manuel. (2016). La juventud de Cervantes. Una vida en construcción. Madrid. Edaf.

PARRA LUNA, Francisco, (2005) El Quijote como un sistema de distancias/tiempo. Madrid. Editorial Complutense.

SILLIERES, Pierre (1990) Les Voies de Communication de l´Hispanie Méridionale. París.

UCEDA PIQUERAS, Pascual (2017) El Testamento Heterodoxo de Cervantes en el Persiles. Barcelona. Ediciones Carena.

VILLUGA, JUAN DE (1546) Repertorio de todos los caminos de España, Edición digital de Google.

F I N

Este trabajo se presentó, por su autor: José Manuel González Mujeriego, en el X Congreso Internacional de Cervantistas, que tuvo lugar en la Universidad Complutense de Madrid, del 3 al 7 de septiembre de 2018, bajo el título «Y era la verdad que por él caminaba»: Las dimensiones cambiantes del Campo de Montiel y el lugar de la Mancha.

Fue recogido en el libro de actas del citado congreso, denominado: «De mi patria y de mí mismo salgo» editado por los cervantistas: Daniel Miguelañez y Aurelio Vargas Díaz-Toledo

Puede verse la publicación de esta comunicación en el siguiente enlace:

“Desde el Septentrión a Roma pasando por la Mancha”.

Una comunicación impartida por José Manuel González Mujeriego, en el XIII Coloquio Internacional de la Asociación de Cervantistas, celebrado del 23 al 25 de noviembre de 2017 en Argamasilla de Alba.

Resumen:

Cervantes quiso regalarnos con su obra póstuma: “Los Trabajos de Persiles y Sigismunda”, la que él mismo calificaría como su mejor novela. Algo que –finalmente- no llegó a ser tal, al verse eclipsada por el rotundo éxito de su anterior obra de “El Quijote”.

En esta comunicación se analizan los pormenores del recorrido ibérico de ese largo viaje de los protagonistas de “El Persiles”, desde los países nórdicos, a su desembarco en Lisboa y el detallado camino que Cervantes ideó para Periandro y Auristela. Primero recorriendo la bella Extremadura, atravesando tierras de conquistadores, como Trujillo, pasando por el Monasterio de Guadalupe, para dirigirse a Valencia, sin pasar por Toledo, recorriendo los bellos jardines de Aranjuez , caminando por Ocaña, para adentrarse en Quintanar de la Orden, otrora capital del Común de la Mancha.

Vemos que Cervantes conocía a personajes de ese pueblo, como Diego de Villaseñor, hasta el punto de introducirlos en la trama de su novela. Algo que viene a sumarse, y a corroborar los numerosos paralelismos que hay en esta obra de “El Persiles” y de “El Quijote”.

Cervantes continúa, también en “El Persiles”, con su obsesión por no acordarse de ese “lugar de la Mancha”, solo que aquí lo sitúa inequívocamente en el mapa, al decir que sus protagonistas “salen de Quintanar de la Orden (en dirección a Valencia) y llegan a un lugar, no muy grande, ni muy pequeño, de cuyo nombre no me acuerdo”. (El Persiles, libro III, cap X).

Un trabajo que pretende situar las escenas en el mapa de la época y en el contexto histórico.

Palabras clave: paralelismos en la obra cervantina, personajes históricos, geografía, caminos de Villuga, antiguo Campo de Montiel.

Texto:

Introducción:

El último libro que escribió Cervantes, “Los trabajos de Persiles y Sigismunda” fue una novela bizantina, donde se combinan situaciones de fantasía con otras de realidades. A decir de él mismo, ésta sería su mejor obra, aunque nunca alcanzaría la fama de “El Quijote”. Cervantes estaba en las postrimerías de su vida, y a pesar del éxito del Quijote, con grandes dificultades económicas. Aún tenía la suerte de contar con grandes mecenas, como el Duque de Lemos, como podemos ver en el prólogo de la obra:

Con este prólogo dedicado al Duque de Lemos, D. Pedro Fernández de Castro, su gran protector, se despide:

Puesto ya el pie en el estribo,
con las ansias de la muerte,
gran señor, ésta te escribo.”

Ayer me dieron la Extremaunción y hoy escribo ésta: el tiempo es breve, las ansias crecen, las esperanzas menguan, y, con todo esto, llevo la vida sobre el deseo que tengo de vivir…”

Últimos momentos de Cervantes, por Víctor Manzano

La obra se publica en 1617, simultáneamente en seis importantes ciudades: Barcelona, Lisboa, Madrid, Pamplona, París y Valencia. Pero no se reeditó en ninguna de ellas, lo que muestra el escaso interés que suscitó la misma.

Veremos cómo Cervantes deja su impronta en su última novela, en la que encontramos numerosos paralelismos con su célebre obra de “El Quijote”, que nos ayuda a descubrir algunos enigmas, como describiremos más adelante.

Cervantes relata, como si se tratara de un cuaderno de viajes, la peregrinación llevada a cabo por dos príncipes nórdicos enamorados que se hacen pasar por hermanos, adoptando durante toda la obra, los nombres de Periandro y Auristela, y cambiándolos por sus verdaderos nombres de Persiles y Sigismunda, tras contraer matrimonio en Roma.

Persiles y Segismunda llegando a Roma

Persiles y Sigismunda
llegando a Roma.  Autor: A. Rodríguez

Recorren geografías exóticas de la Europa septentrional, por los confines de Islandia. Viven sucesos asombrosos: naufragios, raptos, separaciones y encuentros insospechados, típicos de  las novelas bizantinas. Con frecuencia ensalzan el amor y afianzan la fe.

Los del navío descubrieron a Periandro

«Los del navío descubrieron al  fatigado joven  (Periandro)
y le  recogieron  en su esquife.“ Autor: J. Coronel

Atraviesan la península ibérica entrando por Lisboa, con la intención de ir en peregrinación al Monasterio de Guadalupe. Posteriormente se dirigen hacia Valencia, con la idea de embarcar desde allí hasta Roma, donde esperaban informarse de todo aquello que les faltaba por conocer de la fe católica. Algo que en su país no podrían conocer, pero finalmente, el destino quiere que lleguen a Roma por tierra, para lo que, desde Valencia se dirigen hacia Barcelona, para entrar en Francia por Perpignan, y saliendo por el Delfinado, atraviesan el norte de Italia por el Piamonte, discurriendo por Milán y Florencia, para llegar a Roma su destino final, según itinerario que veremos más adelante.

Monasterio de Guadalupe

Monasterio de Guadalupe

Cervantes detalla bien todo ese recorrido, nombrando muchos de los lugares que atravesaban, junto a los avatares que les sucedían a sus protagonistas.

Recorrido ibérico de “El Persiles”

Prestaremos especial atención al recorrido ibérico de El Persiles, y veremos que Periandro y Auristela, junto con Antonio de Villaseñor, y el resto de peregrinos entran por el puerto lisboeta de Belén, con intención de dirigirse a Valencia, seguramente siguiendo los caminos más importantes de la época, que atravesaban de el Oeste al Este la península ibérica, que no podían ser otros que los recogidos por Juan de Villuga (1546) en su repertorio de caminos, y que detallaremos a continuación en el siguiente mapa.

mapa Recorrido Ibérico del Persiles

En este mapa podemos ver cómo Cervantes hace recorrer a sus peregrinos y a los falsos cautivos, por los caminos del repertorio de Juan de Villuga (1546)

Como se ha dicho, entran por Lisboa, para dirigirse hacia Badajoz y seguir por tierras extremeñas pasando por Cáceres y por Trujillo. Desde allí se dirigen al Monasterio de Guadalupe, uno de los hitos más importantes de su peregrinación hacia Roma. Posteriormente vuelven sobre sus pasos, para dirigirse nuevamente a Trujillo, con intención de seguir viaje hacia Talavera. Llegan a avistar Toledo, pero no llegan a entrar en la entonces capital del Imperio. Siguen para ello el camino de Villuga nº 66 de su repertorio.

Como bien detalla Cervantes, estos peregrinos no llegan a entrar en Toledo y se dirigen a la Sagra, para después tomar camino hacia Aranjuez. Tras atravesar por esta bella ciudad con sus famosos jardines bañados por el Tajo, toman el camino que coincide con el de Juan de Villuga, nº 16 que les dirige hacia Valencia (Guadalupe a Valencia), para llegar a la villa de Ocaña y arribar después a la Mancha, concretamente a su capital, la villa de Quintanar de la Orden, donde Antonio visita a sus padres, después de diez y seis años ausente de su lugar, y en donde suceden acontecimientos que se detallarán más adelante.

Los Peregrinos Periandro y Auristela
Los peregrinos Periandro y Auristela dejando atrás ese siguiente lugar, saliendo de Quintanar, en dirección a Valencia. “Lugar del que Cervantes no se acuerda”. (jmgm)

Desde Quintanar de la Orden se dirigen al siguiente pueblo, un lugar no muy grande, ni muy pequeño, de cuyo nombre Cervantes dice que “no se acuerda”, donde acaecen aventuras que luego veremos. Desde allí se dirigen en dirección a Valencia, para pasar de largo por ella, con la determinación de seguir camino a pie hacia Roma, bordeando la costa mediterránea, en dirección a Villarreal, Barcelona y Perpiñan (en aquel entonces plaza española), para seguir su recorrido europeo por el sur de Francia y por Italia, hasta arribar a Roma.

Recorrido europeo de los peregrinos

recorrido europeo del Persiles 1

Cabe pensar que las fantasías del Persiles, donde Cervantes trata de captar la atención del lector, se centran particularmente en el camino por el que discurren los peregrinos Periandro y Auristela, que va desde el Septentrión hasta Lisboa, donde D. Miguel relata aventuras extraordinarias, esos árboles que engendran personas en sus frutos, o esos monstruos y esos sucesos tan irreales como la transformación de hombres en lobos. Así vemos que, a su paso por la península ibérica y por el resto del recorrido europeo hasta Roma, relata más bien sucesos que pudieran ser reales. Vemos en cambio, algunas excepciones, así, a su paso por el Delfinado (sur de Francia), Cervantes vuelve a hacer uso de la fantasía, al relatar cómo arrojan a una mujer desde lo alto de una torre y, gracias a sus vestidos acampanados, ésta pudo amortiguar la caída y poner los pies en el suelo sana y salva.

“Alzaron todos la vista, y vieron bajar por el aire una figura, que, antes que distinguiesen lo que era, ya estaba en el suelo junto casi a los pies de Periandro. La cual figura era de una mujer hermosísima, que, habiendo sido arrojada desde lo alto de la torre, sirviéndole de campana y de alas sus mismos vestidos, la puso de pies y en el suelo sin daño alguno” (El Persiles, III, cap.14)

Los peregrinos, tras atravesar por Perpiñan, continúan su viaje por Montpelier, por el Delfinado francés, continuando por las ciudades italianas de Piamonte, Milán, y Lucca, ciudad ésta a la que Cervantes alude como “ciudad debajo de las alas del imperio y de España”, donde los españoles son bien vistos, para luego seguir por Florencia para llegar a su destino final: Roma.

Lucca, ciudad debajo de las alas del Imperio y de España…  son bien vistos y recebidos los españoles, y es la causa que en ella no mandan ellos, sino ruegan, y como en ella no hacen estancia de más de un día, no dan lugar a mostrar su condición, tenida por arrogante. ” (El Persiles, III, cap.19)

recorrido europeo del Persiles

Ausencia de caminos en los mapas de la época

A comienzos del siglo XVII era muy raro encontrar en los mapas, el trazado de los caminos. En la cartografía de la época solo se representan las poblaciones más importantes y las únicas líneas trazadas correspondían a los ríos y sus afluentes. Es curioso ver representadas a las villas como un grupo de casas, entre las que destaca dibujada una torre. Las ciudades se representaban por un grupo de casas y dos torres.

mapa de las dos Castillas en 1606

Vista parcial del Mapa de las dos Castillas en 1606 (Fuente IGN), en donde podemos observar la no representación de los caminos.

Es decir, existían repertorios de caminos, como los de Juan de Villuga, o los de Alonso de Meneses (ambos del siglo XVI), pero que no eran otra cosa que unas relaciones de los nombres de las poblaciones por las que pasaban esos caminos y una indicación de las distancias (en leguas) que separaban las distintas ciudades, pueblos, o incluso ventas de posta, pero en ningún caso se reflejaban estos caminos en los mapas. En el caso del Repertorio de Caminos de Juan de Villuga, el origen principal de esos caminos estaba en la villa de Medina del Campo (Valladolid).

Hemos visto como Cervantes utiliza minuciosamente esos caminos de Juan de Villuga, (en muchos casos coincidentes con los de Alonso de Meneses) para guiar a sus peregrinos por la península ibérica. Estos caminos, junto con las cañadas reales de la Mesta, eran las auténticas autopistas de la época.

Es en la segunda mitad del siglo XVII, cuando empiezan a representarse los principales caminos trazados en los mapas. Aquí reproducimos a continuación un mapa parcial de la provincia de Toledo, que data de 1681, en donde puede apreciarse el camino que siguen los peregrinos del Persiles, que saliendo de Quintanar de la Orden, yendo en dirección a Valencia, llegan al siguiente pueblo. Ese del que Cervantes dice que “no se acuerda”.

Mapa parcial provincia de Toledo 1681
Mapa parcial de la provincia de Toledo (año 1681. Fuente IGN), en donde se representa el camino entre Quintanar de la Orden y el siguiente pueblo en dirección a Valencia: Mota del Cuervo, que siguieron los peregrinos de El Persiles, en su ruta hacia Valencia.

Escenas quintanareñas del Persiles

Tal y como sugiere el título de esta comunicación, del conjunto de la obra de El Persiles, nos detendremos especialmente en las escenas que tienen lugar en la Mancha, (capítulos del 8 al 11), más concretamente en Quintanar de la Orden y el siguiente pueblo en dirección a Valencia, con el objetivo claro de encontrar paralelismos que nos lleven a despejar algunos enigmas que tienen que ver con ese lugar “olvidado” del Persiles.

Tras recorrer el camino desde Aranjuez, los peregrinos se informan en la villa de Ocaña, sobre D. Diego de Villaseñor, un hidalgo radicado en Quintanar de la Orden. y su familia, con la intención clara de Antonio de visitar esa villa y a sus progenitores, a los que hacía dieciséis años que no veía. Los peregrinos, con Antonio a la cabeza, se encuentran a su padre tomando el fresco en la puerta de su casa. Antonio le pregunta que si, en ese lugar, hay hospital de peregrinos, con la clara intención de recibir alojamiento en su casa. En efecto, los peregrinos consiguen que los Villaseñor los alojen en su casa, y les agasajen. Aquí tienen lugar varios sucesos, como el conocimiento por parte de Antonio, de sus nuevas hermanas, nacidas tras su larga ausencia, y la muerte acaecida a un conde, amigo de D. Diego, que había ido a ese lugar, y que fue herido de bala en una revuelta que dos compañías de soldados habían tenido con los del lugar, y que poco antes de morir, se casó en artículo mortis con Costanza, la hija de D. Diego de Villaseñor, a la que convertiría así en la rica heredera, que posteriormente, acompañaría, desde allí, a los peregrinos Periandro y Auristela, en su viaje a Roma.

Ocaña

Vista de la villa de Ocaña

Quintanar


Picota de Quintanar de la Orden (jmgm)

Tras  pasar la noche en Quintanar de la Orden, al día siguiente, los peregrinos continúan por el camino de Valencia, para llegar al siguiente pueblo, un lugar, no muy grande, ni muy pequeño, del que Cervantes, dice que “no se acuerda”. Es aquí donde encontramos otro gran paralelismo entre el argumento y los lugares que visitan los protagonistas de dos de sus más importantes obras: El Quijote y El Persiles.

Paralelismos entre el Quijote y el Persiles
En este mapa vemos que el siguiente pueblo después de Quintanar, en dirección a Valencia, es Mota del Cuervo. Obsérvese el paralelismo entre El Quijote y El Persiles, al referirse a ese “lugar de la Mancha” del que no quiso acordarse.

Escenas moteñas de El Persiles

Los peregrinos Periandro y Auristela, siguiendo su camino, procedentes de Quintanar de la Orden, llegan al siguiente pueblo, en dirección a Valencia, al que la geografía se obstina en llamar Mota del Cuervo; en la plaza de «ese lugar», se desarrolla una escena, en la que unos mozos están haciéndose pasar por falsos excautivos en Argel.

falsos excautivos

Plaza de Mota del Cuervo
Plaza de Mota del Cuervo (jmgm)

Habían extendido en el suelo un mapa de la ciudad de Argel, sobre el que explicaban las penosas peripecias vividas durante su cautiverio. Mientras hacían crujir al aire un corbacho [1], con un ruido penetrante que impresionaba a los aldeanos que les escuchaban, con el fin de obtener mayores limosnas.

Mapa de Argel


Mapa de Argel en el siglo XVI (Dibujo de jmgm)

Uno de los alcaldes, que conocía bien Argel, y que posiblemente estuvo cautivo junto a Miguel de Cervantes, les desenmascara, a base de hacerles preguntas sobre cómo cautivaron y otras cuestiones relativas a: ¿cuántas puertas tiene Argel?, ¿cuántas fuentes y cuántos pozos de agua dulce?, algo que los falsos cautivos no saben contestar y que causa la ira de uno de los alcaldes, que pretende castigarlos por impostores.

Los falsos cautivos se defienden locuazmente, mostrando las exiguas limosnas obtenidas con su farsa, y logran al final que los alcaides les perdonen. Consiguen incluso que les alojen en sus casas, y les ayuden en su “industria” de ir por la vida haciéndose pasar por excautivos para procurarse el sustento, para lo que les aportan todo tipo de detalles sobre la ciudad de Argel .

Espúlguenos senor alcalde

Representación del falso cautivo defendiéndose de los Alcaldes.
(dibujo de jmgm)

Tras pasar la noche en “ese lugar” del que Cervantes insiste en no querer acordarse, al día siguiente, los peregrinos y los cautivos llegan juntos hasta donde el camino se dividía en dos: unos toman el camino de Valencia y otros el de Cartagena.  Aquí volvemos a ver los grandes paralelismos entre ambas obras, relativos precisamente a esa bifurcación de caminos que se produce en El Persiles (L,III, cap. XI), que es la misma a la que alude en El Quijote (I, cap. XXIX), como podemos ver en el gráfico siguiente:

Paralelismos II

En este mapa observamos los diferentes caminos que siguen los peregrinos del Persiles y los falsos cautivos, en un lugar muy próximo a Mota del Cuervo. Vemos también los paralelismos entre el Quijote y el Persiles, aludiendo a este punto.

Otros paralelismos en la obra de Cervantes

Son numerosas las coincidencias que nos llevan a deducir, que Cervantes, en su pensamiento, tanto en el Persiles, como en el Quijote, se estaba refiriendo a un “lugar” muy concreto, situado en la Mancha Santiaguista, del que no quería acordarse, tan cerca de “El Toboso”, como así lo refiere en múltiples citas de “El Quijote”:

“porque nunca tal nombre ni tal princesa había llegado jamás a su noticia, aunque vivía tan cerca del Toboso” (El Quijote, I, cap. XIII).

Un lugar tan cerca del Toboso


Vista de El Toboso desde los molinos de Mota del Cuervo. (Foto de jmgm).

O en esta otra donde Sancho conoce las andanzas de Dulcinea, cual vecino cercano.

“Bien la conozco –dijo Sancho–, y sé decir que tira tan bien una barra como el más forzudo zagal de todo el pueblo. ¡Vive el Dador, que es moza de chapa, hecha y derecha y de pelo en pe[ch]o, y que puede sacar la barba del lodo a cualquier caballero andante, o por andar, que la tuviere por señora! ¡Oh hideputa, qué rejo que tiene, y qué voz!…Se decir que se puso un día encima del campanario del aldea a llamar unos zagales suyos que andaban en un barbecho de su padre, y, aunque estaban de allí más de media legua, así la oyeron como si estuvieran al pie de la torre.” (El Quijote, I, cap. XXV)

Un pueblo situado también muy cerca de Quintanar (el siguiente pueblo, según “El Persiles”).

Un pueblo, no muy grande ni muy pequeño, con jurisdicción en primera instancia, con un arroyo a la entrada del mismo, … Cumple multitud de requisitos, que nos hacen afirmar que ese pueblo, el siguiente yendo desde Quintanar a Valencia es Mota del Cuervo.

El lugar olvidado de El Persiles. Argumentos geográficos

Mota del Cuervo es el siguiente pueblo después de Quintanar, en dirección a Valencia.

El lugar ha tenido que pertenecer antiguamente al Campo de Montiel. Cuando Cervantes regresó de su cautiverio en 1580, se encontró con que el “antiguo” Campo de Montiel que él conoció diez años atrás, se había modificado (para reducirlo) en el año 1573. Esta modificación se plasma en las Relaciones de Felipe II (1575). Esto le hace situar, a ese paraje de “El lugar” del Qujijote, en el antiguo Campo de Montiel, cuando dice:

“por las puertas y balcones del manchego horizonte a los mortales se mostraba, cuando el famoso caballero don Quijote de la Mancha, dejando las ociosas plumas, subió sobre su famoso caballo Rocinante y comenzó a caminar por el antiguo y conocido campo de Montiel”. Y era la verdad que por él caminaba. (El Quijote I, cap.2).

En definitiva, tiene que estar cercano al Toboso, a Quintanar y a Campo de Criptana, como refiere en múltiples ocasiones.

Ser un lugar muy pasajero, atravesado por importantes caminos. Caminos de Villuga y Cañadas reales, como la de Andalucía, jalonaban ese lugar.

El lugar olvidado de El Persiles. Argumentos históricos

La villa de El Cuervo (hoy integrada junto a la villa de La Mota, para formar Mota del Cuervo), pertenecía al Campo de Montiel histórico, según el documento de partición de términos entre el Concejo de Alcaraz y la Orden de Santiago, (Fernando III el Santo), fechado en Valladolid, el 18-02-1243, por el que se asigna al Campo de Montiel, entre otros, a la villa de “El Cuervo”. Integración que también relata Bernabé Chaves en su “Apuntamiento Legal”, como villa incorporada al Campo de Montiel desde 1243, según podemos ver en la siguiente imagen.

Antiguo Campo de Montiel
Montiel, sus términos y pueblos, año de 1243 . Bernabé Chaves, Apuntamiento Legal.

Listado de los términos y pueblos que componían el antiguo Campo de Montiel, en 1243, según Bernabé Chaves en su apuntamiento legal. En él aparece “El Cuervo”.

La presencia de Cervantes en Mota del Cuervo, tras su cautiverio, como alcabalero y sus frecuentes pasos por Manjavacas (despoblado perteneciente a Mota del Cuervo), y la cañada real de Andalucía, recorriendo las Tercias Reales, como la de Iznatoraf.

La importante presencia de población morisca en Mota del Cuervo hasta 1610, que tan bien detalla Cervantes en el Quijote.

La constatación real de un gran tesoro hallado por Antonio de la Fuente en 1588, al que Cervantes también refiere en el Quijote, de la mano del morisco Ricote.

Por si fuera poco, Cervantes habla en sus obras de parajes y personajes reales, como en sus dos últimas obras, donde cita al hidalgo, Diego de Villaseñor (en El Persiles) y a Juan Haldudo, el rico, ese que en el Quijote estaba apaleando a su criado Andrés (I, cap. IV), ambos vecinos de Quintanar de la Orden y uno de ellos (Juan Haldudo) oriundo de Mota del Cuervo, según podemos ver en las visitas de la Orden de Santiago [2].

Cervantes, por otro lado, dice conocer al Alcalde de Mota del Cuervo, Pedro Muñóz de Otálora, al que cita expresamente en su libro Relación de lo sucedido en Valladolid, con motivo del nacimiento del príncipe Felipe IV. Este alcalde, era además de Caballero de la Orden de Santiago, Caballerizo de la Reina, e hijo del Oidor de Audiencia Real de Valladolid y del Consejo de Indias, D. Alonso Muñoz. Es posible que éste influyera en truncar el anhelado paso de Cervantes a las Indias, donde pretendía ser Corregidor de la Ciudad de la Paz.

Otro personaje conocido de Cervantes fue Hernando de Ovando y Ulloa, un noble distinguido en la Corte de Felipe III, caballero de la Orden de Santiago, Comendador de Aguilarejo y Dos Barrios, además de  alcaide de La Mota.  Este Alcaide era el tío de Nicolás de Ovando, personaje que hizo promesa de matrimonio a Andrea de Cervantes (la hermana de D. Miguel), que no llegó a desposarla y de cuyo fruto nació Costanza de Ovando y Figueroa.

Cervantes se refiere otra vez a Quintanar de la Orden, como el lugar donde se compraron los perros Barcino y Butrón en el Quijote (II,cap. LXXIV). También habla del perro Barcino en El Coloquio de los Perros.

Vemos como Cervantes solo alude en el Persiles a dos lugares concretos de la Mancha, donde sus peregrinos pernoctan y relatan aventuras locales, que son: Quintanar de la Orden y ese otro lugar que le sigue, y del que “no se acuerda”, a pesar de que lo señala claramente en el mapa, que discurre por el camino real hacia Valencia y que dice estar próximo al cruce de caminos para Cartagena. Después ya no vuelve a citar a ninguna población manchega en su camino hacia Valencia.

Contra todo pronóstico, Cervantes cambia de opinión y hace que sus peregrinos no embarquen en Valencia, sino que pasan de largo por esta ciudad hasta llegar a Villarreal, y subir por tierra hasta Barcelona. Nuevos paralelismos encontramos en este capítulo, entre el Persiles y el Quijote, cuando hace salir a D. Quijote y a Sancho, desde su lugar (Mota del Cuervo?) en dirección a Barcelona, pero sin tocar Zaragoza y suben por Tortosa hasta Barcelona. Aquí, en El Persiles, Cervantes aprovecha para volver a recordar un episodio que tuvo su origen en la Mancha, en las inmediaciones de ese pueblo del que “no se acuerda”, cuando Costanza le da una conserva a un joven cautivo, desfallecido por la inanición, que llevaba untado de brea el rostro, y al que llevaban preso para servir en las galeras reales, en un carro hacia Cartagena. Favor que ahora les es devuelto en Barcelona por una gran dama aragonesa, Dª Ambrosía Agustina, que resultó ser la que se hacía pasar por ese joven cautivo, embadurnado de brea, que conducían a galeras, pero que en realidad iba en busca de su amado, y que ahora agasaja grandemente a nuestros peregrinos en Barcelona. (El Persiles, III, cap. 12).

Así, Periandro y Auristela, bordeando la costa levantina, siguen hasta la ciudad española (entonces) de Perpiñan, para adentrarse en el sur de Francia y llegar hasta Roma, su destino final.

CONCLUSIONES

A pesar de la temática parcialmente fantástica de El Persiles, vemos que –precisamente- en el recorrido ibérico, la trama se adapta más a hechos verosímiles. Es aquí donde podemos observar cómo Cervantes vuelve a manifestar sucesos por los que él mismo ha pasado, caminos que le son de sobra conocidos y que están detallados en el repertorio de caminos de Juan de Villuga, y/o de Alonso de Meneses. Vemos como pone en su novela a personajes reales como el hidalgo Don Diego de Villaseñor, describe pueblos y ciudades reales. Vuelve a incluir, sin querer citarlo, a ese lugar de la Mancha del que “no se acuerda”, y del que pareciera que tiene motivos para insistir en él. Como hemos visto, son numerosos los paralelismos y las coincidencias que nos llevan a deducir, que Cervantes, en su pensamiento se estaba refiriendo a un “lugar” muy concreto, situado en la Mancha Santiaguista, tan cerca de “El Toboso” (así lo refiere en múltiples citas de “El Quijote”) y tan cerca de Quintanar (el siguiente pueblo, según “El Persiles”).

Un pueblo, no muy grande ni muy pequeño, con jurisdicción en primera instancia, con un arroyo a la entrada del mismo, que cumple multitud de requisitos, que la geografía nos hace afirmar que ese pueblo, el siguiente yendo desde Quintanar hacia Valencia, es Mota del Cuervo.

En este mapa podemos ver la cercanía de estos tres pueblos de la Mancha Santiaguista: Quintanar de la Orden, El Toboso y Mota del Cuervo, pueblos limítrofes.

Esta afirmación oculta de Miguel de Cervantes en El Persiles, en donde sitúa claramente a ese lugar de la Mancha, en el que, el autor, insiste en “no acordarse” en su última novela, y su paralelismo con el comienzo de El Quijote, fue precisamente lo que me puso en la pista para investigar esa controvertida circunstancia que él mismo propicia al afirmar su deseo: “por dejar que todas las villas y lugares de la Mancha contendiesen entre sí por ahijársele y tenérsele por suyo, como contendieron las siete ciudades de Grecia por Homero.  (El Quijote, II, cap. LXXIV).

El lugar olvidado de El Persiles:

Partiendo de esa premisa y aplicando las circunstancias que Cervantes desvela en varias de sus obras, pero especialmente en El Quijote, y que tienen que ver con aspectos geográficos, históricos, orográficos, demográficos, cinegéticos, forestales y de otras índoles, aquí comentados, fueron las que me impulsaron a investigar y plasmar estos argumentos en mi libro “Lo que Cervantes calló”. Como digo, son numerosas las razones que me llevan a esta afirmación, de que ese referido lugar es Mota del Cuervo.

BIBLIOGRAFÍA

ASTRANA MARIN, L. (2003) Vida ejemplar y heroica de Miguel de Cervantes, Edición de la Biblioteca Virtual Universal. Buenos Aires.

CERVANTES, M. de. (2006) Los Trabajos de Persiles y Sigismunda, Miguel de Cervantes, edición digital preparada por Enrique Suarez Figaredo, Barcelona.

CERVANTES, M. de (1605/1615) El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha, Edición digital interactiva de la BNE. Madrid.

GONZÁLEZ MUJERIEGO, J.M. (2015), Lo que Cervantes calló, Madrid.

LILLO, E. (2016) Cervantes o la maldición de los Ovando, Madrid.

MENESES, ALONSO DE  (1576).  De la Colección Primeras Ediciones, editada por el Ministerio de Educación y Ciencia en 1976, dirigida por D. Justo García Morales y D. Vicente Sánchez Muñoz,

VILLUGA, JUAN DE (1546) Repertorio de todos los caminos de España, Edición digital de Google.

NOTAS AL PIE DE PÁGINA

[1] Látigo

[2]  Aparecen referencias históricas sobre los Haldudo en Mota del Cuervo, ya en las visitas de la Orden de Santiago, en los  años 1498, 1535 y también en el 1544 aparecen referencias a la familia de Juan Haldudo en el padrón de habitantes que pagan el impuesto del pedido y la limosna prometida a San Sebastián en Mota del Cuervo. También hay vestigios de la familia Haldudo, en la toponimia moteña: calle, plaza y pozo del Aldú(do).

ALGUNAS FOTOS DEL EVENTO:

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IMG_20171124_101345Portada de la comunicación.
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José Manuel González Mujeriego

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Miembro de la Asociación de Amigos por la Historia de Mota del Cuervo.

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Diccionario Moteño en el Quijote

En otros artículos de este blog, he desarrollado las razones y los indicios que, en mi opinión, “confirman” que Mota del Cuervo podría ser ese “lugar de la Mancha” del que Cervantes –reiteradamente- no quiso acordarse, tanto en El Quijote, como en El Persiles.

Cuando preparé el “Diccionario Moteño”, con las palabras típicas, y a veces de uso exclusivo en la Mancha y especialmente en Mota del Cuervo, pude comprobar cómo muchas de esas palabras ya las empleó Cervantes en su obra maestra. Palabras que se siguen empleando en Mota del Cuervo, que forman parte del acervo cultural de la población, y aunque algunas están cayendo en desuso, la mayoría aún tienen vida propia.

Voy a reflejar aquí un extracto de esas palabras del Diccionario Moteño, concretamente aquellas que cita Cervantes en el Quijote:.

Abatanar. Apelmazar. Se emplea esta palabra cuando la ropa de lana se encoge al lavarla en caliente (se ha abatanado). Antiguamente, abatanar, era la acción de apelmazar la ropa con los mazos del batán, un artilugio de madera movido por la acción de una corriente de agua con la que se golpeaba la ropa para que se apelmazara y tuviera más resistencia.

Batán hidráulico

Esto dice Cervantes sobre los Batanes en el Quijote: «Pues, porque os burláis, no me burlo yo –respondió don Quijote–. Venid acá, señor alegre: ¿paréceos a vos que, si como estos fueron mazos de batán, fueran otra peligrosa aventura, no había yo mostrado el ánimo que convenía para emprendella y acaballa? ¿Estoy yo obligado, a dicha, siendo, como soy, caballero, a conocer y destinguir los sones y saber cuáles son de batán o no? Y más, que podría ser, como es verdad, que no los he visto en mi vida, como vos los habréis visto, como villano ruin que sois, criado y nacido entre ellos». (El Quijote, I, cap. XX).

Aguaor. (Aguador o azacán). Persona que se dedicaba a sacar el agua de los pozos, para luego transportarla en cántaros, hasta las tinajas de las casas a cambio de unas monedas.

Mucho antes de que existiera en Mota del Cuervo la distribución canalizada del agua potable, ésta se distribuía por las casas gracias a los aguaores. El aguaor extraía y transportaba el agua desde los pozos que disponían de las mejores aguas hasta las casas. La transportaban en cántaros colocados en unos carros típicos de la zona, con grandes ruedas recubiertas con aros de hierro. Carros adaptados especialmente para contener unos nueve o diez cántaros, bien protegidos para que no se «cantarearan», o lo que es lo mismo, para que no se chocaran entre ellos y resistieran los baches de los caminos y no se rompieran.

Así recoge Cervantes este oficio de azacán en su obra:
«Y cuando no, la infanta me ha de querer de manera que, a pesar de su padre, aunque claramente sepa que soy hijo de un AZACÁN, me ha de admitir por señor y por esposo; y si no, aquí entra el roballa y llevalla donde más gusto me diere». (El Quijote, I, cap. XXI)

aguaor con cántaros moteños
Aguaor transportando agua en cántaros moteños (año 1934)

Agüelo. Deformación de abuelo, ascendiente.

“¡Tomá que mi agüelo! –respondió la aldeana- (El Quijote, II, cap.X)

Agüero. Pronóstico basado en bases o señales sin fundamento, que indican buena o mala suerte.

Así la emplea Cervantes en el Quijote:

«No había bien acabado de decir estas razones Sancho, cuando llegaron a
sus oídos relinchos de Rocinante; los cuales relinchos tomó don Quijote por felicísimo agüero, y determinó de hacer de allí a tres o cuatro días otra salida»
(El Quijote, II, cap.IIII).

El cuervo, pájaro de mal agüero y muy inteligente.
(Gentileza del Heraldo Dirario de Soria)

Alcabalero. Dícese de la persona que se dedicaba a recaudar impuestos, como se le llamaba despectivamente a Cervantes, que se dedicaba a recorrer las tercias reales de los pueblos de la Mancha (como la de Mota del Cuervo) recaudando impuestos.

Carta de Teresa Panza a Sancho Panza su marido “…porque no pienso parar hasta verte arrendador o alcabalero, que son oficios que aunque lleva el diablo a quien mal los usa, en fin en fin siempre tienen y manejan dineros.” (El Quijote, II, cap. LII).

Tercia Real de Mota del Cuervo

Tercia Real de Mota del Cuervo, donde se dice que Cervantes actuó como Alcabalero.

Alcuza. Recipiente de forma cónica o cilindro-cónica, con un asa y un pitorro que salía desde la mitad de la vasija, hecha de hojalata, o de cerámica, que se utilizaba en la cocina para contener el aceite. También se le llamaba Alcuza a un recipiente de hojalata, redondo, con un pitorro largo, que se utilizaba para engrasar algunas máquinas.

“Este es capaz de sacar leche de una alcuza” refrán que indica que una persona es capaz de hacer algo, que a primera vista, es imposible.

«Pidió luego alguna redoma para echallo, y, como no la hubo en la venta, se resolvió de ponello en una alcuza o aceitera de hoja de lata, de quien el ventero le hizo grata donación». (El Quijote, I, cap. XVII)

«Pero, reparando un poco más en ello, echó de ver en lacolor, sabor y olor, que no era sangre, sino el bálsamo de la alcuza que él le había visto beber». (El Quijote, I, cap. XVIII). 

Alcuzas

Alcuzas (foto jmgm).

Alforjas. Tira de tela de lana o de lona de costal, cerrada por los dos lados, para formar una bolsa doble que servía para transportar objetos, o el hato (comida). Se podía llevar cómodamente repartiendo su peso en cada bolsa, bien al hombro, o encima de la caballería. También las alforjas podían ser de pleita (esparto) para acoplarlas en la caballería. En la foto (del documental de RTVE «Las locuras de Don Quijote) podemos apreciar las alforjas que lleva Sancho Panza alojadas detrás de él, sobre el Rucio.

Así emplea Cervantes esta palabra en el Quijote:

«habiendo aplacado Sancho a su mujer, y don Quijote a su sobrina y a su ama, al anochecer, sin que nadie lo viese, sino el bachiller, que quiso acompañarles media legua del lugar, se pusieron en camino del Toboso: don Quijote sobre su buen Rocinante, y Sancho sobre su antiguo rucio, proveídas las alforjas de cosas tocantes a la bucólica, y la bolsa de dineros que le dio don Quijote para lo que se ofreciese» (El Quijote, II, cap. VII).

«Ensilló Sancho a Rocinante y aderezó al rucio, proveyó sus alforjas, a las cuales acompañaron las del primo, asimismo bien proveídas, y, encomendándose a Dios y despediéndose de todos, se pusieron en camino, tomando la derrota de la famosa cueva de Montesinos». (El Quijote, II, cap. XXII).

RTVE Otros documentales. Las locuras de Don Quijote

Aliaga. (Aulaga) Planta leguminosa, espinosa de flores amarillas, cuyas puntas tiernas come el ganado.

“Y alzando el uno de la cola del rucio y el otro la de Rocinante, les pusieron y encajaron sendos manojos de aliagas.” (El Quijote, II, cap. LXI).

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Aliagas junto al Complejo Lagunar de Manjavacas de Mota del Cuervo[/caption]

Antaño. En otro tiempo. Antiguamente.No solo Antaño, sino Hogaño (en este año), son palabras que aún se escuchan entre los ancianos del lugar. Así las recoge Cervantes en su obra magna.“Señores –dijo don Quijote–, vámonos poco a poco, pues ya en los nidos de antaño no hay pájaros hogaño: yo fui loco, y ya soy cuerdo; fui don Quijote de la Mancha, y soy agora, como he dicho, Alonso Quijano el Bueno.” (El Quijote, II, cap. LXXIV).

D Quijote II cap 74 Gustavo Dore

Los últimos días de D. Quijote (ilustración de G. Doré).

Arrea. Interjección, palabra que sirve para apelar a un interlocutor“Arrea y dile a tu madre que ya no venga”     

 «Llegó Sancho a su amo marchito y desmayado; tanto, que no podía arrear a su jumento.» (El Quijote, I, cap. XVIII)

Artesa. Recipiente de madera con las paredes inclinadas de forma que hacían el fondo más estrecho, con sendas tablas horizontales en dos de los cuatro lados. En Mota del Cuervo, en función del tamaño, las artesas tenían diferentes utilidades: Una más pequeña, cuadrada, donde se amasaba el pan. Otras artesas eran rectangulares y más grandes, donde se salaban los jamones del cerdo tras la matanza.«Por cuyas persuasiones y vituperios probó el pobre gobernador a moverse, y fue dar consigo en el suelo tan gran golpe, que pensó que se había hecho pedazos. Quedó como galápago encerrado y cubierto con sus conchas, o como medio tocino metido entre dos artesas, o bien así como barca que da al través en la arena». (El Quijote, II, cap. LIII).

Artesa (antiguedadeselpatiodedulcinea.com)

Artesa de una sola pieza (antiguedadeselpatiodedulcinea,com)[/caption]

Atajo. Senda o paraje por donde se acorta el camino.

“En fin, por caminos desusados, por atajos y sendas encubiertas, partieron Roque, don Quijote y Sancho con otros seis escuderos a Barcelona. (El Quijote, II, cap. LXI).

Azogue. Estado de ánimo que denota alteración, bullicio, inquietud.El diccionario de la RAE define azogue como el mercurio (Hg).Cervantes si lo usa en el mismo sentido que en la Mota, como en estas citas: 

            Así sería –dijo Sancho–; porque a buena fe que andaba Rocinante como si fuera asno de gitano con azogue en los oídos. Y ¡cómo si llevaba azogue! –dijo don Quijote–, (El Quijote, I, cap. XXXI).

             «Pues, ¿qué cuando se humillan a componer un género de verso que en Candaya se usaba entonces, a quien ellos llamaban seguidillas? Allí era el brincar de las almas, el retozar de la risa, el desasosiego de los cuerpos y finalmente el azogue de todos los sentidos», (Quijote, II, XXXVIII.).

personas inquietas

Personas inquietas, con azogue.[/caption]

Azumbre. Recipiente de barro que se utilizaba como medida de capacidad para medir líquidos, como el vino y el aceite

Estas medidas cambiaban según las zonas, la equivalencia más extendida en España era: 1 Arroba: = 25 libras de 16 onzas cada una = 1 cántara = 8 azumbres = 32 cuartillos 128 copas = 16,128 litros.

En Toledo, a la que pertenecía la Mota, las medidas eran:

Cántara o arroba de vino: 16,133 litros y una cántara eran 8 azumbres

Cuando Sancho “se bebió de lo que no pudo caber en la alcuza y quedaba en la olla donde se había cocido casi media azumbre, y apenas acabó de beber comenzó a vomitar..” (El Quijote, I, cap. XVII).

Azumbres

Diferentes medidas de Azumbres (foto jmgm)[/caption]

Barbecho. Trozo de tierra que permanece sin cultivar. En ocasiones se alternaba el cultivo y el descanso de la tierra. A veces, en época de descanso de la tierra, se pasaba el arado para evitar que crecieran las malas hierbas.

“¡Oh hideputa, qué rejo que tiene, y qué voz! Sé decir que se puso un día encima del campanario del aldea a llamar unos zagales suyos que andaban en un barbecho de su padre, y, aunque estaban de allí más de media legua, así la oyeron como si estuvieran al pie de la torre. (El Quijote, I, cap. XXV).

Barbecho

Búcaro. Recipiente de barro elaborado por las cantareras moteñas que servía para guardar en la despensa frutos secos, legumbres, encurtidos…

Así emplea Cervantes en el Quijote la palabra «búcaro»:

«Vuesas mercedes dejen al mancebo, y vuélvanse por donde vinieron, o por otra parte si se les antojare, que mi escudero es limpio tanto como otro, y esas artesillas son para él estrechas y penantes búcaros«. (El Quijote, II, cap.XXXII).

Búcaro moteño

Cántaro. Vasija de barro típica de la alfarería moteña, con un asa y una gran boca que se usaba para llevar el agua. Estas piezas las fabricaban generalmente las mujeres sobre un torno de madera y los hombres son los que se encargaban de buscar el barro, de la cocción en hornos comunales y de transportarlas en carros para su posterior venta.

Horno alfarero de Mota del Cuervo. En donde destaca su cántaro característico.

Horno alfarero de Mota del Cuervo. En donde destaca su cántaro característico.

“ Y volviendo la plática a Don Quijote le dijo: y a vos, alma de cántaro, ¿Quién os ha encajado en el cerebro que sois caballero andante, y que vencéis gigantes…”  (El Quijote, II, cap. XXXI). Curiosamente Cervantes alude a los cántaros en diez ocasiones en el Quijote.

Cantareros. Dícese de los artesanos que trabajan el barro en Mota del cuervo para hacer su singular cerámica: Cántaros, tinajas, búcaros, parideras, etc., Generalmente una cerámica modelada por mujeres, que son las trabajan el barro que los hombres extraen de los barreros y que son los mismos que luego se encargan de venderlos de forma ambulante.

También se les llama cantareros a los habitantes del Barrio de las Cantarerías, situado en La Mota, hoy unido con el Cuervo y con Manjavacas para formar: Mota del Cuervo.

Cervantes pone en el Quijote, nada menos que en diez ocasiones, en boca de sus protagonistas a los cántaros. Ahí va una: «–Eso no es el mío –respondió Sancho–: digo, que no tiene nada de bellaco; antes tiene una alma como un cántaro:no sabe hacer mal a nadie…» (El Quijote, II, cap.XIII).

Cantareros cargando el carro con su frágil mercancía, para llevarlos a vender de forma ambulante. (Pirograbado de Jurgen H. Loos)

Capota. Tejado cónico de los molinos de viento, orientable para que las aspas puedan cazar el viento más conveniente para mover la piedra que, a su vez muele el cereal, y que generalmente es de madera.»–Mire vuestra merced –respondió Sancho– que aquellos que allí se parecen no son gigantes, sino molinos de viento, y lo que en ellos parecen brazos son las aspas, que, volteadas del viento, hacen andar la piedra del molino.» (El Quijote, I, cap. VIII).capotaMolineros de Mota del Cuervo encaramados a la capota de un molino para ajustar su eje (foto jmgm).

Chozo (a). Pequeña construcción de piedra, de planta redonda, con un óculo en la bóveda y con una sola entrada, donde se resguardaban los pastores.En esta zona de la Mancha existían muchas chozas de pastores, a las que Cervantes alude en múltiples ocasiones en su obra magna.«–Advierte, Sancho –dijo don Quijote–, que el amor ni mira respetos ni guarda términos de razón en sus discursos, y tiene la misma condición que la muerte: que así acomete los altos alcázares de los reyes como las humildes chozas de los pastores». (El Quijote, II, cap. LVIII)Chozo de pastores de la Sendilla

Chozo de Pastores de la Sendilla en Mota del Cuervo (foto jmgm)

Chozo de la nieve, pozo de la nieve, o nevero. Está situado cerca de La Pozanca, próxima a donde estuvo el castillo de la Mota y al molino El Zurdo. El nevero es de piedra, encalado para conservar más baja la temperatura interior, tiene una estructura circular, con una profundidad de 4 metros. La cubierta es abovedada y tiene un óculo en la cúspide. En la foto (de C. Romeral) podemos observar como entra el sol por ese óculo y se refleja en el suelo junto a la puerta de entrada.

En este nevero, se depositaba la nieve, que se intercalaba con capas de paja para su mejor conservación. Tenía un pequeño desagüe. La nieve era vendida en bloques de hielo, para hacer bebidas de nieve o conservación de alimentos. El obligado de la nieve o nevero era la persona que se ocupaba de acumular la nieve y luego de venderla, limpia de polvo y paja (de ahí viene el famoso dicho).

Cervantes era conocedor de esta práctica, puesto que hace alusión a las bebidas de nieve, refrescadas con nieve o hielo. Incluso se publicaron diversos tratados por médicos españoles de la época, explicando las cualidades para la salud e incluso terapéuticas del frío.

«Digo esto, Sancho, porque bien has visto el regalo, la abundancia que en este castillo que dejamos hemos tenido; pues en metad de aquellos banquetes sazonados y de aquellas bebidas de nieve, me parecía a mí que estaba metido entre las estrechezas de la hambre.» (El Quijote, II, cap.58).

Se desconoce exactamente desde cuándo está este nevero en Mota del Cuervo.

Chozo de la nieve (foto C. Romeral)

Colador. o Colaor, recipiente de barro con agujeros en su base, que se utilizaba para “hacer la colada” (aún hoy se emplea este término para la acción de “lavar la ropa”). El procedimiento consistía en poner la ceniza de la planta “barrilla” (ver definición) en el colador y verter sobre ella agua caliente. El agua caliente arrastraba la sosa de la planta y al caer sobre la ropa, situada debajo en otro recipiente, la blanqueaba.        «–No tengáis pena, amigo Sancho –dijo la duquesa–, que yo haré que mis doncellas os laven, y aun os metan en colada, si fuere menester. –» (El Quijote, II, cap.XXXII).

Colador

Colaor

Convite. Invitación, celebración con comida.

          “Alguna vez como con mis vecinos y amigos, y muchas veces los convido; son mis convites limpios y aseados, y no nada escasos”. (El Quijote, II, cap.XVI).

Don Quijote, Quieteria y Sancho en el convite.

Córcoles, Arroyo de Mota del Cuervo que recoge las aguas pluviales de las estribaciones de la Sierra de Altomira (donde están situados los molinos de viento en Mota del Cuervo), pasa por debajo del Camino Real por el único ojo del puente de la Alcantarilla, y -actualmente- está encañado al sistema de alcantarillado municipal, para luego desembocar en la laguna de Manjavacas a través de la Acequia Madre.

El arroyo Córcoles es al que posiblemente se refiere don Miguel de Cervantes, cuando dice que un grupo de mujeres estaban lavando en un arroyo a la entrada del «Lugar».

«con deseo de servir a sus señores, partió de muy buena gana al lugar de Sancho; y antes de entrar en él, vio en un arroyo estar lavando cantidad de mujeres, a quien preguntó si le sabrían decir si en aquel lugar vivía una mujer llamada Teresa Panza…» (El Quijote, II, cap.L)


Puente de la Alcantarilla PlanoTrazado del arroyo Córcoles y puente de la Alcantarilla.
(Mapa elaboración jmgm)

Actualmente solo queda un pequeño trazado del arroyo Córcoles que discurre desde el puente de la Alcantarilla, atravesando unas tierras de labor, hasta su confluencia con la calle de Las Mesas. En ese punto es donde está la acometida de este arroyo al alcantarillado municipal. El único vestigio que queda del topónimo de ese arroyo es la Calle Córcoles, por donde en otro tiempo discurriera esta vía de agua, que pasaba por donde ahora está el grupo escolar Nuestra Señora de Manjavacas hasta desembocar en la Acequia Madre. Junto al cauce urbano de este arroyo Córcoles, enfrente a la era de los Guijarros, estuvo situada una gran noria rectangular.

Cauce del Arroyo Córcoles bajo el Camino Real atravesando el único ojo del puente de la Alcantarilla (foto jmgm)

No confundir este arroyo Córcoles con el río Córcoles que pasa por el vecino pueblo de Socuéllamos. Seguramente el nombre de ambos Córcoles procede de Quercus Ilex, nombre latino de las encinas, unos árboles muy frecuentes en la zona.

Dormir al sereno. Dormir a la intemperie durante la noche.

Al sereno, la RAE lo relega a la novena acepción como una locución adverbial, que significa: a la intemperie de la noche.

En Mota del Cuervo se sigue usando. y Cervantes así lo emplea:

«Y por ahora, bien será que os vais a dormir debajo de techado, porque el sereno os podría dañar la herida». (El Quijote, I, cap. XII).

Foto tomada «al sereno» en la que se aprecia uno de los siete molinos de viento de Mota del Cuervo, a contraluz de una gran superluna. (Gentileza de Belén Guerrero)

Duelos y quebrantos. Plato típico de la Mota y de gran parte de la Mancha.

“Una olla de algo más vaca que carnero, salpicón las más noches, duelos y quebrantos los sábados, lantejas los viernes, algún palomino de añadidura los domingos”. (El Quijote, 1, cap.I).

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Duelos y Quebrantos (foto elespañol,com)[/caption]

Ea Interjección que se usa para animar // “venga”

Viendo Sancho Panza el buen suceso de su embuste, dijo: Ea, señor, que el cielo, conmovido de mis lágrimas y plegarias, ha ordenado que no se pueda mover Rocinante;..”(El Quijote, I, cap. XX)

Enantes. Denantes. Antes, recientemente.Según la RAE este adverbio está en desuso, pero aún se sigue usando en Mota del Cuervo y en otros sitios de habla hispana, como: Colombia, Chile, Panamá, Perú y Venezuela.

También lo emplea Cervantes: «Después se vino a entender que el haberse mudado de traje no había sido por otra cosa que por andarse por estos despoblados en pos de aquella pastora Marcela que nuestro zagal nombró denantes». (El Quijote, I,cap. XII).

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Pastora Marcela, (gentileza de CuadernosManchegos,com).

Escuras. (a)  Hacer algo sin mucha luz.

Según la RAE «a escuras» es una locución adverbial, en desuso, de «a oscuras»

Aún es posible escuchar esta locución adverbial en Mota del Cuervo, en especial entre la gente mayor. Cervantes así la recoge en El Quijote:

        “Comió Sancho sin hacerse de rogar, y tragaba a escuras bocados de nudos de suelta…” (El Quijote, II, cap. XIII).

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(Foto gentileza de El Heraldo)

Fandanguillo manchego. Baile popular. En Mota del Cuervo se baila un fandango parecido a la seguidilla pero más sencillo; el baile añade el cruce lento y la batida final de piernas con parada y cruce. Según parece el Fandango es originario de la América colonial española y arraigó con fuerza en la España peninsular en el siglo XVIII.

Fandango con jota de Mota del Cuervo, interpretado en Villanueva de la Sagra. (Por gentileza de Luis Hernández) https://www.youtube.com/watch?v=HTtOHESzLdE

Cervantes hace alusión a estos bailes en el Quijote, concretamente a las seguidillas: «…se usaba entonces, a quien ellos llamaban seguidillas? Allí era el brincar de las almas, el retozar de la risa, el desasosiego de los cuerpos y finalmente el azogue de todos los sentidos». (El Quijote, II, cap. XXXVIII).

Hato. En Mota del Cuervo se emplea la palabra «Hato» como el sitio del campo donde los labradores dejaban los alimentos, el carro, la galera con las mulas, y otros utensilios cuando iban a labrar. También se llama hato al alimento, propiamente dicho, que se llevaba al campo en las alforjas.

La RAE, entre otras acepciones, lo define como porción de ganado mayor o menor.

Así lo emplea Cervantes en el Quijote: «Qué de migas, qué de natas, qué de guirnaldas y qué de zarandajas pastoriles, que, puesto que no me granjeen fama de discreto, no dejarán de granjearme la de ingenioso! Sanchica mi hija nos llevará la comida al HATO». (El Quijote, II, cap. LXVII).

Hermano, hermana. Trato respetuoso con el que se denomina en Mota del Cuervo a las personas mayores, sin  que medie ningún parentesco, consanguinidad, o de pertenencia a ninguna orden religiosa, ni a la masonería. En otras regiones, en estos casos,  se utiliza la palabra «tío o tía». El Diccionario de la Lengua no recoge esta acepción para la palabra hermano, o hermana. En cambio si lo hace Cervantes en el Quijote.       «Oyendo lo cual mi amigo, dándose una palmada en la frente y disparando en una carga de risa, me dijo: Por Dios, hermano, que agora me acabo de desengañar de un engaño en que he estado todo el mucho tiempo que ha que os conozco.». (El Quijote, I, prólogo).

Hermano moteño

Hermano, persona mayor, en Mota del Cuervo[/caption]

Macho. Animal equino hijo de burro y yegua, o de burra y caballo. Generalmente estéril, que se usaba como animal de monta y/o de tiro.

            “No hubieron bien entrado cuando Don Quijote preguntó al ventero por el hombre de las lanzas y alabardas, el cual respondió que en la caballeriza estaba acomodando el macho…” (El Quijote, II, cap.XXIIII).

Macho mular (gentileza de http://tumamifero.com/)

Mayoral. Capataz o jefe de una cuadrilla de trabajadores del campo. Jefe de los pastores en una ganadería.

«Los ratos que del día me quedaban, después de haber dado lo que convenía a los mayorales, a capataces y a otros jornaleros» (El Quijote, I, cap.XXVIII).

Captura de pantalla completa 29122016 133409

En el centro de la foto, de pie, está D. Gregorio Pérez Castañó Jiménez, (apodado “Boquilla”), el mayoral de todos los ganados de Dª Asunción Ortega Belinchón (La Serrana), a la derecha en la foto le sigue su hijo, D. Tomás Pérez-Castaño López Gil (con un sombrero) que llegaría a ser el mayordomo general de todas las fincas de Dª Asunción. (foto de los fondos de la Asociación de Amigos por la Historia de Mota del Cuervo). Ver aquí biografía de la Serrana.[/caption]

Media Fanega. Medida de capacidad para medir granos, sal y demás cosas secas, que consistía en un cajón de madera alargado con una de sus caras inclinada,  y en la otra vertical con un asa, que se utilizaba para medir el grano antes de envasarlo en sacos.Una fanega de áridos equivalía en Castilla a 55,501 litros»Mala pascua me dé Dios, y sea la primera que viniere, si le trocara por él, aunque me diesen cuatro fanegas de cebada encima». (El Quijote, II, cap. XIII).

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Media fanega (foto ABM)[/caption]

Migas. Plato de cocina típico en la Mota y en toda la Mancha. Hay dos variantes:

“Migas de duz” (dulces) que llevan harina de trigo, agua, corteza de limón y canela en rama.

“Migas ruleras” (o de pastor) que se hacen en la sartén con torreznos de cerdo, ajos y tostones de pan

“ pajecillos y truhanes de pocos años y de poca experiencia, que, a la más necesaria ocasión y cuando es menester dar una traza que importe, se les yelan las migas entre la boca y la mano y no saben cuál es su mano derecha”. (El Quijote,I cap. XXII).

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Migas manchegas (receta de Karlos Arguiñano)

Ofrecimiento. Según el DRAE acción y efecto de ofrecer u ofrecerse. En la Mota se trata de un evento religioso que se celebra en el atrio de la iglesia y que consiste en entrar a ofrecer cosas (objetos o dinero) a la Virgen.

        «Y la señora del coche y las demás criadas suyas estaban haciendo mil votos y ofrecimientos a todas las imágenes y casas de devoción de España, porque Dios librase a su escudero y a ellas de aquel tan grande peligro en que se hallaban.» (El Quijote, I, cap. VIII).

Ofrecimiento
La Virgen de Manjavacas en el Ofrecimiento

Olla podrida. Antiguo plato típico de la Mota y de la Mancha, cuyos ingredientes eran: Diferentes tipos de carne: de vacuno, de carnero, cerdo, perdiz, pollo; a lo que se añadía todo tipo de verduras: judías blancas, verduras, ajos, etc. Se cocía todo junto a fuego lento durante mucho tiempo, se dejaba reposar y se volvía a cocer. Siempre en olla de barro.     

  “Y Sancho dijo: aquel platonazo que está más adelante vahando, me parece que es olla podrida, que por la diversidad de cosas que en las tales ollas podridas hay, no podré dejar de topar con alguna que se sea de gusto…” (El Quijote, II, cap. XLVII).

Olla Podrida. (foto gentileza de Expogourmetmagazine,com)

Pairazos. Forma despectiva de “paer” (pared) que se utilizaba para denominar las construcciones de tapial que se «encuentraban» (encontraban) en ruinas.

Pairazos de la Venta de Malabrigo

«Pairazos» en la Venta de Malabrigo, en el camino de Mota del Cuervo a Campo de Criptana. Venta a la que posiblemente se refería Cervantes en el Quijote

Pan sobao. En la Mota también se llama así al pan candeal. El pan sobao de la Mota tiene mucha fama por su sabor, por el color blanco de su miga y por la forma característica de hogaza con dos o tres picos (canteros).

Pan sobao de Mota del Cuervo (foto panadería Zarco)

Pan sobao típico de Mota del Cuervo (Foto Panadería Zarco).

Como no podía ser menos, D. Quijote idealizaba el pan de su lugar, en la primera salida:  «con lo cual acabó de confirmar don Quijote que estaba en algún famoso castillo, y que le servían con música, y que el abadejo eran truchas; el PAN CANDEAL; y las rameras, damas; y el ventero, castellano del castillo, y con esto daba por bien empleada su determinación y salida». (El Quijote, I, cap. II).

Picota. Columna de piedra, junto a la que la Inquisición ajusticiaba a los reos. En la Mota, que era una villa con jurisdicción propia, se tiene constancia de que la Picota estaba situada en la Plaza de la Cruz Verde (símbolo de la Inquisición). Al parecer fue destruida por un rayo a principios del siglo XVII.         

Carta de Teresa Panza a Sancho Panza: “…la fuente de la plaza se secó, un rayo cayó en la picota…” (El Quijote, II, cap. LII).

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Picota de Quintanar de la Orden, o Royo de Justicia, similar a la que hubo en Mota del Cuervo.

Pleita. Cinta trenzada de esparto con la que se hacen cestas, esteras, espuertas, capachos, seras, ataderos, tomizas, etc. Hacer pleita era uno de los entretenimientos principales de los labradores en los días de lluvia, cuando no se podía ir al campo y una ocupación también para los pastores.

Así alude Cervantes al esparto en su obra: «A lo que respondió Sancho: –Deme vuestra señoría alguna diciplina o ramal conveniente, que yo me daré con él como no me duela demasiado, porque hago saber a vuesa merced que, aunque soy rústico, mis carnes tienen más de algodón que de esparto, y no será bien que yo me descríe por el provecho ajeno». (El Quijote, II, cap.XXXVI).

Pleita para cinchar los quesos (gentileza de Artesanía San José)

Porfiar. Intentar conseguir tenazmente el logro de algo, a pesar de las dificultades. Desafiar a alguien para que lleve a cabo una acción costosa.Así se empleaba en la Mota:«Fueron varios chicotes a por hierba para los conejos  y entre ellos se creo una porfía de a ver quien era capaz comerse un anapol, total que todos y por no quedar ninguno por debajo del otro, todos los probaron.

«Así emplea Cervantes esta palabra en su obra:«descubrió una venta que, a pesar suyo y gusto de don Quijote, había de ser castillo. Porfiaba Sancho que era venta, y su amo que no, sino castillo; y tanto duró la porfía, que tuvieron lugar, sin acabarla, de llegar a ella…» (El Quijote, I, cap. XV).

D. Quijote en la venta. grabado de Edouard Z
D. Quijote llegando a la venta. Grabado de Edouard Zier

Porretas (en). Locución adverbial que significa: En pelotas, desnudo/a, sin ropa.

«Hízolo así Sancho, y, hablando Ricote a los demás peregrinos, se apartaron a la alameda que se parecía, bien desviados del camino real. Arrojaron los bordones, quitáronse las mucetas o esclavinas y quedaron en pelota, y todos ellos eran mozos y muy gentileshombres, excepto Ricote, que ya era hombre entrado en años». (El Quijote, II, cap. LIIII).

Portás. (Portadas). Puertas grandes en las casas de labranza para entrar las caballerías

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Portada falsa (trasera) bajo un arco de medio punto, situada en el corral de la casa de La Memoria, en la calle del Galeón, con salida directa al camino del Campo (de Criptana), en Mota del Cuervo. Patrimonio desaparecido en el Siglo XXI (foto de E. Riquelme).

          En la primera salida del Quijote: «Y así, sin dar parte a persona alguna de su intención, y sin que nadie le viese, una mañana, antes del día, que era uno de los calurosos del mes de julio, se armó de todas sus armas, subió sobre Rocinante, puesta su mal compuesta celada, embrazó su adarga, tomó su lanza y por la puerta falsa de un corral salió al campo con grandísimo contento y alborozo de ver con cuánta facilidad había dado principio a su buen deseo.» (El Quijote, I, cap. II).

Portazgo. Impuesto que se pagaba por pasar bienes o ganados al atravesar determinadas poblaciones.
En la Mota, desde el 15 de octubre de 1478, se tiene noticia de que se cobraba el portazgo a aquellas personas que entraban a vender de fuera de la villa. Esto se sabe gracias a la visita de la Orden de Santiago que hicieron a la Mota: los comendadores Rui Díaz Cerón y Pedro González de Calvente y el capellán del Maestre de la Orden de Santiago,  Alfonso Fernández de Rivera. El valor de el portazgo de la Mota se fijó, en aquél año, en quinientos maravedíes.
Finalmente tenemos noticias de que este portazgo se arrendó en 1849 por el Ministerio de Comercio , Instrucción y Obras Publicas en la cantidad de 130.000 rs.vn. (Boletín nº 66 de 05/04/1849). En la imagen se puede ver dónde estuvo situado este portazgo hasta finales del siglo XX, a la entrada de Mota del Cuervo, en la carretera que va desde Córdoba a Tarragona, en el cruce con el Camino Real a Valencia. Por otro lado, en Manjavacas, se cobraba el portazguillo para la Encomienda de Socuéllamos.

Es curioso como los ganaderos de Yanguas (Soria), ya en 1407 estaban exentos del pago de portazgos. «Aquel que molestase a un arriero yangüés por asuntos referentes al pago de los portazgos, sería castigado con una multa de 1.000 maravedíes.»

Cervantes era perfecto conocedor de estos portazgos. Así se refiere a ellos en su obra: «¿Qué caballero andante pagó pecho, alcabala, chapín de la reina, moneda forera,
portazgo ni barca?» (El Quijote, I, cap. XLV.).

Es curioso como los ganaderos de Yanguas (Soria), ya en 1407 estaban exentos del pago de portazgos. «Aquel que molestase a un arriero yangües por asuntos referentes al pago de los portazgos, sería castigado con una multa de 1.000 maravedíes».

También Cervantes conocía el gran número de ganaderos Yangüeses que atravesaban las Cañadas de la Mesta y los Caminos Reales, atraídos por sus exenciones de pago de portazgos. Cervantes nombra a los yangüeses en seis ocasiones en el Quijote (I,10,16 – II,3).

Portazgo de Mota del Cuervo2
Situación del edificio donde se cobraba el portazgo en Mota del Cuervo

Pozo Seco. Se trata de un pozo de grandes dimensiones, con cuatro grandes galerías en cruz y que hace aflorar las aguas procedentes de la Sierra de Altomira. Está situado en la mitad del camino que va desde Mota del Cuervo a Santa María de los Llanos. Un camino paralelo al cercano Camino Real de Valencia.

¿Se estaría refiriendo Cervantes a este Pozo Seco, en el Quijote (I, cap. VI) cuando el cura de ese «lugar de la Mancha», maese Nicolás se disponía a arrojar determinados libros?.

«Digo, en efeto, que este libro, y todos los que se hallaren que tratan destas cosas de Francia, se echen y depositen en un pozo seco, hasta que con más acuerdo se vea lo que se ha de hacer d’ellos». (El Quijote, I, cap. VI)

En la primera mitad del siglo XX, Julio, el Aguaor, repartía su agua por las calles. Tenía fama de agua buena, mejor que la de la Pozanca.

Pozo Seco en Mota del CuervoPozo Seco. Fotografía de José Manuel González Mujeriego.

Pozo Zagarrón. Está situado en el término de Mota del Cuervo, en el cruce de caminos que conforman la Senda Vedada y el Camino de los Cantareros, antes de llegar a La Dehesa, a cuatro kilómetros del núcleo urbano. Este pozo está junto al cauce del Barranco del Zagarrón, una larga corriente de agua que atraviesa cuatro términos municipales: procede del paraje de Las Carboneras, en el término de Los Hinojosos; discurre por el noroeste del término de Mota del Cuervo, donde en su parte final recibe el nombre de Arroyo de la Cañada de Tovar; después se adentra en el término de Santa María de los Llanos, pasando junto a su núcleo urbano, donde alimenta al Pozo Nuevo, y continúa hacia el sur para desembocar en el río Saona, ya en el término de El Pedernoso. Este pozo tenía fama de poseer muy buena agua. Un pozo de propiedad municipal que aún conserva su brocal y pila original, y que fue restaurado por el Taller de Empleo Municipal. (foto de jmgm).

(El QuijtoePozo del Zagarrón (foto jmgm)

A este paraje dedicado a la figura del Zagarrón o Moharracho, alude Cervantes cuando envía a Don Quijote y a Sancho desde El Toboso, por la Senda Vedada, hacia Zaragoza y, en un cruce de caminos, se encuentran a la carreta de la muerte, con recitantes de la compañía de Angulo el Malo que venían de representar, en “aquel lugar que está detrás de aquella loma” (¿Mota del Cuervo?), en la octava mañana del Corpus, el Auto de las Cortes de la Muerte, y cómo iban así vestidos porque iban a representar el mismo Autoo a otro pueblo cercano (¿Villanueva de Alcardete?).

Esto dice Cervantes: “Estando en estas pláticas, quiso la suerte que llegase uno de la compañía, que venía vestido de bojiganga, con muchos cascabeles, y en la punta de un palo traía tres vejigas de vaca hinchadas; el cual moharracho, llegándose a don Quijote, comenzó a esgrimir el palo y a sacudir el suelo con las vejigas, y a dar grandes saltos, sonando los cascabeles” (El Quijote, II Capítulo XI).

Aún es posible ver esta figura del Moharracho o Zagarrón, representada por “el Porra”, en la Función de Ánimas en Mota del Cuervo y por el “Gabozorra” en las fiestas de Villanueva de Alcardete. Estos dos pueblos, junto a Quintanar y la Puebla de Don Fadriqye, formaron en su día una misma Alcaidía.

Rastrojo. Así se llama al campo de cultivo después de segar los cereales, con las numerosas cañas que quedan como residuo tras la cosecha. Estas cañas favorecen la infiltración de agua. Últimamente se hace siembra directa sobre rastrojo, una técnica de cultivo sin alteración del suelo mediante el arado.

Así lo emplea Cervantes en la conversación de Sancho con su mujer: «Pero si en dos paletas, y en menos de un abrir y cerrar de ojos, te la chanto un don y una señoría a cuestas, y te la saco de los rastrojos, y te la pongo en toldo y en peana, y en un estrado de más almohadas de velludo que tuvieron moros en su linaje los Almohadas de Marruecos». (El Quijote, II, cap. V).

Rastrojo (foto gentileza de AnatomiaViva)

Reata o Riata. Conjunto de équidos (caballos, mulas, o asnos) puestos en fila que tiran de un carro.       «En resolución, Sancho acomodó a don Quijote sobre el asno y puso de reata a Rocinante; y llevando al asno de cabestro, se encaminó, poco más a menos, hacia donde le pareció que podía estar el camino real.» (El Quijote, I, cap. LII).

Cantarero en reata
Cantarero de Mota del Cuervo con animales de tiro en reata.

Sayas. Vestido de mujer .        

 «Y queriendo pasar adelante y romperlo todo, al improviso se le ofrecieron delante, saliendo de entre unos árboles, dos hermosísimas pastoras; a lo menos, vestidas como pastoras, sino que los pellicos y sayas eran de fino brocado…»  (El Quijote, II, cap. LVIII.).

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Sayas manchegas (foto gentileza de trajetradicionalmancha.blogspot.com).

Saona. Río que pasa por Mota del Cuervo (también llamado río Sahona o río Caude). En su nacimiento, ubicado en el vecino pueblo de Santa María de los Llanos, había unas instalaciones para el baño, muy utilizadas por los moteños y otros pueblos vecinos, hasta mediados del siglo XX, que descendió tanto el nivel freático que ahora es un lugar con agua profunda.

La piscina principal, llamada del Nacimiento, era una piscina agreste con numerosos vestuarios. El suelo y las paredes del vaso eran de piedra. En una de esas paredes laterales surgía el agua bastante fría y con mucha fuerza. En ella se bañaban preferentemente los hombres, aunque había unas horas en las que estaba permitido bañarse a las mujeres solas. Esta piscina se comunicaba con otra denominada El Cuartillo, algo menos profunda que la anterior y destinada preferentemente a las mujeres. Por último, y a continuación, estaba la piscina de las mulas, que no era otra cosa que un gran vado inundado en el que se bañaba a las caballerías. Las aguas del río Saona, en su día, llegaron a mover la piedra de siete molinos harineros en su corto recorrido hasta el río Záncara, además de permitir el riego a numerosas huertas y frutales.

Hoy, los Baños de Saona están abandonados y es un sitio con el agua profunda.

Nacimiento del río Saona

Imagen del nacimiento del río Saona, en lo que fuera los Baños de Saona. El agua surgía con fuerza entre las rocas situadas en la pared del fondo de esta piscina natural. La cuerda horizontal delimitaba la zona más profunda. .Fotografía de http://lacasademiabuela.canalblog.com/rss.xml)

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Piscina de las mulas en el Balneario de Saona. Fotografía de http://lacasademiabuela.canalblog.com/rss.xml

Baños de Saona

Estado actual de los Baños de Saona. Google maps

Así se refiere Cervantes a este río junto a la aldea de Sancho: «¿qué escudero hay tan pobre en el mundo, a quien le falte un rocín, y un par de galgos, y una caña de pescar, con que entretenerse en su aldea? –A mí no me falta nada d’eso –respondió Sancho–»( El Quijote II, cap. XIII.)

Así se refiere Cervantes a este río junto a la aldea de Sancho: «¿qué escudero hay tan pobre en el mundo, a quien le falte un rocín, y un par de galgos, y una caña de pescar, con que entretenerse en su aldea? –A mí no me falta nada d’eso –respondió Sancho–»( El Quijote II, cap. XIII.)

Poco antes de su desembocadura en el Pantano de los Muleteros, en el término de Mota del Cuervo, se encuentra un magnífico puente romano en perfecto estado de conservación.

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Puente romano sobre el río Saona (afluente del Záncara) en el término de Mota del Cuervo, poco antes de su desembocadura en el Pantano de los Muleteros.
Fotografía de José Manuel González Mujeriego.

Hay quien sostiene que el río Saona es el mismo que el río Monreal, que nace en el término municipal de Villarejo de Fuentes (Cuenca) y vierte sus aguas al norte del río Saona, a poca distancia del nacimiento de este último, en los Baños de Saona.

Tenajón. Deformación de tinajón. Grandes recipientes de barro que se usaba en Mota del Cuervo para lavar la ropa, que provenían de cortar longitudinalmente en dos mitades aquellos tinajones que se fabricaban en el Toboso («Oh tobosescas tinajas «El Quijote,II,cap. XVIII), o en Villarrobledo, para hacer el vino, que eran reconvertidos en sustitutos de los lavaderos públicos, ya que en Mota del Cuervo no existían. El agua la llevaban a esos tenajones a cántaros y, una vez utilizada, la sacaban de allí con una escoba «barriendo» el agua sucia a través de la parte donde estaba la boca del tenajón.

Tenajones en el Convento de Santa Catalina Arequipa Perú2
Me sorprendió ver estos tenajones cortados por la mitad para usarlos como lavaderos en el Convento de Santa Catalina, en Arequipa (Perú). Foto jmgm[/caption]

La ausencia de estos lavaderos públicos en Mota del Cuervo la «documenta» Cervantes en el Quijote, cuando dice que allí las mujeres lavaban en un arroyo:

«Muy discreto y agudo, y, con deseo de servir a sus señores, partió de muy buena gana al lugar de Sancho; y antes de entrar en él, vio en un arroyo estar lavando cantidad de mujeres, a quien preguntó si le sabrían decir si en aquel lugar vivía una mujer llamada Teresa Panza, mujer de un cierto Sancho Panza, escudero de un caballero llamado don Quijote de la Mancha…» (El Quiote, II, cap. L).

Las medias tinajas también aparecen nombradas expresamente en el Quijote:

«Y diciendo esto, asió de un caldero, y, encajándole en una de las medias tinajas, sacó en él tres gallinas y dos gansos, y dijo a Sancho: –Comed, amigo, y desayunaos con esta espuma, en tanto que se llega la hora del yantar». (El Quiote, II, cap. XX).

Tinaja. Recipiente de barro con una boca muy ancha, una forma abombada en el medio y con una base relativamente pequeña, que fabricaban las cantareras de Mota del Cuervo y que servía para almacenar agua preferentemente. Estas tinajas eran algo más pequeñas que las de los pueblos vecinos de El Toboso y  Villarrobledo.

Cervantes cita así las tinajas en su obra: «Sancho, a quien jamás pluguieron ni solazaron semejantes fechurías, se acogió a las tinajas, donde había sacado su agradable espuma, pareciéndole aquel lugar como sagrado.» (El Quijote, II, cap. XXI.)

Tinajas moteñas
Cantarera de Mota del Cuervo haciendo tinajas (año 1934)

Trabajar por la costa. Trabajo que se hacía únicamente a cambio de la comida, sin percibir otro tipo de salario.En la posguerra española, en época de escasez, algunas personas jóvenes, trabajaban únicamente por la costa (por la comida). Generalmente eran trabajos de cuidado de niños realizados por chicas jóvenes, o trabajos de zagales en casas de labor. No les daban alojamiento, ya que regresaban al anochecer a sus casas.Esta acepción de «la costa», la emplea Cervantes en el Quijote, así:Dice Sancho a su mujer: «y si Dios quisiera darme de comer a pie enjuto y en mi casa, sin traerme por vericuetos y encrucijadas, pues lo podía hacer a poca costa« (El Quijote, II, cap. V)

Niño pastor, foto López Bernabeu

Niño pastor, foto de López Bernabeu.

Trillar. Labor agrícola que se hacía para separar el grano de cereal de la paja. Con esta acción, trituraban la parva (así llamaban a la mies extendida sobre la era). Para ello utilizaban un trillo, un apero de labranza consistente en una gran tabla de madera, algo levantada la parte delantera, con numerosos cantos de pedernal incrustados en su parte inferior, Este trillo, tirado (en la Mancha) por mulas, lo hacían pasar sobre la mies. Para favorecer el triturado de la mies, solían poner peso sobre el trillo, o dejaban que los chicotes se subieran encima a dar vueltas hasta que la labor quedaba lista para el siguiente paso: «Ablentar» (aventar).Así recoge Cervantes la palabra «Trillar»: «a la señora Dulcinea del Toboso, de que se le vayan a hincar de rodillas delante d’ella los vencidos que vuestra merced le envía y ha de enviar? Porque podría ser que, al tiempo que ellos llegasen, estuviese ella rastrillando lino, o trillando en las eras, y ellos se corriesen de verla» (El Quijote, I, cap. XXV).

Trillando (Ramón Biadiu, 1934) Chicote trillando (foto Ramón Biadiu, 1934)

Tropa. En Mota del Cuervo se llamaba tropa al conjunto del ganado mular, compuesto por tres yuntas, de dos mulas cada una. Es decir, una tropa estaba compuesta por seis mulas. A su vez, una tropa era conducida por un mayoral, el cual tenía a su cargo tres zagales, uno para cada yunta.

Tropa de mulas (foto: comprerural,com)
Yunta de Mulas (E. Riquelme)
Yunta de mulas (Foto E. Riquelme)

Así refleja Cervantes en su obra a las tropas de caballería:

«Y luego se oyeron por aquí y por allí, y por acá y por acullá, infinitas cornetas y otros instrumentos de guerra, como de muchas tropas de caballería que por el bosque pasaba». (El Quijote, II, cap.XXXIIII).

Truje. En lugar de «traje» (pretérito indefinido del verbo traer)

La RAE recomienda evitar la utilización de formas propias del español clásico como «truje». Lo cierto es que aún es posible escucharlas en Mota del Cuervo, especialmente entre los ancianos del lugar. Así la utilizaba Cervantes en el Quijote:

        “No se atenga a eso, señor, respondió Sancho, porque le hago saber que también fue de oídas la vista y la respuesta que le truje, porque así sé yo quien es la señora Dulcinea como dar un puño en el cielo”. (El Quiote, II, cap. IX).

Uncir: Poner los arreos a los animales de tiro, en las tareas de labranza (arado, trillado…). «Desuncir», significa lo contrario, quitar los arreos a las caballerías.

En Mota del Cuervo, aún se emplea mucho el término «no desunzo» para indicar que uno no para de hacer cosas, incluso que está agobiado. Esto es en recuerdo de aquellos días de cosecha de cereales, que acarreaban las espigas desde la tierra hasta la era, para luego trillar…, para volver a por otra carga de espigas… A los labradores no les daba tiempo a poner y a quitar los arreos a las mulas. «No desuncían». Así emplea esta palabra Cervantes en El Quijote:

«que no tengo otra hacienda sino este carro y estas mulas. –¡Oh hombre de poca fe! –respondió don Quijote–, apéate y desunce, y haz lo que quisieres.» (El Quijote, II, cap.XVII.)

Carro con mies tirado por dos mulas en riata en Casas de Ves Albacete 20minutos
Acarreando mies en Casas de Ves (Albacete)

Venta de Malabrigo, después conocida como Venta del Protestante, luego como Granja del Milagro y actualmente como Monte Escama (en donde hay una empresa dedicada a la cría de ganado bravo). Aún aparece en los mapas el topónimo referido al pozo de Malabrigo, cercano a dicha venta.

Las ventas eran establecimientos situados en los principales caminos, que ofrecían comida y alojamiento a los viajeros y a sus caballerías.

La Venta de Malabrigo, está en el término de Mota del Cuervo (Cuenca), cerca del límite de las provincias de Toledo y Ciudad Real, justo en el carril (camino) de los Valencianos, en otra época una vía importante. El siguiente pueblo en dirección “Noroeste” es el Toboso. Por ese lado, este camino llega hasta Toledo, (la capital del imperio español desde el 1519 al 1561) y en dirección  “Este” llega a Manjavacas (hoy despoblado de Mota del Cuervo) y luego hasta Valencia. Este camino, cerca de Las Mesas, se bifurca en dos y el ramal que llega hasta Cartagena y su puerto (en el sureste de España), se llamó Camino de los Pimenteros.

Esta venta está muy cerca del antiguo camino de Mota del Cuervo a Campo de Criptana, que pasa por Puerto Lápice y llegaba hasta Córdoba. Son muchas las razones por las que esta venta podría ser a la que se refería Cervantes cuando don Quijote fue armado caballero, antes de la aventura de los molinos de viento de Campo de Criptana.

Cuando el ventero nombra caballero a Don Quijote: «se vino adonde don Quijote estaba, al cual mandó hincar de rodillas; y leyendo en su manual, como que decía alguna devota oración, en mitad de la leyenda alzó la mano y diole sobre el cuello un buen golpe, y tras él, con su mesma espada, un gentil espaldarazo, siempre murmurando entre dientes, como que rezaba». (El Quijote, I,3)

Hace años tuve la oportunidad de entrevistar al que fuera uno de los propietarios de la venta, Don Luis García, según él los viajeros que al atardecer llegaban a la venta, procedentes de Manjavacas, no se atrevían a cruzar el arroyo de la Zanja de la Olma, debido a los maleantes que acechaban en esa zona. Por el contrario, los viajeros que procedían del Toboso, hacían noche en la Quintería de la Olma, precisamente para no cruzar ese mismo arroyo por miedo a ser asaltados por los bandoleros. Más información sobre la Venta de Malabrigo en: https://motadelcuervoellugardelamancha.com/2016/03/04/la-venta-de-malabrigo/

Vista principal de la Venta de Malabrigo (Autor: Luis García)
Vista trasera de la Venta de Malabrigo (Autor: Luis García)

Zafra. Recipiente metálico grande para guardar el aceite en la despensa.

En 1930 había en la Mota dos caldereros, que se dedicaban a la fabricación y montaje de todo tipo de trabajos en hierro, zafras para el aceite, venta y reparación (estañado) de sartenes, calderos de cobre, pucheros… Era la calderería de Canuto y José Soriano, situada en la calle de San Francisco, frente a la plaza del pozo del Haldudo (hoy llamado indebidamente pozo del Aldú).

zafra
Zafra para el aceite (foto jmgm)

Cervantes hace alusión a las calderas, sartenes… en muchas ocasiones, como: «–Paréceme –respondió Sancho– que vuesa merced es como lo que dicen: “Dijo la sartén a la caldera: Quítate allá ojinegra”. (El Quijote, II, cap.LXVII).

Zote. Ignorante, torpe, idiota.

“Es un zote el que estudió y es ignorante en letras”. (vocabulario de refranes de Correas). También es interesante notar que la forma italiana de Quixote es Chisciotto, y que en napolitáno “ciuoto” significa “estúpido”. Cervantes sabía italiano y por aquel entonces Nápoles era posesión española. No es extraño que Dorotea-Micomicona llamara a don Quijote “don Azote” aludiendo a los disparates del hidalgo…(“Otra manera de leer el Quijote: Historia, tradiciones culturales y literatura” de Agustín Redondo).

refranes de Correas
Otra manera de leer el Quijote de Agustín Redondo

Recopiladas por
José Manuel González MujeriegoAutor del libro: «Lo que Cervantes calló»jmgmms 310117aMiembro de la Asociación de Amigos por la Historia de Mota del Cuervo.logoahmcg

Presentación del libro «Diccionario Moteño Cervantino» de José Manuel González Mujeriego en la web de la Asociación Internacional de Cervantistas;
https://youtu.be/TZvqwG_sf3Y?si=KSx3GpP1GyrGUXs2